Guadalcanal año 1960
Me tocó el año cincuenta y cuatro que elegir no pude, arrepentirse no cabe y del que alejarme no dejo. Pero fue el mío, que por horas no soy santo, ni difunto por días (30 octubre).
Ese cincuenta y cuatro en donde las dificultades estaban cerca de la dicha y el nuevo más que nuevo desconocido horizonte se dejaba acariciar, a costa de no pocos sentimientos unos enterrados y otros dejados atrás.
Esos los que fueron padres del Seiscientos, con el que empieza el declive de los raíles. Es el motivo para que la voluntad de un hombre amigo, me ponga a dar un paso que sino grande, al menos exagerado para mis cortas piernas. Hombre de gran intranquilidad, espíritu renovado y que a Guadalcanal la tiene en los adentros. Del que no tengo nada que decir ya que sus obras lo avalan. Obras que de espejo se trata, plasmando
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