Guadalcanal. (De nuestro corresponsal). La tragedia ocurrida anteayer en Guadalcanal, en la que un guardia civil mató a su novia y después se quitó la vida con la pistola reglamentaria, es, sin duda, el comentario general en toda la comarca, sobre todo por la forma en la que decidieron poner fin a sus vidas, a lo “Romeo y Julieta”, que es extraño en los tiempos actuales. Las cartas dirigidas por la pareja que formaban Maribel G. C., de dieciséis años, y Pedro G. L. H., de veintiséis, a sus familiares, expresan, según la versión oficial, la decisión de ambos de llegar a esa situación, por encontrar obstáculos por parte de los padres de ella para contraer matrimonio. En la opinión general, es muy normal que unos padres pongan plazos, lógicos, para que su hija contraiga matrimonio cuando se trata de una menor de dieciséis años.
El padre de la joven, Antonio G. C., es sargento comandante del puesto de la Guardia Civil de Guadalcanal, persona muy querida y ligada a la zona, porque ya hace algunos años, siendo guardia civil, estuvo destinado en Alanís. Precisamente, dos días antes del suceso acompañó a la pareja de novios para visitar y presentárselos a algunos amigos de esta población. Según parece, les había sugerido que contrajeran matrimonio para el próximo mes de septiembre. Su esposa, madre de la infortunada, por la impresión recibida, ha sufrido varios ataques, perdiendo durante bastante tiempo la lucidez mental.
LLEGADA DE LOS PADRES DEL NOVIO.- Cuando llegaron los padres del novio, de Teba, provincia de Málaga, se les había comunicado se trataba de un accidente, todavía no habían sido levantados los cadáveres, y en el mismo lugar de la tragedia se originaron escenas de dolor indescriptibles. Se da la circunstancia de que este matrimonio ha perdido ya también una hija con veintidós años a causa de una enfermedad incurable.
Pocas horas antes de que todo ocurriera, como ya informábamos […], los novios estuvieron en misa y después fueron hasta Alanís, tomaron algunas copas, y las personas que los vieron han manifestado que el comportamiento observado entre ellos era de normal cariño. Según parece, cuando los dos jóvenes salieron ya estaba todo decidido, porque sobre las cuatro y media de la tarde del mismo domingo el novio pidió papel y bolígrafo en el Casino de Guadalcanal y se sentó con tranquilidad a escribir una carta, posiblemente la dirigida a los familiares.– Rafael DIÉGUEZ CARRANCO.