Movimientos de tropas a través de la ruta de Guadalcanal en la campaña de 1811 de la Guerra de la Independencia Española

Paseo de la Cruz

Rafael Ángel Rivero del Castillo. RG año 2008

   “A los soldados de todos los tiempos que dieron su vida por España”

En este año 2008 se conmemora a nivel nacional el Bicentenario de la Guerra de la Independencia Española contra la Francia Imperialista de Napoleón, que se inició en 1808 y finalizó en 1814, y que unió a todos los españoles como una nación.

En aquel tiempo ocupaba el trono español el Rey Carlos IV, sus últimos años de reinado estuvieron marcados por el gobierno de Manuel Godoy, quien primero combatió contra la Francia revolucionaria y luego se alió con ella. Esta alianza hispano-francesa obliga a España a luchar contra el Reino Unido en la Batalla de Trafalgar donde murieron más de 1000 españoles y perdimos gran parte de nuestra flota. Además permitió la entrada masiva de franceses en la península con la excusa de invadir Portugal, aliado de Reino Unido.

En marzo de 1808 el descontento popular y las intrigas de palacio hacen que caiga Manuel Godoy y que Carlos IV abdique en el Príncipe de Asturias que sube al trono como Fernando VII. Napoleón reúne en Bayona a la familia real española consiguiendo que Fernando devuelva el trono a su padre y que este a su vez abdique en el propio Napoleón que más tarde nombrará Rey a su hermano, conocido como José I.

El pueblo español, mientras tanto, está harto de la presencia de tropas extranjeras y del intervencionismo de Francia en la política nacional. La tensión aumenta y el 2 de mayo de 1808 el pueblo se alza contra el invasor francés. ¡La guerra ha estallado!

A mediados de enero de 1811 la situación en la península es la siguiente: las tropas francesas ocupan la mayor parte de territorio español y una porción del lusitano distribuido de la forma siguiente:

  • Ejercito del Norte: A base de las guarniciones de Navarra, Vascongadas, Santander, Burgos, Soria, Valladolid, Palencia, Toro, León y Asturias. Bajo el Mando del Mariscal Bessieres, Duque de Istria.
  • Ejercito del Centro: A base de las guarniciones de Madrid, Guadalajara, Toledo y Ciudad Real. A las ordenes directas de José I
  • Ejército de Aragón: dirigido por el General Suchet con las guarniciones de Aragón, Leriza, Mequinenza y Tortosa.
  • Ejército de Cataluña: mandado por el Mariscal Macdonald, Duque de Tarento con las guarniciones de Cataluña, excepto Tarragona.
  • Ejército de Portugal: dirigido por el Mariscal Massena, Príncipe de Essling. Replegado en la región de Santarem, Torres Novas y Tomar en espera de refuerzos para atacar a Wellington (aliado de España) situado en Lisboa.
  • Ejercito del Mediodía: Acaudillado por el Mariscal Soult, Duque de Dalmacia repartido por Andalucía. Manteniendo el asedio a la fortaleza gaditana.

Frente a los franceses las tropas españolas están organizadas en siete ejércitos:

  • 1 er   Ejército: Cataluña.            
  • 2º   Ejército: Valencia.
  • 3 er   Ejército: Murcia.
  • 4º   Ejercito: Isla de León (Cádiz)
  • 5º   Ejército: Extremadura.
  • 6º   Ejército: Galicia.
  • 7º Ejército: Guerrillas de Navarra, Guipúzcoa, Vizcaya, Santander y tierras del Ebro y Duero.

En mayo de 1810 la idea de Napoleón era que las tropas del Mariscal Massena, (ejercito francés en Portugal) eran suficientes para acabar con Wellington en Lisboa. Napoleón, sin embargo se entera a través de la prensa británica que el Duque De la Romana, con fuerzas del ejército español de Extremadura marcha hacia Lisboa para reunirse con Wellington. Ante esta información Napoleón ordena al Mariscal Soult que cierre sobre el ejército del Duque De la Romana desde Andalucía.

Soult propone otra alternativa, un plan con un objetivo más ambicioso: la toma de Badajoz, posterior conquista de Extremadura y destrucción del 5º ejército español allí estacionado. Este plan además favorece al Mariscal Massena ya que obligaría al Duque de la Romana a acudir desde Lisboa a socorrer Badajoz.

El mariscal Soult basa su campaña en dos ideas principales:

  1. Que Extremadura era una comarca densamente provista de fortalezas.
  2. Que una vez salvadas las estribaciones de Sierra Morena abundaban las zonas extensas de llanura o terreno ondulado suave favorable a la caballería.

Soult logra reunir el 5º Cuerpo con 13060 infantes, 5387 jinetes y 1954 artilleros y zapadores con los que parte de Sevilla el último día de año 1810.

La invasión de Extremadura fue emprendida en dos columnas de fuerzas equivalentes, utilizando los principales pasos que conducen desde Andalucía occidental hacia el valle de Guadiana. Por el este la columna Mandada por el General Latour Maubourg siguió el itinerario Guadalcanal, Llerena, Usagre con 4 regimientos de caballería del 1er Cuerpo francés y de la división de infantería Girard del 5º Cuerpo que había permanecido acantonado en Llerena desde el otoño de 1810.

Al oeste la columna mandada por el propio Soult y Portier, avanzó por la carretera que trascurre por el Ronquillo, Santa Olalla y Monesterio, mas transitable que la de Guadalcanal, pero más larga. Estaba compuesta por la brigada de caballería Bride y la división Gazan.

Ambas columna tenían que reunirse entre los Santos de Maimona y Almendralejo, en plena llanura extremeña para desde allí iniciar el cerco a Badajoz.

Ante esta situación el Marques de la Romana se dispone a partir desde Portugal a Extremadura para socorrer Badajoz, pero fallece repentinamente de un neurisma.                    Es sustituido en el mando del 5º Ejército español por el héroe de Bailen, el Capitán General Francisco Javier Castaños, Duque de Bailen. Mientras tanto Badajoz es tomada a principios de marzo por las fuerzas de Soult. Wellington desde Lisboa envía al General Beresford para socorrer Badajoz, pero ya es tarde.

A finales de marzo Beresford constata que los franceses se han retirado al sur del Guadiana salvo del Fuerte de San Cristóbal y la cabeza de puente de Badajoz. Soult vuelve con parte de su ejército a Andalucía quedando al mando del ejército francés en Extremadura al General Latour Maubourg. Beresford logra cruzar el rió Guadiana con sus 20.000 hombres de forma que el 11 de abril toda la infantería aliada (salvo la 4ª división británica) estaba en La Albuera. Una gran parte de Extremadura central quedaba en manos de Beresford.

El general Castaños al mando de 5º Ejército español, ordena al Conde de Penne-Villemur que empuje a las fuerzas del general Latour Maubourg hacia Sierra Morena por la parte  más oriental (Mérida, Usagre, Llerena, Guadalcanal), mientras tanto la caballería anglosajona lo hace por el lado occidental (Albuera, los Santos de Maimona, Fuente de Cantos, Monasterio). El día 1 de abril de 1811 ambas columnas se encontraban en Almendralejo y en Mérida respectivamente.

El Conde de Penne-Villemur obliga al General Latour Maubourg a replegarse hasta Guadalcanal evacuando Llerena. De esta acción da parte el general Castaños al jefe del Estado Mayor General.  Dichos partes fueron publicados por la Gaceta de la Regencia desde Cádiz y dicen así:

Parte del General Castaños del 21 de abril de 1811, publicado en la Gaceta el día 2 de mayo de 1811.

            El Capitán General don Francisco Xavier de Castaños, General en jefe del 5º Ejército, desde el Cuartel General de Fuente del Maestre, con fecha de 21 de abril, dice al Sr. Jefe del estado mayor general lo que sigue:

“Excmo. Sr. el día 17 del corriente el Mariscal Beresford encargó al conde de Penne que desde Villafranca fuese con la caballería española de su mando a hacer un reconocimiento a Usagre, y aun sobre Villagarcía, en caso de no hallar enemigos en el primer pueblo.

            Salió de Villafranca con este objeto el conde de Penne a la 11 de la mañana, y antes de llegar a Usagre supo que estaba allí el General Latour Maubourg con 3000 hombres de infantería, 500 caballos y 3 piezas de artillería. Con esta noticia se propuso aparentar al enemigo mayores fuerzas de las que llevaba con ánimo de arrojarle de Usagre. Dividió su caballería en 5 columnas y marcho así hasta media legua de Usagre, donde estaba el enemigo en posición militar con puestos avanzados en todas las avenidas; apenas descubrió sus centinelas mando hacer alto y luego ejecutó varios movimientos, con el cuidado de no descubrir el fondo de sus columnas, envió los tiradores de su vanguardia con algunos oficiales a reconocer la posición del enemigo, y hora y media antes del anochecer ( en que empezó a llover fuertemente) mando al Tte. Coronel don Juan de Soto que con sus tiradores atacase resueltamente las grandes guardias enemigas; rechazándolas hasta el pueblo pero sin pasar el puente para no caer en alguna emboscada; el regimiento de caballería de Borbón al mando del Coronel D. Juan Casquero debía sostener a los tiradores, y las columnas cubrían camino de Zafra para tener segura la retirada, a medida que las tropas de vanguardia arrojaban al enemigo de sus puestos iban avanzando de cerca las demás tropas de batalla, y de este modo no solo se consiguió desalojar de sus puestos las grandes guardias, sino las tropas que en número considerable guardaban el puente. El general enemigo, sorprendido sin duda de este ataque, formó unida toda su caballería para proteger la retirada de su infantería y artillería que hizo desfilar en buen orden por el camino de

Villagarcía; entonces el conde de Penne dispuso seguir al enemigo, pero con la prudencia de no acercarse demasiado al fuego de la infantería, pues que se tiroteaba muy cerca, y el temporal apenas permitía distinguir unos cuerpos de otros. Estas disposiciones unidas al valor y constancia con que procedieron nuestras tropas de caballería por sí solas y en tan corta fuerza respecto a las del enemigo, las puso en posesión de un triunfo tan glorioso y recomendable como vergonzoso para el célebre Latour Maubourg, con la satisfacción de haber hallado prevenido en Usagre los ranchos del enemigo que se aprovecharon muy oportunamente, así como la comida de Latour Maubourg, que fue atacado 2 minutos antes de sentarse a la mesa.

            Al día siguiente 18 muy temprano siguieron los tiradores la dirección del enemigo que aquella noche se marchó de Villagarcía, y al dejarse ver aquellos sobre las alturas de Llerena la abandonaron los franceses, dirigiendo una parte a Guadalcanal y la otra a Azuaga; el conde de Penne entró en Llerena con su caballería a las tres y media de la tarde.

            Así la caballería española ha demostrado lo que puede y lo que vale, dando honor a nuestras armas, y asegurando el justo crédito que merece, cuando es bien dirigida. El conde de Penne supo aprovechar la ocasión para una empresa tan arrojada que en otras circunstancias hubiese sido temeraria y absurda; pero los enemigos que el día anterior habían visto y probado la mano de la caballería inglesa, no podían persuadirse de que un puñado de españoles les atacase tan resueltamente sino estuviese sostenido muy inmediatamente el ejercito aliado que a la sazón se hallaba a siete leguas de distancia.

            Por eso el conde de Penne cuyos talentos militares y práctica de la guerra le han puesto (digámoslo así) en posesión de adivinar los pensamientos del enemigo que tiene a su frente, sacó todo el partido posible de las circunstancias, consiguiendo con la estratagema y sabias maniobras un resultado que de otro modo hubiera costado mucha perdida; enterraron tres en Usagre, y algunos otros en Llerena, llevando en su retirada muchos heridos.

            Me he extendido en esta relación porque tengo una particularísima satisfacción en poder recomendar cono recomiendo a V.E. un arma del ejército que ha sido tan injustamente vilipendiada generalmente, sin examinar los hechos, las circunstancias, y el verdadero origen de los defectos que se han notado.

            Yo me doy el mas lisonjero parabién por haber acertado a poner a la caballería de este quinto ejercito al mando de tan digno jefe como el conde de Penne.”

Parte del General Castaños del 1 de mayo de 1811, publicado en la Gaceta el día 23 de mayo de 1811

            El General Jefe del quinto ejército con fecha del cuartel general de Santa Marta de primero de mayo da el siguiente parte al jefe del Estado Mayor General:

            “Excmo. Sr. el día 28 de abril último a las once de la mañana, se dirigió la caballería de Latour Maubourg hacía Llerena en dos columnas por el camino real de Guadalcanal y el de Reina; la fuerza del enemigo, según los partes que recibió el conde de Penne, se graduaba de 150 a 200 caballos, bajo cuyo concepto se dispuso que el coronel de Borbón, D. Juan Casquero con 100 caballos fuese inmediatamente a sostener  a los tiradores sobre el camino real, y cargar también  a los franceses, si no se retiraban; destacó también el escuadrón del Algarbe hacia Reina, para contenerles por aquella parte, y el conde con el resto de la caballería, fue a tomar posición en el punto que debía guardar para el caso de retirada ( pues que estaba a siete leguas avanzado el grueso de la caballería aliada), y para acudir a donde le indicasen los movimientos de enemigo. Estos eran en número de 600 caballos formados en escalones en el camino real en vez de 200 que se había dicho; y hubo quien advirtió al coronel Casquero sería conveniente advertir de estas circunstancias al conde, para que no ignorase la exorbitante superioridad del enemigo, pero aquel bizarro jefe solo oía las advertencias de su valor, y la orden que llevaba, respondiendo, “se me ha mandado cargar”, e hizo tocar a degüello en aquel momento. Nuestros valientes soldados de Borbón y un destacamento de escuadrón de Pantigoso  con los tiradores al flanco izquierdo penetraron por las primeras tropas enemigas; estas reforzadas por el segundo escalón, atacaron a las nuestras, que recibieron la carga con el mismo valor que la primera; el animoso coronel de Borbón herido de una cuchillada en el muslo, se defendió sable en mano y la pistola en la otra, hasta que cayó de caballo y fue hecho prisionero de guerra; su tropa obligada a retirarse por el excesivo número de caballería que la cargaba lo ejecutó de una en otra altura, teniendo que pasar algunas zanjas, en que sufrió alguna perdida, pues cayeron entre ellos el teniente de dragones de lusitania D. Antonio Pizarro, oficial de gran valor y de reputación bien acreditada, que después de hecho prisionero fue asesinado con otros 7 u 8 soldados. Mientras esto sucedía, el conde de Penne acudió con la reserva formada en dos columnas, pero ocultando su verdadera fuerza siempre muy inferior a la del enemigo; los tiradores marcharon de nuevo adelante ,volvieron a tomar se primera posición, y el enemigo se retiró inmediatamente por escalones en diversas columnas.

            Nuestra perdida fue de nueve muertos, incluido el Tte. Pizarro, 8 heridos con el coronel de Borbón, 1 capitán y 1 teniente del mismo y 11 prisioneros. De caballos tuvimos 9 muertos, 6 prisioneros y 3 extraviados. Por varias partes se ha sabido que fue considerable la pérdida del enemigo en oficiales y soldados; varios caballos han entrado sin jinete en Guadalcanal, y muchos heridos. No es posible elogiar ni recomendar bastante la resolución y el valor con que se batió la oficialidad y tropa en esta acción, peleando con una desigualdad tan considerable. Era preciso sostener a toda consta el punto de Llerena, de que depende tener las pocas subsistencias del país, y el heroico denuedo con que se ha conservado, es tan digno de admiración que no da lugar al elogio.

            El coronel de Borbón D. Juan Casquero, ejemplo de disciplina y valor merece un distinguido lugar en los anales de esta guerra. El capitán D. Juan Alonso de 64 años de edad y 42 de servicio manifestó no habérsele enfriado aun el espíritu en la vejez, saliendo herido de una estocada en el costado, el Tte. D. Antonio Ramos, alférez del mismo regimiento, queriendo socorrer a su coronel, fue rodeado de enemigos, y con su esfuerzo pudo desembarazarse de todos ellos, sacando por muestra una herida leve de cuchillada en la cabeza, siendo la quinta vez que es herido en esta guerra. El comandante del mismo cuerpo D. Mariano Mantilla, después de la prisión del coronel, dio con la mayor severidad sus disposiciones y condujo el regimiento con el mayor acierto; el cadete D. Estanislao Atienza, haciendo servicio de tirador y el sargento de la Reina Pascual Martín, se han distinguido en esta ocasión. El capitán graduado de teniente coronel D. José Clairac del regimiento del Algarbe, ha merecido del conde de Penne una completa aprobación, recomendando el acierto con que se ejecutó el movimiento de su escuadrón sobre Reina”

Oficios y partes del General Castaños dando cuenta al jefe del Estado Mayor de los ejércitos de la retirada del enemigo en Azuaga y entrada de las tropas españolas en Guadalcanal.

  258            2 de mayo de 1811        5º Ejtoº.                            Extremadura   

  Nuestras tropas verifican un reconocimiento sobre los enemigos situados en Azuaga. Estos se   retiran,  y   nuestras  tropas   entran   en Guadalcanal.

                           Excmo. Señor:  Con objeto de imponer al enemigo y conocer sus verdaderas intenciones, se dispuso una expedición sobre Azuaga, enviando al Conde de Penne un refuerzo de cuatro escuadrones de Caballería anglo-portuguesa

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