Incidencia de los sucesos de saqueo religioso de 1936

Adolfo Rivero Durán

Revista Semana Santa 2017

Según un líder político de los años 30, “No puede haber vida en una patria escindida en dos mitades inconciliables: la de los vencidos rencorosos de su derrota y la de los vencedores, embriagados en su triunfo”. Esto pone de manifiesto los actos tan sin sentido que pueden cometerse en persecución de unos ideales y que puede destruir de forma irreversible un rico y valioso patrimonio; tanto desde el punto de vista material como artístico.

La proclama golpista fue considerada como escenario de los actos de saqueo religioso. El denominado “asunto religioso” se convirtió en uno de los elementos que más convulsionaron el panorama político-social, nacional y local, durante todo el periodo republicano, y en mayor medida, si cabe, durante el bienio republicano –socialista. El intenso enfrentamiento de la Jerarquía eclesiástica contra el nuevo sistema político a consecuencia de la pretendida laicización del Estado, tuvo su reflejo más dramático en la división irreconciliable que sufrió la sociedad española durante el primer tercio del siglo XX.

Entre los poderes fácticos que presentaron mayor oposición al régimen republicano se situó la iglesia, si bien es cierto que se dieron casos, como el del cardenal de Sevilla, Illundaín, quien en su pastoral de 30 de abril de 1931 aconsejaba a los fieles acatamiento a las Autoridades republicanas. Todo lo contrario, a lo que promovió el resto de la Jerarquía Católica encabezada por el Cardenal Segura, Primado de Toledo, cuya postura antirepublicana le acarrearía el destierro en Italia.

La contrariedad con que la Iglesia recibió al nuevo sistema interpeló la magnanimidad con que el pueblo llano, principalmente la clase obrera, acogió el cambio político, esperanzados en que este traería consigo una mejora del aciago estado en el que malvivía el proletariado agrario y clase obrera en general. Posturas tan divergentes sustentaron un rudo enfrentamiento que, desgraciadamente, se saldó con pérdidas humanas, patrimoniales, de libertad, etc.

Mucho se ha escrito del aforado anticlericalismo del que hicieron gala los partidos obreros nada más instaurarse el sistema republicano. Es un hecho incuestionable la contrariedad con que las clases populares vieron el posicionamiento de la Iglesia con respecto a la República. Una frase: la Iglesia se mantuvo asociada, una vez más, y también en el plano ideológico, con las clases más ricas, en una España de demasiados pobres, sintetiza el distanciamiento entre clero y masa obrera en unos años de especial convulsión política, generando una hostilidad en ambas partes, que dio contexto a la dramática situación, de tintes violentos, que produjo los lamentables actos de saqueos de templos, asesinatos de religiosos, etc.

Este caldo de cultivo fue punto de partida para que en los meses y años siguiente a la instauración del régimen republicano la virulencia anticlerical arreciara, alimentada por posicionamientos antisistema de la derecha más recalcitrante, bajo cuyo paraguas se cobijaba la Jerarquía eclesiástica, y un exaltado movimiento obrero, cuya radicalizada ideología encontró en la “bestia negra” de la Iglesia, al más maligno de los agentes antirrepublicanos.

La aprobación de la Constitución de 1931, cuyo artículo 27 proclamaba que: todas las confecciones religiosas podrían ejercer sus cultos privadamente y las manifestaciones públicas de culto debían de ser, en cada caso, autorizadas por el Gobierno, enconó aún más las posturas y desató no pocas trifurcas entre el Gobierno y la Iglesia Católica.

A esta polémica se sumaron las cofradías de Semana Santa que, en muchos casos, gobernadas por individuos de convicciones antirrepublicanas, se adhirieron al posicionamiento beligerante que mantuvo la Iglesia contra la República, y decidieron no sacar las procesiones, algunos años, bajo el argumento de la falta de seguridad.

La victoria de la coalición de Izquierdas en las elecciones gubernativas de 1936 puso de relieve, nuevamente, las belicosas relaciones entre el mundo obrero y el clero, en unas fechas muy cercanas a la celebración de la Semana Santa. La incertidumbre, el miedo y la duda, estuvieron presentes en el ambiente cofrade de pueblos y ciudades, y ello justificó que en la mayoría de las poblaciones no se celebraran las procesiones en ese año.

Este antagonismo se hizo más rudo a raíz de la normativa que instaba a retirar de los lugares públicos, incluidas la escuelas, los elementos religiosos. El enfrentamiento fue tan visceral que se denominó a esta cuestión como “la guerra de los crucifijos”. La crisis alcanzó tal dramatismo que muchos estudiosos han considerado que esta cuestión supuso el punto de inflexión en la “batalla religiosa” que precedió a la Guerra Civil.

Aún así, los hechos más luctuosos con respecto a la pérdida de patrimonio cofrade en la provincia tuvieron lugar a raíz de la proclamación golpista del 18 de julio de 1936. Desde ese momento se desató una oleada iconoclasta que asoló la provincia de norte a sur y de este a oeste, cuyo saldo en el ámbito patrimonial cofrade fue verdaderamente desolador.

Iglesias, ermitas, conventos, etc. fueron pasto de las llamas y la destrucción bajo la sinrazón del odio generado por el enfrentamiento estéril. Tanta rabia generó el fundamentalismo de la Jerarquía eclesiástica, y tanto escarnio había acumulado en la masa obrera, arengada por idealismos libertarios, que la sublevación golpista prendió la llama de la barbarie.

El fracaso del golpe de Estado provocó una sangrienta Guerra Civil que acabarían ganando las fuerzas subversivas en detrimento del régimen republicano, derogado tras la proclamación de la dictadura franquista. Estos episodios sucedieron de forma desigual en la península, constatándose pueblos y zonas que quedaron rápidamente en manos de los sublevados –librándose así de actos vandálicos-, y otros que resistieron la algarada golpista durante semanas, meses y años. Los pueblos que se mantuvieron leales a la República, todos ellos bajo comités revolucionarios provisionales, fueron los más afectados por los sucesos iconoclastas, y consecuentemente, con la pérdida de su patrimonio histórico-artístico y religioso.

Un estudio pormenorizado de lo sucedido en cada pueblo nos ha permitido dibujar un mapa que revela claramente las zonas geográficas provinciales con mayor incidencia de sucesos que supusieron la pérdida de patrimonio religioso. Se podría verificar cómo los pueblos con mayor incidencia de hechos iconoclastas pertenecen todos al territorio que permaneció bajo el “control” del ejército republicano; mientras que las poblaciones que sufrieron menos incidentes se encuentran en el espacio controlado inmediatamente por los sublevados.

En Guadalcanal, el pueblo permaneció bajo el control republicano desde el 18 de julio hasta el 19 de agosto de 1936, realizándose en estos días una masiva destrucción del patrimonio religioso. Según varios testimonios, las imagenes, retablos y enseres de la iglesia de Santa María de la Asunción, fueron quemadas el día 20 de julio y se realizó formando una hoguera a ambos lados de la estatua de López de Ayala. Ya en los días 21 y 22 de julio fueron destruidas las iglesias de San Sebastián, Santa Ana, San Vicente, Espíritu Santo, La Concepción y las ermitas de Nuestra Señora de Guaditoca, del Cristo del Humilladero y San Benito.

Durante estos luctuosos días, se produjo la pérdida de la casi totalidad de la rica imaginería guadalcanalense; de la que solo quedó el Cristo de la Humildad Y Paciencia que fue reconstruido al hallarse sus piezas tiradas en el pozo de la ermita de San Benito. Entre las imágenes destruidas se encuentran:

– Cristo Amarrado a la Columna (atribuido a Martínez Montañés), Jesús Orando en el Huerto y Virgen de la Cruz, pertenecientes a la Hermandad de la Veracruz.

– Ntro. Padre Jesús Nazareno, Cirineo, Magdalena y Virgen de los Dolores de la Hermandad de Ntro Padre Jesús (Aparece en libro de actas de 21 de abril de 1930 “la Virgen de los Dolores que acompaña en la procesión del paso (Viernes Santo) a Ntro. P. Jesús, fue comprada y costeada de su peculio particular y donada graciosamente a la cofradía por el entonces mayordomo D. Jesús Rivero y Rivero”)

– Cristo de las Aguas, las Tres Marías y Virgen de los Dolores de la Hermandad de las Tres Horas.

– Cristo y Virgen de la Soledad del Santo Entierro.

Además, quedaron destruidos los retablos de las diversas iglesias que eran obras de los siglos XVI, XVII y principios del XVIII y otras obras y enseres religiosos de gran valor; como la escultura de San José obra del circulo de Juan de Mesa.

Actualmente las diversas Hermandades con grandes esfuerzos, han podido recomponerse y completar su patrimonio con la adquisición de imágenes de los más insignes imagineros sevillanos de la postguerra entre los que se encuentran Fernández-Andes, Illanes, Castillo Lastrucci, y que han conformado la actual Semana Santa de Guadalcanal como en unas de las de mayor interés de la Sierra Norte de Sevilla, tanto por su riqueza patrimonial como por su belleza.

En cuanto a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús, queda recogido en las actas de los Cabildos de esos años como se produce la recuperación de sus titulares:

Acta de Cabildo de 20 de junio de 1937.

Este A.C. se levanta ya desde la parroquia de Sta. María de la Asunción donde se traslada tras la destrucción de la Iglesia de San Sebastián que era su sede fundacional. El cabildo no se celebra ya el segundo día de Pascua de Resurrección y el párroco que sustituye a D. Pedro Carballo es D. Manuel Jiménez Sutil. Por problemas de salud el mayordomo es sustituido por D. Jesús Rivero Nogales.

Agradecemos los nombramientos por designarnos para tan honrosos cargos, en las difíciles circunstancias actuales de reorganización, por haber sido destruido cuanto poseía nuestra cofradía, tanto nuestras Veneradas imágenes como objetos de su culto”.

Después son tornados los acuerdos que son necesarios para la hermandad:

“Habiendo sido destruida de nuestro Venerado Cristo, se acuerda por los reunidos nombrar una comisión presidida por el Sr. Mayordomo y por Los hermanos D. Aurelio Rivero Rivero y D. Adolfo Rivero Nogales, con amplios poderes al efecto de gestionar fondos a mas de los que tenga la cofradía, con el objeto de adquirir una imagen de talla, de Ntro. Padre Jesús Nazareno lo mas hermana posible y parecida a la que fue destruida por la canalla”.

Así mismo se toman varios acuerdos para “hacer economía” suprimir los gastos posibles, como el refrigerio del Viernes Santo, las almendras que se da a los hermanos, pagos de cuotas, etc.

Acta de Cabildo de 24 de abril de 1938.

Es renovada la junta de gobierno. Queda suprimida por cinco anos la limosna que da la hermandad a la familia de Los hermanos fallecidos (cuarenta pesetas), dada la precaria situación económica por la que atraviesa la corporación nazarena.

Dolores Rivero Nogales dona toda la madera para construir el retablo de la capilla en Santa María, y de San Sebastián se rescata la reja de forja de la Capilla del Clérigo Melchor Suarez.

 Acta de Cabildo de 10 de abril de 1939

No se apunta la fecha exacta de la bendición de la nueva imagen del Señor, pero este año ya debía estar en poder de la Hermandad y que se encuentra un agradecimiento expreso al H° D. Rafael Rivero Rivero por la “cooperación y gestiones realizadas para la adquisición de nuestro Cristo”.

Acta de Cabildo 29 de marzo de 1940.

Preside el cabildo el nuevo párroco D. Juan Romero Oviedo, y se agradece a los Sres. D. Jesús Rivero Nogales y D. Rafael Rivero Rivero, los distintos viajes que hicieron a Sevilla para gestionar y traer la imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno. A continuación, se expone la lista de donantes que participan en la colecta al objeto de recaudar fondos para el pago de la talla. Se recaudaron un total de dos mil ciento cuarenta y nueve pesetas con treinta céntimos, participando doscientos ochenta y cuatro donantes.

Acta de Cabildo de 26 de abril de 1943.

En este año varios miembros de la junta de gobierno adquieren para la hermandad una nueva talla de la Virgen, según nota entre líneas “del imaginero Antonio Illanes” la cual fue adquirida el mismo Lunes Santo y ya hizo la estación de penitencia ese mismo Viernes Santo. Se acuerda así mismo comprar un paso para Ntra. Sra. de la Amargura y se replante el Altar de la Capilla para que la imagen quede expuesta al culto junto al Señor.

Acta de Cabildo de 10 de abril de 1944.

Consta una relación de donantes, que sufragaron parte de la cuantía de la nueva Dolorosa, donde figuran sesenta y tres donantes cuya recaudación asciende a dos mil ochocientas pesetas. Además, se decide hacer gestiones para comprar una corona para la Virgen.

Acta de Cabildo de 14 de abril de 1952.

Es acordado por los presentes una reforma en la capilla, “para darle más auge a la cofradía y complacer sentimentales peticiones de los devotos de Ntro. Padre Jesús’: Se compra una corona de plata para la dolorosa “realizada en la orfebrería de D. M. Seco (Velasco) de Sevilla.

Acta de Cabildo de 6 de abril de 1953.

Acuerdan los presentes en el cabildo, que se pase el oro de la túnica del Señor y cuyo terciopelo está bastante deteriorado, al nuevo palio de la Virgen “para darle más realce, valor y presentación y aprovechar de tal manera y mas permanente el oro de la referida túnica”.

Se decide comprar una imagen de San Juan Evangelista.

Se culmina con éxito la reforma de la capilla, donde se construyen las escalinatas para “permitir en la forma deseada, establecer el Paso de los fieles y devotos, para besar el pie al Señor”:

 Acta de Cabildo de 19 de abril de 1954.

D. Carmen Rivero Rivero, “dona la hermosísima Imagen de San Juan, tallada por el acreditado escultor sevillano A. Castillo Lastrucci’ Se aprueba que se compren nuevos varales para el paso de palio y que se borde en oro…

Acta de Cabildo de 22 de abril de 1957.

Es aprobada la subida de la cuota anual a diez Ptas. (a partir de 1958).

Se somete a votación el continuar o no, con el acto de la Verónica, “que en la Plaza y con letra antiquísima relataba algunos momentos de la pasión del Señor” y cuya votación resulto igualada. Decidiendo el voto el Sr. Cura Ecónomo de esta villa, D. Félix Hidalgo Domínguez, el no seguir con la tradición antes dicha.

Acta de Cabildo de 30 de marzo de 1959.

Se confirma la compra del paso del Señor, que es realizado en Zafra, (Badajoz) por el maestro D. Antonio Martín Martín.

Acta de Cabildo de 18 de abril de 1960.

Se resuelve un cambio en el itinerario de la procesión del Viernes Santo:“a la llegada a Santa  Clara para seguir por la Avda. de las Victimas, desembocando en Plaza de España para la recogida, ya que la vuelta que se venía haciendo en Santa Clara producía una desorganización en las filas de nazarenos, por la aglomeración de público”:Y se prohibió el acompañamiento de personal que no fuese con la túnica de la cofradía, exceptuando a las mujeres, que siempre se ha de cuidar que vayan organizadas.

Para dar más realce a la procesión se acuerda confeccionar más túnicas blancas con antifaz morado y cíngulo amarillo, que acompañe el cortejo de la Virgen

Hay una iniciativa de los hermanos asistentes, que consiste en realizar un nuevo paso para “que hiciese semejanza con el del Señor”.

Acta de Cabildo de 23 de abril de 1962.

Se acordó por mayoría que se prohibiera “la asistencia de mujeres en el recorrido de la procesión, las cuales solo serán admitidas con túnicas de penitente, puesto que dicha procesión como es notorio es de penitencia”.

Acta de Cabildo de 15 de abril de 1963.

Se hace la donación de una ropa interior del Señor a las Hermanas de, para su aprovechamiento. Se aprueba que se realice el dorado de la corona de, así como se le haga una daga pectoral.

Acta de Cabildo de 30 de marzo de 1964.

Se formaliza el contrato de la confección de un nuevo paso de palio.

A.C. de 19 de abril de 1965.

 Se crea una nueva insignia para el cortejo de Ntra. Sra. de, que consiste en una bandera. Se doran las potencias del Señor y la corona de que además se le incrustan Piedras preciosas de diversos colores.

A.C. Extraordinario de 10 de marzo de 1967.

Se aprueba la subida de la cuota anual a quince Ptas. Y se decide que los pasos se empiecen a montar el Lunes Santo, para que estén dispuestos a la hora de salida…

AC. de 27 de marzo de 1967.

Se decidió cambiar la diadema plateada de S. Juan por otra de mayor tamaño y dorada.

AC. de 15 de abril de 1968.

Encontramos un agradecimiento expreso al Excmo. Ayuntamiento de la villa, ya que su pleno acordó una subvención para las hermandades, siendo alcalde D. Enrique Gómez-Álvarez Soriano (no consta la cantidad).

Se consigna en acta lo que se consiguió hacia diez anos, por el entonces H° Mayor D. Rafael Rivero Rivero:

“Se conceden 200 días de indulgencias, para todos los devotos de uno u otro sexo, de esta provincia eclesiástica, cada vez que devotamente rezaren un credo y besaren el pie de Ntro. Padre Jesús Nazareno”’ Dado en Sevilla por Su Emcia. Rvdma. José María Bueno y Monreal, arzobispo de Sevilla, 17 de Julio de 1958.

A.C. de 7 de abril de 1969.

Este año se dona anónimamente el Simpecado para la cofradía, y se restaura el manto de terciopelo negro bordado en plata, para que pueda lucirlo en la próxima estación de penitencia. Por entonces el alquiler de las túnicas propias de la hermandad se establece en 40 Ptas.

A.C. de 30 de marzo de 1970.

Se materializa la adquisición de la toca para de, “sufragada por los donativos de los devotos que se encuentran ausentes de Guadalcanal”.

Este ano tuvo que ser suspendida la estación de penitencia por las inclemencias meteorológicas, y para el próximo ano se haga la contratación de los costaleros con suficiente antelación para evitar confusiones de última hora.

Hay una mención especial con gratificación por su gran labor en beneficio de la hermandad a D. Rafael Morente Rico (sacristán). Y se le regalan dos reclinatorios de la capilla de Jesús Nazareno a la hermandad de la Virgen de Guaditoca, para su ermita.

A.C. de 15 de abril de 1974.

Este ano por vez primera se discute en el cabildo si se colocan ruedas a los pasos, para ahorrar los salarios de los costaleros.

A.C. de 5 de abril de 1975.

Se acordó celebrar los cabildos en vez del tun después de Resurrección, el sábado Santo para “contar con mayor número de asistentes a tan importante acto” Los Hnos. D. Ignacio Criado y D. Rafael Torrado regalan una cruz de camarín en madera al Señor. Y es subida la cuota anual a 50 Ptas. Por cinco hermanos se plantea la siguiente iniciativa: que se realice para el Nazareno una cruz especial de madera para la salida procesional, además de la que tiene de carey. Se propuso un Vía Crucis con la imagen del Señor en el Miércoles Santo. Se suprimió la novena al Señor y se realizan seis misas por los hermanos difuntos en cuaresma, en vez del funeral por cada hermano cuando fallece, y el séptimo día domingo otra misa de acción de gracias con un besa pie al Señor.

A.C. 17 de abril de 1976.

Comprobamos que el cabildo ya se celebra en sábado Santo, y se hace un relevo en el cargo de Hermano Mayor, por el traslado del actual, al pueblo de los Molares, ya que era médico de profesión, D. José Luis Barragán Pérez al que sustituyo D. Carmelo Rivero Rivero.

Se hace entrega por siete hermanos donantes de la cruz de madera para el Señor, (cruz arbórea que posteriormente seria imitada en un material plástico, para aligerar los pesos que soportaba la imagen).

Acta Cabildo Extraordinario de 13 de agosto de 1977.

Se aprobó la subida de la cuota anual a 100 Ptas.

Tras larga discusión y posterior votación, se acordó adelantar la salida procesional del Viernes Santo a las 2 de la madrugada. Y en esta acta encontramos el primer atisbo de lo que serán las cuadrillas de hermanos costaleros.

Acta Cabildo de 25 de abril de 1978.

Se intenta que se retomen los cultos, como el Quinario a Jesús Nazareno y los Misereres de Cuaresma.

Es derogado el acuerdo anterior del adelanto de la salida procesional del Viernes Santo y se vuelve a tomar la de las 5 de la mañana. En esta acta es donde se encuentra la gestación de las cuadrillas de hermanos costaleros, ya que hay doce hermanos que se ofrecen voluntarios para tal responsabilidad, y portar el paso del Señor. Recibida la noticia por los presentes y ver con buenos ojos la iniciativa, se les encarga “reclutar mas voluntarios”.

Acta Cabildo de 21 de abril de 1979.

Esta acta se puede considerar el homenaje escrito en la historia de nazarena, a los hermanos costaleros. Este año es el primero que los costaleros no son profesionales y asalariados:

“Por mayoría absoluta se acuerda hacer constar en acta el nombre de los 21 hermanos que voluntaria y desinteresadamente se ofrecieron a llevar el paso de Jesús Nazareno en el recorrido penitencial en  de  los que la hermandad como pioneros o primeros de este acto de fe le expresa su más sincero agradecimiento y en prueba de ello nombrarlos COSTALEROS DE HONOR, imponiéndoles una medalla, con especial inscripción de la cofradía, en una solemne función ante la imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno”.

Sus nombres son: Antonio Llano Cárdenas, José Luis Ortega Calvin, Antonio Sánchez Llano, Cándido Gálvez Parra, Joaquín García Rivero, José Cabeza Muñoz, Francisco Ruiz Gálvez, Jesús Blandes Romero, Antonio Ortega Pineda, Luis Rufián Cabezas, Ramón Guerrero Ruiz, Emilio Gordon Carmona, Cayetano Chávez Gordon, Manuel Morales Arcos, Rafael Sánchez Llano, Jesús Ugía Millán, José María Rivero Martínez, Jesús Manuel Troncoso Criado, Ramón Gomes Gómez, Rafael Romero Veloso y Antonio Gil Pérez.

Acta Cabildo Extraordinario de 9 de febrero de 1980.

Se cambia el número de cargos en la Junta de Gobierno quedando como sigue: H. Mayor, dos Ttes. de H. Mayor, dos Mayordomos, dos secretarios, dos Vocales, dos Priostes, Diputado Mayor de Gobierno, Diputado Mayor de Cultos y Mayordomo encargado de la centuria.

Acta Cabildo de 5 de abril de 1980.

Este año queda constituida la cuadrilla de hermanos costaleros de la virgen de la Amargura, los cuales son también nombrados “Costaleros de Honor” y se les impone la misma medalla que a los del Señor. Se encarga unos varales para el palio y se fija la hora de Salida en la madrugada del próximo Viernes Santo a las cuatro y media.

Acta Cabildo Extraordinario de 7 de febrero de 1981.

Se adquieren los varales al precio de 15.000 Ptas. cada uno y se plantea la compra de una candelería, ya que se ofrecen varios donantes para pagar un candelero. Se fija la cuota anual en 200 Ptas.

Acta Cabildo de 18 de abril de 1981.

Se acordó realizar unas andas para los ensayos de los costaleros. Son recibidos los primeros candeleros de la nueva candelería, que no son del agrado de los cofrades, por lo que se encargan otros a juego con los varales.

Acta Cabildo Extraordinario de 16 de Julio de 1981.

Se decidió adecuar la candelaria a juego con los varales del palio agregándole unos nudos intermedios para darle más realce. Y se rescata la hora de salida en la madrugada a las cinco.

Acta Cabildo de 10 de abril de 1982.

Es acordado el replanteo de las trabajaderas de los pasos para mejor trabajo de los costaleros. Se deniega una iniciativa que se expuso anteriormente de exponer la cruz de carey en la capilla.

Acta Cabildo Extraordinario de 26 de febrero de 1983.

Debido al extenso debate que por estos años existe sobre la cruz que porta el Señor en la madrugada se somete a votación por los vocales de Junta, decidiéndose que en este año el Señor salga con la cruz de Carey, y dejando bien claro que es la Junta de Gobierno la que tiene la facultad de decidir en lo sucesivo.

Acta Cabildo de 2 de abril de 1983.

Se puede comprobar que la polémica por la salida procesional con una u otra cruz continua, puesto que encontramos en acta una votación secreta, con 46 votos a favor de la salida con la cruz arbórea y 24 con la de carey.

Acta Cabildo de Oficiales de 17 de marzo de 1984.

Son estudiados presupuestos de varios talleres de bordado, para pasar el bordado de oro de la túnica antigua del Señor, a un nuevo terciopelo, y se barajan los siguientes:

Taller de Bordado de Carrasquilla, 1.000.000 Ptas.

Monjas de un convento de Sevilla, 800.000 Ptas.

Monjas de un convento de Utrera, (Sevilla), 400.000 Ptas.

No encontramos a quien se le asigna el trabajo.

Acta Cabildo de 29 de marzo de 1986.

Se aprobó por unanimidad que se ejecutara una cruz a imitación de la arbórea que posee la hermandad, en poliéster para “aminorar el peso y posibles daños a la imagen del Señor”

Acta Cabildo de Oficiales de 21 de enero de 1987.

Se reúnen los miembros de la junta para tratar una solicitud que ha llegado de Sevilla y por la obra cultural de la Caja de Ahorros San Fernando, donde solicitan la cruz de carey para una exposición que se celebrara en Sevilla, bajo el título de “GLORIA NAZARE-NORUM”. A lo que la junta accede gustosamente, previa suscripción de un seguro por valor de 15.000.000 Ptas. Si bien déjese claro que debían reponerla a la hermandad para la salida procesional del Viernes Santo, ya que se había decidido que este año la estación de penitencia se haría con el Señor portando dicha cruz.

Acta Cabildo de 18 de abril de 1987.

Es reformado de nuevo el número de cargos en la junta quedando a partir de ahora, un H. Mayor, un Mayordomo, un secretario, un Tesorero, un Diputado Mayor de Gobierno, un Diputado de cultos, un Mayordomo de centuria romana, un Mayordomo para las túnicas de Nazareno, y un encargado de la capilla, que ocupan sus cargos por tres años.

Acta Cabildo. de 2 de abril de 1988.

Se culmina el pasado de los bordados de la vieja túnica del Señor, a una nueva de terciopelo, en los talleres de Fernández y Enríquez, de Brenes, (Sevilla) por un total de 970.000 Ptas. Se entrega la nueva cruz a imitación de la arbórea en poliéster, para aligerar peso a la imagen como fue recomendado por el Pfr. D. Francisco Arquillo, la cual fue realizada y donada por el H° D. Jesús Luis Rivero.

Acta Cabildo Extraordinario de 10 de septiembre de 1988.

Se celebró este cabildo para la aprobación de las nuevas reglas y su posterior envío al Arzobispado de Sevilla 

Acta Cabildo de 25 de marzo de 1989.

Es donada para casa hermandad por los herederos de Dña. Encarnación Rivero Sanz, el inmueble situado en C/ Espíritu Santo, con la condición de que no pueda ser vendida y para ser compartida con la Virgen de Guaditoca, Patrona de Guadalcanal

Se suprime en el itinerario de la estación de penitencia, la última vuelta que se da a la Plaza de España, por lo que saliendo de la calle El Palacio se entrara directamente a la parroquia.

Acta Cabildo de 14 de abril de 1990.

El señor Mayordomo expone las correcciones que a las reglas realiza la “Hermandad matriz de El Silencio de Sevilla” antes de ser enviadas al Arzobispado para su sanción. Son ratificadas dichas correcciones.

Acta Cabildo de 10 de abril de 1993.

Se completa la restauración y dorado del paso de palio, por un total de 450.000 Ptas. (No consta por qué taller). Y es donado el manto de terciopelo azul y una saya de color marfil de tisú de oro, para la Amargura

Acta Cabildo de 15 de abril de 1995.

No se sabe con exactitud cuando dejó la centuria romana de acompañar al Nazareno, pero por una anotación se puede comprobar que algún hermano solicita que se rescate esta tradición.

Acta Cabildo de 6 de abril de 1996.

Es bendecida e inaugurada la Casa Hermandad, por el Sr. Párroco D. Eduardo Torres Márquez.

Acta Cabildo de 29 de marzo 1997.

Se acuerda suprimir en la estación de penitencia, las paradas para refrigerio de los costaleros) y el “encuentro” que se hacía con los pasos en el Espíritu Santo.

Acta Cabildo de 18 de abril de 1998.

A petición del Sr. Hermano Mayor, se, acuerda cambiar el día de celebrar el cabildo anual puesto que la Hermandad de las Tres Horas, ha cambiado el día de su salida procesional al Sábado Santo, por lo que se llevara a cabo en lo sucesivo el sábado siguiente a Pascua de Resurrección.

La posibilidad de lluvias hizo tomar la decisión de suspender la estación de Penitencia.

Acta Cabildo de 10 de abril de 1999

Este año se restaura la imagen de San Juan Evangelista, en el taller del Pfr. Miñarro, por un total de 446.000 Ptas.

Acta Cabildo de Oficiales 30 de abril de 1999.

Se decide la viabilidad de restaurar la imagen la Virgen de la Amargura, que es llevada a Sevilla, para ser intervenida por el mismo artista, el Pfr. Juan Manuel Miñarro. Trabajos que se prolongaron entre el 27 de septiembre y el 22 de noviembre de 1999. (No consta cuantía de los trabajos). 

Acta Cabildo Extraordinario de 29 de mayo de 1999.

Se informa sobre la ejecución de los respiraderos del paso de palio, que se está llevando a cabo por el taller de orfebrería M. de los Ríos (Sevilla), en alpaca plateada por un valor de 2.295.000 Ptas. mas 90.000 por la imagen central de la capilla del respiradero frontal, cuyos resultados pudieron comprobar todos los cofrades entre los días 12 al 16 de agosto de ese mismo año. 

Acta Cabildo Extraordinario de 2 de enero de 2000.

Se celebra este cabildo para adecuar las reglas de la Hermandad, al decreto Arzobispal de 31 de diciembre de 1997. 

Acta Cabildo de 28 de abril de 2000.

Se empieza a barajar la posibilidad de restaurar la imagen del Señor, para lo cual el Profesor Miñarro, se desplazará desde Sevilla para realizar un estudio exhaustivo de las patologías que padece la talla de Fernández Andes. 

Acta Cabildo de Oficiales de 17 de Julio de 2000.

Consta que el Pfr. Miñarro hace una intervención a la talla del Señor, en la que le coloca unas nuevas articulaciones en los brazos, fijación de las manos, y fijación de pestañas, barba y melena. 

Acta Cabildo de 21 de abril de 2001.

Es aprobado que se borde el nuevo palio, que se hará sobre un nuevo terciopelo por el deterioro que tiene el anterior.

Se comienza a barajar la posibilidad de construir un nuevo paso para el Señor. 

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