Romería

Salida de la Virgen de Guaditoca de su ermita

A unos ocho kilómetros de Guadalcanal, en el valle que riega el Guaditoca, se alza el Santuario de la Virgen de Guaditoca, Patrona de Guadalcanal.
Una tradición no interrumpida nos dice que en la peña que bañan las aguas del Guaditoca apareció la Santa Imagen a un humilde pastor. El autor de la Historia de la Casa de Herrasti, en que trata del linaje de los Ortegas de Guadalcanal, con cuya familia estaba emparentado, dice lo siguiente: “Nuestra Señora de Guaditoca, milagrosísima Imagen, aparecida a las orillas de un pequeño arroyo, en cuyas márgenes la vio por primera vez un afortunado pastor, tocando con las extremidades de sus tocas, las dichosas cristalinas aguas: cuyo suceso dio la etimología a su advocación sagrada”.

Muñoz Torrado disiente de este autor en lo referente al nombre de la Santa Imagen, pues creía que tomó el nombre del arroyo Guaditoca en cuya orilla se apareció. Señala con más precisión el lugar de la aparición el cura de Santa María de Guadalcanal D. Bartolomé Díaz, en un informe que dio, a petición del Consejo de las Órdenes en 1722, y dice acerca de la tradición: “Que en los archivos eclesiásticos y seculares de esta Villa no hay papeles algunos por donde conste el origen de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Guaditoca; pero es tradición antiquísima, que ha venido de unos en otros, que esta milagrosa imagen fue aparecida al sitio de la Vega del Encinal, término de esta Villa (de Guadalcanal), en una peña, inmediata al arroyo de dicha Vega; y poco distante se le fabricó una ermita muy corta y sin la decencia correspondiente, en tierras en que sucedió D. Alonso Carranco de Ortega”.

De aquí arranca la devoción a la Virgen de Guaditoca, y el título de Patrona con que el pueblo de Guadalcanal la ha honrado y venerado.
Antes de celebrarse la romería que ahora conocemos, en los terrenos de la ermita se celebraba una feria en la Pascua de Pentecostés, que duraba tres días, reuniéndose centenares de personas, venidas de todas partes, especialmente, de Andalucía y Extremadura. En el año 1792 se trasladó esta feria a Guadalcanal, cosa que no gustó a los pueblos de la comarca, que dejaron de asistir a la feria.

En principio la Virgen de Guaditoca siguió en su ermita y sólo en caso de calamidad, venía a Guadalcanal. Por diferentes motivos, al final se decidió celebrar todos los años dos romerías, una a finales de abril, en que se trae a la Virgen a Guadalcanal, donde permanece hasta finales de septiembre, que, de nuevo a hombros de sus fervorosos hijos, vuelve a su Santuario, hasta el próximo año.