Epidemia de cólera en la villa de Guadalcanal en 1855

Lugar de enterramiento del clero

Por Juan José Martínez Resina1

Publicado Revista Guadalcanal año 2020

 En la villa de Guadalcanal entre los meses de septiembre a noviembre del año 1855, se produjo una epidemia de cólera, de la que estudiaremos como afectó al pueblo, la mortalidad y las medidas que se tomaron para contener la enfermedad.

 La enfermedad ya conocida desde muy antiguo, producida por el consumo de agua contaminada, era bastante común en aquella época, ya que la higiene personal, el alcantarillado y la recogida de aguas y basura de mataderos, mercados y calles era muy deficiente o inexistente, la mala pavimentación de calles y la desinfección de los alimentos y del agua de fuentes públicas y pozos, procuraba unas condiciones casi perfectas para la proliferación de enfermedades comunes como fiebres tifoideas, calenturas, diarreas, enteritis y otras. La conocida en aquel momento como cólera morbo asiático, llegó a España por primera vez desde Portugal en 1833, extendiéndose por Andalucía y Galicia. La epidemia que nos ocupa, debemos encuadrarla en el segundo brote de cólera surgido en España entre los años 1854 y 1855, conocidos estos años como “los años del cólera”, que inicialmente comenzó en la ciudad de Valencia, en julio y agosto de 1854, repitiéndose en el verano del siguiente año, estimándose que 27.000 personas fueron infectadas, de las que murieron sobre 5.200, extendiéndose a continuación por las provincias limítrofes. En abril de 1855 llegó la enfermedad a la ciudad de Jaén, entre el mes de abril y mayo a Córdoba, favorecida sin duda por el aumento de la temperatura de la primavera y el verano. Finalmente, el cólera morbo asiático llegó a la villa de Guadalcanal.

 La primera noticia que encontramos en el Libro de Actas del Ayuntamiento del año 1855, relacionada con la enfermedad, es el punto del día de la sesión ordinaria celebrada en 19 de agosto, en el que se daba cuenta a los “señores del ayuntamiento” de la Real Orden prohibiendo las incomunicaciones de pueblos invadidos del cólera, dicha Real Orden Circular que insertada en el Boletín Oficial de 15 de Agosto de 1855, por el que se recomendaban las medidas higiénicas para preservarse del cólera morbo y estableciendo la prohibición de incomunicar las poblaciones afectadas por la enfermedad, acordando el ayuntamiento que así se cumpliera y participando al señor Gobernador Civil de la provincia2.

 La siguiente noticia que tenemos sobre el cólera, es de la sesión ordinaria del día 2 de septiembre del Ayuntamiento de la villa, que entre otros puntos tratados, encontramos los siguientes, del tenor siguiente: “Sobre pago del fondo de imprevistos á José Diaz i Antonio Gil. El señor presidente manifestó: que en cumplimiento de las prevenciones sanitarias habia dispuesto que José Diaz i Antonio Gil, procediesen al reconocimiento de las afueras inmediatas á la poblacion i demas lugares en que pudiese haber falta de aseo, á fin de remover los  obitáculos que se opusiesen al buen réjimen hijiénico de la misma i evitar la invasion de la  enfermedad reinante, ó aminorar sus estragos que se dejan sentir en varios pueblos de la comarca, para cuya operacion habia señalado á cada uno la asignacion de cuatro reales diarios, habiendo invertido en ella nueve días. El ayuntamiento, en consideracion á lo espuesto por dicho señor presidente, acordó que los setenta i dos reales que importan los espresados gastos se satisfagan del fondo de Imprevistos consignado en el presupuesto municipal corriente.” y “Pidiendo autorizacion á la Escelentisima Diputacion para arbitrar fondos destinados a calamidades públicas. Hallándose invadidos del cólera morbo asiático la mayor parte de los pueblos comarcamos con los cuales sostiene este una comunicacion frecuente en cumplimiento de las disposiciones que prohiben se intercepte aquella: considerando que á pesar de las eficaces medidas sanitarias adoptadas hasta ahora para preservarse de la epidemia, ecsisten temores harto fundados de que se dején sentir sus perniciosos efectos en esta poblacion: considerando que para tan funesto caso es necesario estar prevenidos i tener dispuestos fondos suficientes con que poder atender al socorro de los invadidos necesitados i demas obligaciones apremiantes é indispensables para atenuar la intensidad del mal i cubrir las atenciones que este otijina: considerando que ni la cantidad consignada en el presupuesto municipal para calamidades públicas, ni los fondos de propios pueden sufragar los espresados gastos, ha acordado el ayuntamiento se solicite de la Escelentisima Diputacion provincial la correspondiente autorizacion para abrir un crédito reintegable contra el caudal comun por la cantidad que parezca suficiente destinada esclusivamente á esta obligacion, i de cuya autorizacion solo se deberá hacer uso en el caso de que este pueblo sea invadido de la epidemia3.”, siendo concedida la autorización en 14 de septiembre y dándose por enterada la Corporación en sesión de 20 del mismo mes4. Esto nos da una idea de lo rápido en que se comenzaron a tomar medias por parte del ayuntamiento, dada la gravedad de brotes anteriores de la enfermedad que azotaron Guadalcanal y ser conocedores de que otros pueblos y villas cercanas ya estaban siendo azotados por la epidemia. 

 Otras actas anteriores del dicho año del Ayuntamiento nos hacen pensar que unos meses antes ya se comenzaron los preparativos por parte de la municipalidad para la posible epidemia de cólera venidera, o en todo caso dichas medidas colaboraron de forma importante en minimizar el número de enfermos y los fallecidos, ya que mejoraban de forma ostensible la higiene pública de la villa. Una media fue la construcción del nuevo cementerio municipal en el terreno del antiguo Convento de San Francisco, en aquel momento era propiedad de don Leandro López y Ayala, y que fue bendecido a las seis de la tarde del día 1 de julio por el señor Arcipreste y Cura párroco de la Iglesia de Santa Ana de la villa, siendo acompañado por miembros del ayuntamiento5

 Recibió la primera sepultura en 5 de julio de una feligresa de la parroquia de Santa Ana, a la que acompañaron los miembros del Concejo para dar solemnidad al acto y del que no se devengaron tasas municipales por ser la primera inhumación6

 Además de las actas del Ayuntamiento podemos extraer otras conclusiones, por las solicitudes de indemnización por haber construido el cementerio en terrenos de su propiedad, que posiblemente dicha construcción se aceleró, con la clara intención de estar preparados para la futura epidemia. En otras actas municipales, en pocos días se acuerdan, “Solicitud del clero para que se le señale en el nuevo cementerio un lugar para enterramiento” y “aprobación de los aranceles parroquiales para los enterramientos” en 24 de junio7, “fijación de los derechos de sepultura i de los sepultureros” en 28 de junio8.

 También podemos deducir igualmente de las actas de las sesiones del Ayuntamiento, la preocupación por el estado de las infraestructuras públicas, en concreto sobre la pavimentación de las calles y el saneamiento de aguas, asuntos relacionados directamente con la proliferación de la epidemia cólera. En la sesión de 26 de julio se trató “Sobre la renovación del empedrado de las calles de esta villa”9, en la sesión del 6 de septiembre “Sobre los medios de hacer frente al empedrado de las calles de esta villa” y la denuncia del Síndico 1º don Lucas de Torre, para las acciones urgentes sobre las alpechinerías y desagües de aguas sucias que vierten a la vía pública10, siendo aprobado la realización de las obras necesarias para el encañe de las aguas sucias, en la sesión de 16 de septiembre11.

 Especial atención merece el acta de la sesión extraordinaria del día 7 de septiembre por el motivo tratado y la elocuencia en su redacción, que paso a transcribir: “Sesion estraordinariá del 7 de setiembre. Señores. Ramos, presidente. Rivero. Rivera. Castilla. Vázquez. Torre. Fontan. En la villa de Guadalcanal á siete de setiembre de mil ochocientos cincuenta i cinco: reunidos en las salas constitucionales los señores del ayuntamiento constitucional de la misma, que al mérjen se espresan, asociados de los señores D. Juan Antonio Salvador, cura párroco de la de San Sebastian, D. José Torrico i D. José Arcos Velez, individuos de la Junta de Sanidad, prevenidos por el señor alcalde primero D. Miguel Ramos i Lobo, con el objeto de celebrar sesion estraordinaria, para la que fueron convocados á domicilio, se abrió con la lectura del acta anterior, que fué aprobada. El señor presidente manifestó que el objeto de la sesion era el tratar acerca de las medidas que habian de adoptarse á fin de alejar el peligro de la invasion del cólera-morbo con que está la poblacion amenazada atendida la aglomeracion de vecindario por la frecuente inmigracion de familias, que huyendo de la enfermedad reinante que tiene invadidos los pueblos circunvecinos, buscan un refujio en este, cuyo estado sanitario es inmejorable. El ayuntamiento i la junta de sanidad: Considerando por una parte que la libre comunicacion es una prescripcion legal que se ha venido observando escrupulosamente, i á la cual no es justo resistir en manera alguna: considerando que por hallarse invadidos de la epidemia los pueblos circunvecinos se han refujiado en los caserios de labor de este término, i en esta villa, un número crecido de familias, ocasionando un aumento considerable de poblacion: considerando que de la visita practicada en las casas de habitacion resulta no poderse admitir mas personas que acrezcan el vecindario en atencion á las circustancias especiales de la localidad, sin grave daño de la salud pública: considerando por último, que sin cortar las comunicaciones, antes bien dejándolas abiertas i libres para con todos los pueblos, se hallen ó no invadidos del cólera, puede como medida sanitaria evitarse la residencia fijá de personas i familias forasteras permitiéndolas solamente que pernocten ó permanezcan durante el tiempo necesario para dedicarse á sus negocios: han acordado se lo consulte este particular al Señor Gobernador civil de la provincia para que se sirva resolver acerca de él lo que tenga por  conveniente en vista de las razones alegadas. Con lo cual se levantó la sesion i dió por terminada esta acta, que firman los señores concejales asistentes é individuos de la Junta de Sanidad, escepto D. Francisco Vázquez, por no saber, certifico.= Firmas. Ramos. Rivero. Torre. Rivera. Fontan. Castilla. Velez. Salvador. Torrico. Enrique Moreno, presbítero.”12.

 Lo que indica claramente el mal estado sanitario de las poblaciones cercanas, que ya se encontraban muy gravemente afectadas por la epidemia, tanto como para que las familias se trasladaran de población para evitarla y el buen estado higiénico-sanitario de la villa de Guadalcanal, lo que la hacía un lugar atractivo para que eligieran emigrar a Guadalcanal desde otras poblaciones para sortear la mortífera epidemia. Resultando refrendadas estas afirmaciones por los datos extraídos de los libros parroquiales, ya que hasta dicha fecha, 7 de septiembre, solo se había producido un fallecimiento con síntomas, ahora achacables al cólera, acaecido en 7 de septiembre en la feligresía de la Parroquia de Santa Ana de una mujer de 54 años, de calenturas y diarrea, en este caso se declararon dos de los síntomas más aparentes de la enfermedad del cólera.

 Tras estudiar con gran detalle los libros sacramentales, especialmente los relativos a las defunciones de las tres parroquias existentes en Guadalcanal en aquel momento, Santa María de la Asunción, Santa Ana y San Sebastián, se aprecia claramente cómo van aumentando los fallecimientos que en un principio son causados por “cólico”,de enfermedad sospechosa”, posteriormente cuando los fallecimientos van aumentando por “de enfermedad sospechosa reinante” y finalmente a pocas jornadas de la declaración oficial de epidemia de cólera morbo asiático, por “sospechoso de cólera”. Hasta la declaración oficial de la epidemia en la villa se registraron en la feligresía de Santa María de la Asunción 3 fallecimientos.13, en la feligresía de Santa Ana 2 fallecimientos14 y en la feligresía de San Sebastián 5 fallecimientos15. De estos datos no podemos saber quiénes eran vecinos estables en Guadalcanal o formaban parte de los nuevos avecindados, emigrantes que huían de la epidemia desde las poblaciones cercanas.

 En 4 de octubre, ya ascendía la cifra de fallecidos por cólera a 10 personas, que por orden del señor alcalde fueron depositados los cadáveres sin acompañamiento ni exequias, a las tres horas de morir en el cementerio, para ser enterrados a las 24 horas. Siendo ese día declarada la epidemia de cólera en la villa de Guadalcanal, rezando el acta de aquella sesión municipal de la siguiente manera: “Sesion extraordinaria del 4 de Octubre. Señores. Ramos, presidente. Castelló. Rivera. Barragan. Castilla. Vázquez. Torre. En la villa de Guadalcanal a cuatro de octubre de mil ochocientos cincuenta i cinco: reunidos los señores del ayuntamiento constitucional de la misma, que al margen se espresan, bajo la presidencia del señor alcalde primero, i asociados de los señores D. Juan Antonio Salvador, cura párroco de la de San Sebastián, D. José Juan Ruiz, D. José Torrico i D. José Arcos Velez, estos últimos profesores de la ciencia de curar i titulares de esta villa, individuos de la Junta municipal de Sanidad, para celebrar sesión estraordinaria con motivo del estado sanitario de la población, i temores que esisten de que se halle invadida de la enfermedad reinante, habiendo oido a los referidos profesores, quienes manifiestaron haberse indicado en varios enfermos el cólera morbo asiatico con todos sus sintomas / caracteristicos, acordaron el ayuntamiento i la junta municipal de sanidad: 1º. que se declare oficialmente la invasión del cólera en esta población, dando cuenta de ello al señor Gobernador civil de la provincia. 2º. que se de órden a los prefesores de la ciencia de curar para que participen todos los dias á las nueve de la mañana por medio de un parte firmado que entregará en la secretaria del ayuntamiento, los casos de cólera que ocurran, i el número de invadidos i muertos en el dia anterior de cualquiera enfermedad. 3º. que para la asistencia i socorro de los invadidos, i resolver sobre los incidentes que acaecieren, así como para dictar disposiciones para el régimen higiénico de la población, las juntas municipales parroquiales se constituyan permanentes. 4º. que para evitar la alarma i la consternación del vecindario se prohiba el toque de campanas para la administración de los sacramentos i funerales. 5º. que los cadáveres se depositen en el cementerio, pasadas las tres horas del fallecimiento, pudiendo causarse depósito del mismo en la hermita del Cristo, siempre que las partes costeasen la conduccion. 6º. que se solicite de la Excelentisima Diputación provincial / la autorización competente para disponer de los fondos correspondientes a varios capítulos del presupuesto municipal, que no tienen aplicacion en el presente año, i destinarlos al socorro i atenciones de los invadidos del cólera, u otras obligaciones del servicio público, en el año de que la enfermedad no tomase gran incremento. 7º. que se señalen cuatro reales díarios á la enfermera del hospital de Caridad, mientras los enfermos no pasen del número de trés, pues en este caso la asignacion de dícha enfermera será de seis reales vellon. En este estado se levantó la sesion, i firman los señores concurentes, certifico. Firmado. Ramos. Castello. Barragán. José Juan Ruiz. Rivera. Juan Antonio Salvador. José Arcos Velez. Torres. José Torrico. Castilla. Enrique Moreno, presbítero”16.

 La declaración por parte del Ayuntamiento de la epidemia de cólera en Guadalcanal, en 14 de octubre, la podemos encontrar en  la siguiente nota en el libro de defunciones de la Parroquia de Santa María de la Asunción: “Habiendose declarado el colera, desde este día dispuso la Junta de Sanidad que los que muriesen, á las tres horas, fuesen conducidos á el cementerio, sin acompañamiento ni toque de campanas, para sepultarlos á las oras competentes; así solo podré certificar de la muerte del individuo y no del sepelio, como ha sucedido estos casos a principios de este mes de Octubre.= y lo firmo. Garcia”17.

 Dado la cantidad de emigrantes de otras poblaciones que recalaron en la villa y sus alrededores para protegerse de la epidemia, en la sesión del Ayuntamiento de extraordinaria del 16 de octubre, el Alcalde manifestó: “Que aunque no era de todo punto alarmante el estado sanitario de la poblacion sin embargo de hallarse invadida del cólera-morbo, era preciso atender al socorro de los enfermos necesitados, evitando de esta manera la propagacion de la epidemia i los estragos que ocasiona en la clase indijente por la falta de ausilios”. Acordando el Ayuntamiento lo siguiente: “Se libren quinientos reales vellon contra el fondo municipal i cargo al capítulo de calamidades públicas, descontandose dicha suma en poder del señor D. Juan Antonio Salvador, cura párroco de la iglesia de San Sebastian, e individuo de las Juntas de Sanidad i Beneficencia, para el objeto que queda indicado, i que al efecto se convenga con los otros señores párrocos para el socorro domiciliario de los enfermos pobres, debiendo rendirse cuenta justificada de la inversion de la espresada cantidad para su union al libramiento”18.

 Otra noticia que podemos encontrar en el libro de actas municipales, consecuencia de la declaración de epidemia de la villa de Guadalcanal decretado por el Ayuntamiento, en la sesión del 25 de octubre, se suspende definitivamente por ese año la feria de la villa que ya fue aplazada anteriormente en 3 de julio, considerando lo avanzado de la estación y el estado sanitario de la poblacion19.

 Finalmente, terminada la epidemia de cólera, siendo declarada por el Ayuntamiento en sesión de 18 de noviembre, que entre otras deliberaciones, transcribimos: “Sesion del 18 de Noviembre. Señores. Ramos, presidente. Rivero. Rivera. Llamazares. Vazquez. Torre. Fontan. En la villa de Guadalcanal á diéz i ocho de no-/viembre de mil ochocientos cincuenta i cinco: reunidos los señores del ayuntamiento constitucional de la misma, que al márjen se espresan, bajo la presidencia del señor alcalde primero, para celebrar sesion ordinariá, se abrió la de este día con la lectura del acta anterior, que fué aprobada.”…“Declarando la poblacion en estado de sanidad, i que se cante el Tedeum. Atendiendo al buen estado sanitario de la poblacion, segun partes diarios que los profesores de la ciencia de curar remiten á la alcaldía, ha acordado el ayuntamiento se declare aquella libre de la epidemia i en estado de sanidad completa, que el domingo prócsimo se cante en la iglesia parroquial de Santa Maria un solemne Pedeum en accion de gracias al todopederoso por el beneficio que ha dispensado á esta villa, invitando al clero de las demas parroquias para que asistan a éste acto relijioso, i que se participe esta favorable i fausta noticia al señor Gobernador civil de la provincia para su debido conocimiento, dando así mismo órden á los señores facultativos para que suspendan la remision á la alcaldia de los partes sanitarios”.20

 La feliz noticia también quedó reflejada en el libro de defunciones de la Parroquia de Santa María de la Asunción en 14 de noviembre: “Nota: En este día veinte y cinco de noviembre, ha dispuesto la Junta de Sanidad se cante un Tedeum en acción de gracias por haber terminado el Colera; y volverán los entierros á hacerse como siempre con ácompañamiento y toque de campanas, lo que estampo para que conste. Firmado. Garcia” 21.

 Tras la declaración de estado de sanidad y finalización de la epidemia de cólera, hubo dos fallecidos, el primero en 27 de noviembre, una mujer de 21 años, por cólera, y en 29 del mismo mes otra mujer de 18 años, también por cólera, que sería la última fallecida por la enfermedad, ambas en la feligresía de la Parroquia de Santa María de la Asunción22

  Tabla I. Comparativa de fallecidos en los meses de septiembre, octubre y noviembre desde 1850 hasta 1860, en la feligresía de la Parroquia de Santa María de la Asunción, de Guadalcanal. 

Mes/Años18501851185218531854185518561857185818591860
Septiembre159641685887
Octubre11104632815656
Noviembre66197109121256
TOTAL822101917582532261819

Tabla II. Comparativa de fallecidos en los meses de septiembre, octubre y noviembre de 1855, en la feligresía de la Parroquia de Santa María de la Asunción, de Guadalcanal. 

 Fallecidos por cólera o su sospechaOtras enfermedades o causas  TOTAL
Septiembre11516
Octubre191332
Noviembre5510
TOTAL253358

En las tablas I y II, podemos apreciar la mortalidad en los meses de septiembre a noviembre de 1855, en que los fallecidos totales en la feligresía de la Parroquia de Santa de la Asunción, ascienden a 58 personas, de las que 33 son por muertes por causas “ordinarias” y 25 por cólera o su sospecha.  

 Tabla III. Comparativa de fallecidos en los meses de septiembre, octubre y noviembre desde 1850 hasta 1860, en la feligresía de la Parroquia de Santa Ana, de Guadalcanal. 

Mes/Años18501851185218531854185518561857185818591860
Septiembre162521039664
Octubre234211067635
Noviembre141251210563
TOTAL413798211126171512

Tabla IV. Comparativa de fallecidos en los meses de septiembre, octubre y noviembre de 1855, en la feligresía de la Parroquia de Santa Ana, de Guadalcanal.

 Fallecidos por cólera o su sospechaOtras enfermedades o causas  TOTAL
Septiembre2810
Octubre3710
Noviembre101
TOTAL61521

  En las tablas III y IV, podemos apreciar la mortalidad en los meses de septiembre a noviembre de 1855, en que los fallecidos totales en la feligresía de la Parroquia de Santa Ana, ascienden a 21 personas, de las que 15 son por muertes por causas “ordinarias” y 6 por cólera o su sospecha.

  Tabla V. Comparativa de fallecidos en los meses de septiembre, octubre y noviembre desde 1850 hasta 1860, en la feligresía de la Parroquia de San Sebastián, de Guadalcanal. 

Mes/Años18501851185218531854185518561857185818591860
Septiembre553231142876
Octubre31313948534
Noviembre41111117144
TOTAL12774721917141414

 Tabla VI. Comparativa de fallecidos en los meses de septiembre, octubre y noviembre de 1855, en la feligresía de la Parroquia de San Sebastián, de Guadalcanal.

 Fallecidos por cólera o su sospechaOtras enfermedades o causas  TOTAL
Septiembre4711
Octubre639
Noviembre101
TOTAL111021

En las tablas V y VI, podemos apreciar la mortalidad en los meses de septiembre a noviembre de 1855, en que los fallecidos totales en la feligresía de la Parroquia de San Sebastián, ascienden a 21 personas, de las que 10 son por muertes por causas “ordinarias” y 11 por cólera o su sospecha.

  Tabla VII. Comparativa del total de fallecidos en la villa de Guadalcanal entre 1850 y 1860.  

Iglesia/año18501851185218531854185518561857185818591860
Santa María71614139371516222117
Santa Ana687710511830171115
S. Sebastián111131213121229181513
TOTAL24352432321004575574745

 Tabla VIII. Comparativa de fallecidos por causas, en los meses de septiembre, octubre y noviembre de 1855, en la villa de Guadalcanal. 

 Fallecidos por cólera o su sospechaOtras enfermedades o causas  TOTAL
Septiembre 73037
Octubre 282351
Noviembre 7512
TOTAL 4258100

Tabla IX. Comparativa de los fallecidos por causas ordinarias en la villa de Guadalcanal entre 1850 y 1860. 

Iglesia/Año18501851185218531854185518561857185818591860
Santa María716141393015116222117
Santa Ana687710231830171115
S. Sebastián11113121351229181513
TOTAL2435243232584575574745

En la tabla VII observamos que la mortalidad total en la villa durante los meses de la epidemia de cólera ascendió a 100 fallecimientos, a los que debemos restar los fallecidos por enfermedades ordinarias o normales y accidentes, reflejado en la tabla VIII, que fueron 58 fallecidos, nos daría la cifra de 42 fallecidos por cólera o la sospecha de la dicha enfermedad. Sin el conocimiento de los datos exactos de padrones o censos de aquel momento de la población de la villa, nos impide elaborar más cálculos, aunque podemos realizar una aproximación de la población de Guadalcanal en 1855, que rondaría los 4.710 habitantes23. Esta cifra tampoco, aunque orientativa, nos permite otros cálculos más o menos exactos ya que en el mes de septiembre la población experimentó la llegada de un numeroso contingente de emigrantes de otras poblaciones cercanas que se refugiaron en la villa y sus alrededores huyendo de la epidemia. Otro dato que dificulta la exactitud de los cálculos, es el hecho de que en las partidas de difuntos de las parroquias no se hace constar la vecindad y origen de todos los fallecidos, solo en la mayoría de los casos la dirección del fallecimiento. Tras varias entrevistas con guadalcanalenses de cierta edad, constatamos que actualmente continúa en la memoria el recuerdo de esta epidemia, contándonos como la gente del pueblo se marchaba de este huyendo de la epidemia refugiándose en el campo, en cortijos de labranza y bodegas.

 Tras estudiar y redactar todos los datos y noticias que encontramos sobre la epidemia de cólera acaecida en 1855 en la villa de Guadalcanal, que nos pueden dar una idea general de lo que ocurrió, me puedo aventurar a decir, que las condiciones generales de la población a nivel higiénico eran bastante buenas, si las comparamos con las poblaciones vecinas, que el Ayuntamiento de la villa se adelantó a los acontecimientos, tomando medidas, desde la primera noticia oficial de la que tuvo conocimiento, lo que en gran medida sin duda contribuyó a minimizar los fallecimientos entre los vecinos estables de la villa.

 Sirva esto para recordarnos que la historia siempre se repite incluso en esta época de tecnología y comodidades. Este artículo fue redactado durante el confinamiento obligatorio, establecido por el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. Úbeda, 24 de marzo de 2.020.   

*.- Mi profundo agradecimiento a Don Gonzalo Salvador Fernández Copete, Cura Párroco de la Iglesia de Santa María de la Asunción, de Guadalcanal, que sin su ayuda y confianza, este articulo y otros estudios no hubieran sido posibles. **.- Mi agradecimiento a Don Ignacio Gómez Galván, 4º Teniente Alcalde del Ayuntamiento de Guadalcanal y Concejal de Cultura y Patrimonio.

1.- Investigador del apellido Castilla y Vicepresidente de la Asociación de Familiares y Amigos de los Castilla – AFAC. E-mail: apellidocastilla@gmail.com.

2.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 116-116v.

3.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 120v-125.

4.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 132v-138.

5.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 103v-104.

6.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 104-105.

7.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 99v-100v.

8.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 101v-102.

9.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 109v-110v.

10.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 125-127v.

11.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 131-132v.

12.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 128-129.

13.- Libro de Defunciones D-6. Parroquia de Santa Ana, de Guadalcanal.

14.- Libro de Defunciones D-7. Parroquia de Santa María de la Asunción, de Guadalcanal.

15.- Libro de Defunciones D-5. Parroquia de San Sebastián, de Guadalcanal.

16.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 144-145 (125).

17.- Libro de Defunciones D-7. Parroquia de Santa María de la asunción, de Guadalcanal. Pág. 144v.

18.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 148v-149v.

19.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 152v-153.

20.- Libro 8 – Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guadalcanal. Pág. 163v-168.

21.- Libro de Defunciones D-7. Parroquia de Santa María de la asunción, de Guadalcanal. Pág. 158v.

22.- Libro de Defunciones D-7. Parroquia de Santa María de la asunción, de Guadalcanal. Pág. 159-159v.

23.- Rodríguez Márquez, Rafael. Guadalcanal, un pueblo en la memoria. 2018. Wanceulen Editorial. I.S.B.N.: 978-84-9993-963-6. Pág. 160.

Otra bibliografía.

Rodríguez Flores, María del Pilar. Epidemia y sociedad en Badajoz: (1854-1866). Colección Historia n.° 21. Departamento de Publicaciones. Diputación Provincial de Badajoz. I.S.B.N.: 84-7796-812-8.

Aránega Castilla, Francisco Miguel/Serrano García, José Antonio. Las adversidades de la provincia de Jaén: plagas y calamidades, su respuesta. Instituto de Estudios Giennenses. enero-junio. 2013. Nº 207. Págs. 801-822. I.S.S.N.: 0561-3590.

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