Guadalcanal año 1958
Evocar el pasado no ha de ser un ejercicio doloroso, como parece indicar la etimología. En nuestro mundo de las emociones está la nostalgia que no es solo un recuerdo, sino vivencias que nunca se olvidan, que enriquecen nuestra experiencia vital y aportan sentido a nuestras vidas. A veces identificamos la nostalgia con una especie de añoranza.
La familia Isern-Anglada llegó a Guadalcanal el día uno de septiembre de 1940, con una prole de cuatro hijos, siendo yo el pequeño, y uno en el recuerdo, que habían enterrado en Andorra. Yo nací en Castilleja de la Cuesta, en la famosa calle Real, en la que estaba la primitiva fábrica de las tortas Inés Rosales. En Guadalcanal nacieron los cuatro pequeños, Joaquín, Carlos, José María y Luis.
Mis primeros recuerdos, son del Convento del Espíritu Santo; mi segunda casa a donde mis hermanos me llevaban en brazos (entonces no había cochecitos) pues nuestra
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