Martes 15, 11 noche. En las minas de San Pedro, término de Guadalcanal, el barrenero Santiago Guardado Olivera, bajó a un pozo de 40 metros de profundidad a colocar cuatro barrenos.
Terminada la tarea, subía en la jaula, y al intentar ganar tierra en el sitio donde debía apearse, lo hizo antes de que parase la jaula y cayó al fondo en el instante en que hacían explosión los barrenos.
El infeliz obrero quedó destrozado.
