Los Comendadores de Guadalcanal

Luis Salazar y Castro(1)

Introducción y notas de

José María Álvarez Blanco

Según este autor, desde 1246(2) en que Guadalcanal es reconquistada a los musulmanes hasta bien entrado el siglo XVII durante el reinado de Carlos II se contabilizan trece(3) Comendadores de Guadalcanal quienes son los representantes políticos-religiosos de la Encomienda de Guadalcanal perteneciente a la Orden Militar de Santiago(4). Hay una amplia documentación sobre la presencia de dicha Orden, recogida sobre todo en los Libros de Visita, que nos han permitido saber cuál era la dotación litúrgica de la Iglesia de Santa Ana a finales del S. XV(5). En el aspecto documental se conserva la Casa de la Encomienda, que no sólo es la que actualmente es propiedad de Maruja Cárdenas de la Hera, sita en la calle Andrés Mirón (esquina a Milagros), sino que parecer ser que también ocupaba el solar de la situada en la diagonal de enfrente, esquina a la calle Granillos. Como es bien sabido la actual calle dedicada a nuestro poeta, se llamó anteriormente Ramón y Cajal, y anteriormente Encomienda por la ubicación en ella de la casa de la Orden.  Del libro cuya portada se reproduce a continuación son los textos sobre las Encomiendas en general, la de Guadalcanal en particular y la reseña biográfica de los Comendadores. (JMAB).  

Las Encomiendas son las partes de territorio jurisdiccional de las Ordenes Militares, encomendado por el Maestre y lue­go por el Rey; a un Caballero con el título de Comendador, con todas sus personas, tierras, derechos, bienes y rentas de todo gé­nero. La Encomienda era como un Señorío, y constituyeron por su importancia estratégica primero, para su defensa y conser­vación, y luego para su gobierno y tenencia, una de las más al­tas y preciadas dignidades de las Órdenes Militares.

Los Comendadores representaban la autoridad del Maestre en su territorio, y sus fallos sólo eran apelables ante el mismo Maestre.

La Orden de Santiago tenía ochenta y cuatro Encomiendas repartidas en, Castilla, León, Aragón y hasta en Sicilia. La de Calatrava contaba con cincuenta y cuatro, y Alcántara treinta y ocho. Y todas las Encomiendas servían al. Rey, con 368 lanzas Santiago, 300 Calatrava y 138 Alcántara, que montaban 434.293 ducados.

Comendador era el Caballero de la Orden investido por el Maestre de esta alta dignidad; en un principio se les encomen­daban los bastimentos, el vestuario, las enfermerías, la guarda de los privilegios, etc. Más tarde el Maestre les fue dando los castillos y fortalezas que iban conquistando en la Reconquista, encargándose de su conservación, guarda y defensa; muchos de ellos situados en la frontera de los moros. Por su carácter a la vez religioso, se hacía para estas Encomiendas la colación res­pectiva y la canónica institución.

Los Comendadores, una vez instituidos por el Maestre, es­taban obligados a reparar las casas de sus Encomiendas, tenien­do la entrega en pie, debiendo añadir y acrecentar algunos bie­nes y ganados, so pena de perderla; no podían disfrutar dos a la vez, ni tener maravedíes en la Mesa Maestral; tenían que re­sidir en sus castillos y fortalezas, sobre todo los fronterizos, y no podían ausentarse, sin licencia del Maestre. Sixto IV conce­dió para sustentar en pie las casas de la Orden y conservar las que se hiciesen, gastar la mitad de los frutos y rentas de los dos primeros años de las Encomiendas vacantes. En el Capítulo de 1560 se determinó que tuviesen moradores en las casas y forta­lezas, y, si fuere necesario, darles salario y que residiesen al me-nos cuatro meses cada año. En 1653 se ordenó que el que reci­bía Encomienda tenía que profesar en esta Orden, aunque tuviera hábito de otra, que tenía que dejar. Cuando moría un Co­mendador, la taza y la mula eran para el Maestre, el caballo y las armas para el Comendador mayor, y la cama para los hospi­tales de la Orden.>> (Del Prólogo del Marqués de Ciadoncha)

ENCOMIENDA DE GUADALCANAL (pp. 550 – 551)

            Esta Encomienda es de las de la Provincia de León y se compone de la villa de Guadalcanal y de la Dehesa del Palacio, término de Reina. En Guadalcanal tiene el Comendador un cercado, molino y bodega de aceite, un lagar, una huerta que se llama la Viña de la Orden, y unas tierras llamadas el Valdío de la Encomienda. Lleva el comendador la mitad del diezmo de trigo, cebada centeno,  y todas semillas y la otra mitad es del Hospital de la Sangre de Sevilla, excepto lo que se sembrase en los huertos y huertas porque le lleva enteramente el Comendador. Y también es suyo el diezmo entero de borregos, carneros, cochinos, quesos, lana, huertas, alcacer, y uvas que se venden en la plaza; y la mitad del diezmo del zumaque porque la otra mitad es del Hospital de la Sangre. Es del Comendador el Portazgo y veintena de la villa. El derecho del Portazgo del Carril de la Burbana. La Martiniega, que es doce maravedís de cada vecino que tiene casa, exceptuándose clérigos e hijosdalgo. Págale la villa un censo de 4466 maravedís de renta y los molinos de ella otro de 400 maravedís. Tiene esta Encomienda un Juro de 193.285 maravedís de renta, situados por privilegio de S. M. en las alcabalas de Huete. Todo lo cual consta por los arrendamientos del Comendador Duque de Monte Marchano. 

 LOS 13 COMENDADORES DE GUADALCANAL (pp. 551-561)

I

DON FADRIQUE ENRÍQUEZ DE RIVERA, Adelantado Mayor de Andalucía, primer marqués de Tarifa, Señor de las villas de Espera, Bornos, Cañete, el Coronil y las Aguzaderas, era comendador de Guadalcanal en 22 de enero de 1514, en que por Cédula del Rey Católico fue relevado por no haber residido en año antecedente en su Encomienda los cuatro meses a que era obligado; pero solo le llama Adelantado Mayor de Andalucía. Murió el año 1549(6), como parece por Cédula de Carlos V, dada en Madrid a 8 de noviembre del mismo año, en que hace merced de la cama y vestidos de este Comendador, difunto, al Hospital de San Marcos, manda se entreguen a Francisco Vargas, su Administrador, o por ello doce mil maravedís.

II

            DON JUAN FERNÁNDEZ MANRIQUE, Marqués de Aguilar, conde de Castañeda y Buelna, Canciller Mayor de Castilla, sucedió en esta Encomienda al Marqués de Tarifa por merced de Carlos V, que le firmó el título de ella en Valladolid, a 21 de noviembre de 1539, refrendado de Juan Vázquez de Molina y firmado del Conde Don García Manrique, Licenciados Luján y Sarmiento y Doctor Anaya, que eran Presidente y Consejeros de Ordenes. Falleció el Marqués el año 1553, porque por esta causa dio Carlos V la administración de esta Encomienda a Don Her­nando Enríquez, Caballero de la Orden, por título de 24 de no­viembre. Y por una Cédula del día siguiente mandó Su Majestad se acudiese al Hospital del Convento de San Marcos, de León, con la cama y vestidos de este Comendador difunto.

III

JUAN VAZQUEZ DE MOLINA, Comendador de Valencia del Ventoso, Señor de Payo y la Eliseda, primer Alférez Mayor de Úbeda, Secretario de Estado de Carlos V, su testamentario y también su Consejero de Estado, fue Comendador de Guadalcanal por título suyo dado en Bruselas, a 20 de mayo de 1556, en lu­gar del Marqués de Aguilar, último Comendador, y con esta En­comienda le nombran Argote de Molina, Garibay, Haro y todos los que tratan de él y consta también por el título de su su­cesor.

IV

DON DIEGO HURTADO DE MENDOZA Y DE LA CERDA, primer Príncipe de Mélito, Duque de Francavila, Marqués de Algecilla, Señor de Miedes y Mandayona y de la Puebla de Al­menara, Virrey y Capitán General de Aragón y Cataluña, de los Consejos de Estado y Guerra de Su Majestad, Presidente de los de las Órdenes e Italia, Comendador de Villahermosa y Trece, fue Comendador de Guadalcanal en sucesión al Secretario Juan Vázquez de Molina, como parece por el título que Felipe II le firmó en San Lorenzo el Real, a 12 de agosto de 1571, re­frendado de Martín de Gaztelu y firmado de Don Fadrique En­ríquez, Doctor Rivadeneyra, Licenciado Diego de Castejón y Doctor Luzón, freile de Santiago, Capellán de Su Majestad, y dice: «Sabed que la Encomienda de Guadalcanal está al presente vaca por fallecimiento del Secretario Juan Vázquez de Mo­lina, ya nos, como Administrador susodicho, pertenece nombrar persona del hábito de la dicha Orden que sea proveído de la dicha Encomienda. Por ende, acatando los muchos y buenos servicios que Don Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda, Prín­cipe de Mélito, Duque de Francavila, Comendador que hasta aquí ha sido de Villahermosa, ha hecho a nos y a la dicha Orden y esperamos que hará de aquí adelante y sus méritos y costum­bres, por esta nuestra carta le nombramos para que sea pro­veído de la dicha Encomienda de Guadalcanal, etc

V

DON RODRIGO MANUEL, Señor de Belmonte de Campos y Cevico de la Torre, Capitán de Hombres de Armas de las Guar­das de Castilla, Capitán de la Guarda Española de Felipe II y Comendador del Corral de Almaguer, sucedió al Príncipe de Mélito en la Encomienda de Guadalcanal por merced de Felipe II, de que se le di título en Madrid, a 8 de noviembre de 1578, fir­mado de Su Majestad y refrendado de Martín de Gaztelu y tam­bién firmado de los Licenciados Don Antonio de Padilla, Don Juan de Zuazola, Don Miguel Marañón y Licenciado Hinojosa. Presidente y Consejeros de Ordenes. Es dirigido al Licenciado Pedro Rodríguez de Capillas, freile de la Orden, Capellán de Su Majestad, y a Don Rodrigo Manuel le nombra «Don Rodrigo Ma­nuel, Capitán de nuestra Guarda Española, Comendador que hasta aquí ha sido de la Encomienda del Corral de Almaguer»

VI

OCTAVIO GONZAGA, Caballero de la Orden, Capitán Gene­ral de la Caballería Ligera de Flandes y después de la de Milán, fue Comendador de Guadalcanal por muerte de Don Rodrigo Ma­nuel, como parece por el título que se le dio en Lisboa a 13 de julio de 1582, firmado de Felipe II, refrendado de Mateo Vázquez, su Secretario, y firmado también del Conde de Barajas, Presi­dente, y los Licenciados Santoyo de Molina y Francisco de Al­bornoz, Consejeros de Ordenes. Habla de este Caballero Diego de la Mota en su «Catálogo», página 302, aunque sin saber la Encomienda que tuvo, pues dice: «Octavio Gonzaga hallose en muchas ocasiones de guerra, como, fue en la Naval y del Consejo de Guerra de ella y peleó en la Capitana, cerca de la persona del Señor Don Juan. Fue después Capitán General de la Caballería Ligera de Flandes y después General de la Caballería de Milán, donde murió. Comendador de ….. «Gozó muy poco de esta Encomienda, porque el año 1583 ya había fallecido, cuando Fe­lipe II, en 31 de mayo, dio título de Administrador de ella a Don Pedro Portocarrero, Caballero de la Orden.

Era Octavio Gonzaga hijo de Don Fernando Gonzaga, Duque de Guastala y Ariano, Príncipe de Molfeta, Virrey de Sicilia, Gobernador de Milán, del Consejo de Estado de Carlos V y Feli­pe II, y de Doña Isabel de Capua, su mujer, Duquesa de Fermoli y Princesa de Molfeta, hija de Fernando de Capua, Duque de Fermoli y Príncipe de Molfeta, y de ….  Don Fernando Gon­zaga fue hermano de Federico II, primer Duque de Mantua, am­bos hijos de Francisco, primer Marqués de Mantua, Conde de Gonzaga, y de Isabel de Este, su mujer, cuyos padres fueron Hércules, primer Duque de Ferrara, de Módena y Regio, y de Doña Leonor de Aragón, Infanta de Nápoles, hija del Rey Don Fernando I de Nápoles.

Casó Octavio, nuestro Comendador, dos veces: la primera, con Isabel de Corregio, hija de Manfredo, Conde de Corregio, y la segunda, con Cecilia de Médicis, hija de Augusto, Marqués de Melegnano y de Bárbara del Maino. De esta segunda unión na­ció Juan Octavio Gonzaga, y de la primera Fernando Gonzaga, cuya sucesión no sabemos; y Hércules, que se llamó Marqués de Mantua y Conde de Gonzaga, casó con Francisca Guerreria, como escribe Retersusio, y fue hijo de ambos Octavio Gonzaga, que el año 1617 murió en el sitio de Verceli.

VII

DON JUAN ZAPATA DE MENDOZA, primogénito de Don Francisco, primer Conde de Barajas, Presidente de Órdenes y de Castilla, sucedió a Octavio Gonzaga en la Encomienda de Gua­dalcanal, de que Felipe II le dio título en El Pardo, a 24 de oc­tubre de 1584, refrendado de Mateo Vázquez y firmado de Don Iñigo de Cárdenas Zapata, Santoyo de Molina, Francisco de Al­bornoz y Don Diego López de Ayala. Está dirigido al Docto-Aponte de Quiñones, Capellán de Su Majestad, para que le diese la profesión, y dice Su Majestad que le da la Encomienda «Aca­tando los muchos y buenos servicios que Don Juan Zapata, Ca­ballero profeso de la dicha Orden, hijo de Don Francisco Zapata de Cisneros, Conde de Barajas, Comendador de la Encomienda de Montealegre y Presidente del nuestro Consejo, ha hecho a nos y a la dicha Orden, etc.» Durole poco a este Caballero el be­neficio, porque el año siguiente, 1585, perdió la vida sin tener sucesión, aunque fue casado con Doña María Carrillo de Albor­noz, hermana de Doña Luisa de Cárdenas y Zúñiga Carrillo de Albornoz, Señora de Colmenar, Torralva, Beteta, Villoria y Hué­lamo, que por sus tres matrimonios fue .Duquesa de Francavila, Condesa de Aguilar y Marquesa de Este, ambas hijas de Don Bernardino de Cárdenas, Señor de Colmenar, Alcalde Mayor de los Hijosdalgos de Castilla, y de Doña Inés de Zúñiga, su mujer. Señora de Villoria y Huélamo, como lo escribimos en el libro XI, tomo 2.°, página ….., de la «Historia de la Casa de Silva».

VIII

DON FRANCISCO ZAPATA DE CISNEROS, primer Conde de Barajas, Señor de las villas de la Alameda, Torrejoncillo y Rejas, que fue Corregidor de Córdoba, Asistente y Capitán Ge­neral de Sevilla, Mayordomo Mayor de la Reina Doña Ana, mu­jer de Felipe II, Ayo y Mayordomo Mayor de los Príncipes, sus hijos, Presidente de los Consejos de Ordenes y Real de Castilla de los Consejos de Estado y Guerra y Comendador de Montealegre y Trece de Santiago, quiso Su Majestad que sucediese a su hijo en la Encomienda de Guadalcanal, pasando la de Montealegre a su hijo Don Diego Zapata, que después fue segundo Conde de Barajas. El título de esta Encomienda se hizo en Mon­zón, a 30 de noviembre de 1585, refrendado de Mateo Vázquez de Lecca y firmado de los Licenciados Santoyo de Molina, Fran­cisco de Albornoz, Don Diego López de Ayala y Licenciado Bo­nifaz, todos del Consejo de Ordenes. Manda Su Majestad al Doc­tor. Luzón, religioso de la Orden, su Capellán, que hiciese colación de ella al Conde a quien dice hace merced de ella «Acatando los muchos y buenos servicios que Don Francisco Zapata de Cisneros, Conde de Bonifaz, Comendador que ha sido de. la En­comienda de Montealegre, del nuestro Consejo de Estado y Pre­sidente del nuestro Consejo Real, su padre (ha nombrado a Don Juan Zapata, último Comendador), ha hecho a nos y a la dicha Orden y esperamos que hará de aquí adelante». Continuó el Conde, sus servicios, en los empleos que le dejamos referidos hasta el año de 1591, en que falleció, y Su Majestad, por título de 28 de septiembre del mismo año, hizo Administrador de esta Encomienda a Don Jerónimo de Montalvo, Comendador de Reina.

IX

HÉRCULES SFRONDATO, Duque de Montemarchano, Conde de la Rivera del Lago de Como y de Ripano, Barón de Val­sasino, Señor de las Escuadras y del Monte Ynstrose, General de las Armas de la Iglesia, fue Comendador de Guadalcanal por merced de Felipe II, hecha en gracia del Pontífice Gregorio XIV, su tío, y de ella se le dio título en San Lorenzo, a 23 de octubre de 1583, refrendado de Francisco González de Heredia y firmado de Don Diego López de Ayala, Licenciado Bonifaz, Don Fran­cisco de Contreras y Don Juan de Ocón. En él no hay otros tér­minos que los que comúnmente sirven a semejantes instrumen­tos, ni Diego de la Mota, haciendo mención del Duque en su «Ca­tálogo», página 312, dice de él otra cosa que «Hércules Sfron­dato, Duque de Montemarchano, sobrino del Papa Gregorio XIV, fue General en Francia por Su Santidad», y aun no le conoció la Encomienda. Túvola hasta el año 1621, en que la renunció en manos de Su Majestad y a favor de su hijo Don Valeriano Sfrondato, como luego diremos.

Era este Comendador nieto de Francisco Sfrondato, Senador de Milán y después Cardenal de la Santa Iglesia, estando viudo de Ana Vizconte, hija de Antonio Vizconte, Señor, en parte, de Soma, Ayo del Duque de Milán y de su Consejo secreto, y de Magdalena Tribulcio, su mujer. En esta Señora tuvo a Nicolás Sfrondato, Cardenal Obispo de Cremona, después Pontífice Sumo con el nombre de Gregorio XIV, y a Pablo Sfrondato, Barón de la Rivera, Caballero de la Orden de Santiago, que casó con Se­gismunda de Este, hija de Segismundo, Señor de San Martín de Ruberto y de Justina Tribulcio, progenitores de los Marqueses de Este y de Bargomanero, y fueron sus hijos: Hércules, Duque de Montemarchano; Paulo Emilio, Cardenal del título de Santa Cecilia; Francisco, Barón de Valsasina, Marqués de Montafia. Comendador de Daimiel en la Orden de Calatrava, Castellano de Sant Angelo y General de la Armada Naval del Pontífice, su tío, y Ana Sfrondato, mujer de Hércules Vizconte, Conde de Sa­liceto, Señor de Rh°. El Duque de Montemarchano, nuestro Co­mendador, casó el año 1571 con Lucrecia Cibo, como lo escribe Herrera en la tercera parte de la «General del Mundo», libro VII, capítulo 8°, hija de Alberico, Príncipe de Masa, Marqués de So­cierano de Carrara, Duque de Ayelo, Conde de Firentillo, y de Isabel de Capua, su segunda mujer, y fue hijo de ambos Don Va­leriano Sfrondato, Conde de la Rivera, cuyo será el capítulo si­guiente.

X

DON VALERIANO SFRONDATO, Conde de la Rivera del Lago de Como, fue Merino de Felipe IV, Gentilhombre de la Cá­mara del Cardenal Infante, su hermano, y Comisario General de Milán. Sucedió a su padre en la Encomienda de Guadalcanal, por-que el año de 1621 la renunció en manos de Su Majestad, y por gracia suya la tuvo su hijo, como parece por el título que se des­pachó en Madrid, a 28 de agosto de aquel año, firmado de Fe­lipe IV, refrendado de Alonso Núñez de Valdivia y Mendoza, su Secretario, y firmado, también, del Marqués de Caracena, Pre­sidente; Don Juan Serrano Zapata, Don Luis de Villavicencio v Doctor Don Pedro de Guzmán, Consejeros de las Ordenes. Está dirigido al Licenciado Juan de Avalos Altamirano, Capellán de Su Majestad, freile de la Orden, y dice: «Sabed que la Enco­mienda de Guadalcanal, que es de la dicha Orden, está al pre­sente vaca por dejación que de ella en mis manos hizo Don Hér­cules Sfrondato, Caballero de la dicha Orden, Duque de Monte­marchano, último Comendador que fue de ella, y a mí, como Ad­ministrador susodicho, pertenece nombrar persona del hábito de la dicha Orden qué sea proveído de la dicha Encomienda. Por ende, acatando los muchos y buenos servicios que Don Valeriano Sfrondato, su hijo, Caballero profeso de la dicha Orden ha hecho a mí y a ella y espero que hará de aquí adelante y a sus méritos y costumbres, por esta mi carta le nombro para que sea proveído de la dicha Encomienda, etc.»

En el viaje del Cardenal Infante Don Fernando a Flandes le sirvió mucho el Conde de la Rivera, como se lee en el libro de’ Don Diego de Ahedo, y finalmente pasó de esta vida en 15 de septiembre de 1645. Y Su Majestad, en Zaragoza, a 9 de septiembre del año siguiente, dio título de Administrador de esta Enco­mienda a Don Rodrigo de Ayala, Caballero de la Orden.

Casó con Doña Paula Camila Marliano Sfrondato.

XI

DON HERCULES SFRON DATO, Conde de la Rivera, Caba­llero novicio de la Orden, sucedió al Conde Don Valeriano, su pa­dre, en el goce de la Encomienda de Guadalcanal, porque Fe­lipe IV le hizo merced de ella, y por no tener más que once años el de 1646 dispensó el Pontífice Inocencio X para que, sin ha­cer la profesión, pudiese gozarla. En virtud de esto se le des­pachó por el Consejo de las Ordenes título de Administrador, con goce de frutos, en Madrid, a 13 de febrero de 1649, firmado de Felipe IV, refrendado de Gregorio de Tapia, su Secretario, y firmado de Don Diego Rodríguez Valtodano, Don Francisco de Borja y Aragón, Don Pedro de Alarcón de Ocón y Don Antonio de Benavides, todos del Consejo de Ordenes. En virtud de este título y de poder que en 8 de marzo del mismo año dió Doña Paula Camila Marliano, Condesa de la Rivera, madre y tutora del Conde Don Hércules, se tomó por su parte posesión de la Encomienda. Y estando en ella le puso pleito en el Consejo de las Ordenes Don Gaspar Juan Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, Conde de Niebla, diciendo que Su Majestad, en Cédula secreta de 20 de agosto de 1629, hizo merced a su abuelo, Don Manuel Alonso. Pérez de Guzmán el Bueno, Duque de Medina Sidonia, por sus servicios y por una leva que ofreció y cumplió de dos mil Infantes de la futura sucesión de una de tres Encomiendas: la de Guadalcanal, en Santiago; la del Viso, en Calatrava, y la de Cabeza de Buey, en Alcántara, la primera que de ellas vacase, y con que los años que tardase en entrar a gozarla los tuviese de supervivencia. Y que por otra Cédula de 8 de agosto de 1637, habiendo fallecido el Duque sin gozar alguna de las tres Encomiendas, hizo Su Majestad merced al Conde de Niebla, su nieto, de la futura de una de ellas. Y en otra Cédula del mismo día quiso Su Majestad que el Duque Don Manuel Alonso, y sus he­rederos en su nombre, tuviesen de supervivencia en la Enco­mienda en que el Conde entrase los mismos años que había desde el de 1628 hasta el de 1636, en que falleció a 20 de marzo. Y que siendo esto así no podía el Conde de la Rivera gozar de la Enco­mienda de Guadalcanal, supuesto que por el fallecimiento del Conde, su padre, tuvo lugar la merced hecha al de Niebla. El Conde de la Rivera opuso a esto el título que se le había despa­chado, y el Consejo de las Ordenes, por sentencia de 22 de octu­bre de 1654, declaró pertenecer la propiedad de esta Encomienda al Conde de Niebla y condenó al de la Rivera a que se la dejase libre y le restituyese todos los frutos que de ella habían proce­dido durante la litis contextation. De esto se le dio ejecutoria al Conde de Niebla, y habiendo apelado el de la Rivera, después él y en su nombre el Capitán Don Ambrosio Monti, se convino con el Conde de Niebla, y por escritura otorgada en Madrid, a 23 de febrero de 1661, ante Francisco Jacinto Vélez, Secretario del número, se apartó y desistió de la apelación y pleito y de otra cualquier pretensión que tenía a la Encomienda de Guadalcanal y renunció su derecho en el Conde de Niebla, consintiendo se le despachase título de ella, y el Conde le remitió y perdonó los frutos que había percibido. Lo cual aprobó el Consejo, y que­dó así esta Encomienda para el Conde de Niebla.

XII

DON GASPAR JUAN ALONSO PEREZ DE GUZMÁN (EL BUENO)(7), décimo Duque de Medina Sidonia, Comendador de Niebla, Marqués de Caraza, fue Comendador de Guadalcanal en la forma que nos dijo el párrafo antecedente, y porque el pleito se determinó sin haber tomado el hábito de la Orden, Felipe IV en Aranjuez, a 4 de mayo de 1655, dio título de Administrador de esta Encomienda a Don Francisco Ramírez de la Trapera, Caballero de la Orden. Y después en Madrid, a 4 de abril de 1662, le dio Su Majestad título de Comendador, que está refrendado de Don Alonso Fernández de Lorca y firmado del Conde de Alba, Marqués de Tavara, Don Antonio de Riaño y Salamanca, Don Lope de los Ríos y Guzmán y Don Gabriel de Chaves y Sotoma­yor, Presidente y Consejeros de las Ordenes. En este título y en el de Administrador para Don Francisco Ramírez de la Trapera, se hace relación del pleito que el Duque (entonces Conde de Niebla) siguió contra el Conde de la Rivera, y también se hace muy larga en otro título que, por su muerte, se dio en 25 de febrero de 1669 a los testamentarios y herederos del Duque Don Manuel Alonso, su abuelo, para que se les acudiese con los frutos de esta Encomienda todo el tiempo que Felipe IV le había con-cedido de supervivencia en ella, que eran seis años y siete me­ses para expenderlos en pagar sus deudas y cumplir sus dispo­siciones testamentarias.

Falleció el Duque Don Gaspar Juan de un accidente repen­tino en Sevilla, a 8 de febrero de 1667, sin tener hijos, aunque estaba casado con Doña Antonia de Haro y Guzmán.

XIII

DON FRANCISCO FERNÁNDEZ DE LA CUEVA, Duque de Alburquerque, Conde de Ledesma y de la Torre, Marqués de Cuéllar y de Cadereyta, Caballero y Trece de Santiago, Virrey y Capitán General de Sicilia y de Nueva España, de los Consejos de Estado y Guerra y Mayordomo Mayor del Rey, fue Adminis­trador, con goce de frutos, de la Encomienda de Guadalcanal, por título del Rey nuestro Señor dado en Madrid, a 29 de octu­bre de 1675, firmado de la Reina su madre, Gobernadora, refren­dado de Don Isidro de Ángulo y Velasco, su Secretario, y fir­mado también del Condestable Don Fernando Queipo de Llano y Valdés, Don Luis de Salcedo y Arbizu y Don Jerónimo de Vi­llanayor, Presidente y del Consejo de las Ordenes. Las primeras palabras de este título declaran el motivo de la merced, pues dice: «Por cuanto el Rey mi Señor (que Santa Gloria haya) hizo merced a Don Francisco de la Cueva, Duque de Alburquerque, en atención al servicio grande que hizo en ir sirviendo a la Sere­nísima Señora Emperatriz, mi hermana, cuando pasó a Alema­nia, y a los muchos gastos que se le habían ofrecido en aquella jornada de diez mil ducados de renta en las Encomiendas que estuvieron vacas o más próximas a vacar, o situándosele en parte fija y segura. Y por una mi Cédula de 20 de noviembre del año pasado de 1668 tuve por bien de confirmar la dicha merced man­dando tuviese efecto luego que vacase cualquiera Encomienda que pudiese proveerse por no haber sobre ella supervivencia o sutura. Para cuya ejecución le hice merced de las Encomiendas de Guadalcanal, en la Orden de Santiago; la del Tesoro, la de Jimena y heredamiento de Recena; la de Morotalaz y la de Ba­llesteros, en la de Calatrava, y en la de Alcántara la de los Hor­nos, etc.» Para todo esto dispensó el Sumo Pontífice Alejan­dro VII, en 2 de marzo de 1666, como parece por su Breve que está copiado en el título, y habiendo también Su Santidad dado al Duque los honores de profeso; fue Trece de la Orden y gozó ésta y las otrasEncomiendas hasta el viernes 27 de marzo de 1676, en que murió en palacio sirviendo al puesto de Mayordomo Mayor.

Llevaba el Duque sin estas Encomiendas los frutos de la de Castellano, en Calatrava, y las de Benyafan, en la de Alcántara. y en todas le concedió la Reina madre gobernadora doce años de supervivencia, lo cual aprobó el Pontífice Clemente X en 17 de octubre de 1675, y para esto se dio despacho a la Duquesa Doña Juana Francisca Díez de Aux y Armendáriz, Marquesa de Cadc­recta, Condesa de la Torre, su viuda y testamentaria en Madrid, a de 3 de septiembre de 1676, firmado del Rey, refrendado de Don Francisco de la Maza y Prada, su Secretario, y firmado también del Duque Conde Marqués, que es el Duque de Osuna, Presidente, y de Don Fernando Queipo de Llano y Valdés. Don Jerónimo Miguel Ramos del Manzano y Don Jerónimo de Villamayor, del Consejo de Ordenes. Y el mismo día se despachó título de Administrador de esta Encomienda a Don Antonio de Ubilla, Caballero de la Orden.

***********

Notas.-

(1)En el prólogo de la obra cuyos fragmentos se reproducen en este texto, se encuentra una amplia reseña biográfica del autor Luis Salazar de Castro, cuyas fechas de nacimiento y muerte constan en la portada del libro. Resumidamente digamos que nació en Valladolid y falleció en Madrid. Habiendo quedado huérfano muy joven, se acogió a la protección del Conde de Luque en Baena, de quien fue Paje y luego Secretario. Posteriormente se trasladó a la Corte en donde el Duque del Infantado le encargó el arreglo de su Archivo. A los 24 años comenzó su extensa obra histórica que le ha valido su reputación  de Príncipe de los genealogistas españoles. Carlos II el Hechizado le tenía gran afecto y le hizo su Ayuda de cámara y Bibliotecario. En 1691 fue nombrado Cronista Mayor de Indias. Además de otros cargos el Rey Don Felipe V, reconociendo su talento, le nombró en 1700 Alguacil mayor de la Inquisición, de Toledo, con facultad de ceder la Vara; en 1705 le hizo Consejero honorario de las Órdenes, y el 3 de marzo de 1721 Superintendente de los Archivos de las Órdenes Militares. Todos estos cargos le dieron magníficos elementos para sus es­tudios, y trabajos, sirviéndole a la vez de estímulo extraordinario, para mejor realizar su gigantesca labor. Está enterrado cumpliéndose lo dispuesto en su testamento en Madrid en  la Iglesia de Montserrat en la calle de San Bernardo.

(2)Según M. Maldonado Fernández este año 1246, en el que se produce la rendición y donación de las tierras de Reina, debe ser considerado el de la toma de Guadalcanal a los musulmanes (Comunicación personal de M. Maldonado a I. Gómez). Esta fecha es posterior en cinco años a 1241 que puede hallarse en otras fuentes, como por ejemplo la página web del Ayuntamiento de Guadalcanal, y la Historia de Guadalcanal de Andrés Mirón, página 41 (Ayuntº de Guadalcanal, 2006) quien incluso da el nombre del gobernador de la villa, el árabe Axataf.

(3)Parece ser que, además de los trece comendadores aquí reseñados hubo otros según consta en el texto de Andrés Mirón antes citado y en un texto de Ignacio Gómez inédito.

(4)La jurisdicción política de la Orden de Santiago se prolongó hasta el final del reinado de Fernando VII y la religiosa concluyó con el advenimiento de la primera Republica en 1868 (Véase por ejemplo Orden de Santiago en Wikipedia).

(5) Véase “Inventario litúrgico de la iglesia de Santa Ana de Guadalcanal en 1494”, de Manuel Serrano Sanz (1926). Reproducido en http://guadalcanalfundacionbenalixa.blogspot.com/ 27 abril 2010 y

http://www.guadalcanalsierranorte.com/ 28 abril 2010

(6)Según M. Maldonado Fernández, basándose en documentos de toda fiabilidad. esta fecha es errónea, siendo la auténtica, diez años antes, es decir, 1539.(comunicación personal a I. Gómez)-

(7) No se debe confundir con Alonso Pérez de Guzmán o Guzmán el Bueno (León, 1256Gaucín, 1309), Primer Señor de Sanlúcar de Barrameda, que se considera el fundador de la Casa de Medina-Sidonia, pues, aunque nunca ostentó el título de Duque de Medina-Sidonia, fue él quien puso las bases sobre las cuales se asentaría a lo largo de los siglos dicha casa nobiliaria. En 1294, el rey Sancho IV recurrió a Guzmán para la defensa de Tarifa, plaza amenazada por el infante don Juan, tío del monarca, con la ayuda de los meriníes y nazaritas. Allí ocurrió la célebre defensa heroica de Tarifa, con la muerte del inocente hijo de Guzmán convertida en leyenda (Datos tomados de Wikipedia).

Deja un comentario