06.JUN.1920.- ABC – EL ASESINO DE LA GUARDABARRERA Y SUS HIJAS ES DETENIDO. RELATO HECHO POR EL CRIMINAL.

Sevilla 5, 11 noche. En Guadalcanal ha detenido la Benemérita al autor del triple asesinato de Cazalla de la Sierra.

Se llama Antonio Martínez, Rabazo, y es trabajador del campo.

Convicto y confeso del crimen, lo explicó de la siguiente manera:

Que conocía a la guardabarrera desde niña, y que era muy buena.Se hallaba en la caseta aquel día, y repentinamente sintió deseos de matarla.

La acometió en el momento en que se hallaba de espaldas y regaba unas plantas en el huerto.
Armado de un cuchillo se lanzó sobre la infeliz mujer y la asestó una cuchillada.
La guardabarrera cayó al suelo, pero logró incorporarse.

Entonces se entabló una ruda lucha entre ambos. El asesino repetía los golpes sin cesar.
La víctima, cubierta de heridas, consiguió escapar hasta la cerca del huerto donde se desplomó exánime.
Rabazo continuó dando cuchilladas a la guardabarrera, y aún su bárbara furia agresora le llevó a descargar varios golpes sobre la cabeza de la moribunda con un peñasco.
A los gritos y al ruido de la lucha acudió la mayor de las hijas de la guardabarrera la cual se abrazó al cuerpo inanimado de su madre, y suplicó al asesino “que no hiciera daño a su mamaíta”. Rabazo la tapó la boca, la arrastró del interior de la caseta y allí la mató de varias cuchilladas.
Iba a salir el asesino, insatisfecha su ferocidad exterminadora, y observó que dormía en su cama la menor de las niñas.

De una cuchillada le arrancó la vida.

Rabazo halló un arca abierta, y tomó de ella 350 pesetas. Huyó a refugiarse en Guadalcanal, donde pasó dos días oculto en su domicilio.

Ayer decidió salir, y visitó una casa mal reputada, donde le detuvo la Benemérita. Intentó fugarse.
Al saber el vecindario la detención del criminal se estacionó ante la cárcel, profiriendo gritos de indignación.
Al excarcelar al asesino para trasladarlo a Cazalla de la Sierra, el pueblo, enfurecido, intentó lincharlo.
La Benemérita hizo grandes esfuerzos para impedirlo.

La conducción del criminal hasta Cazalla se hizo por la carretera; iba esposado y con grilletes, colocado sobre una caballería.

El Juzgado, después de tomar declaración a Rabazo, puso en libertad a los dos individuos detenidos por sospechas.

El vecindario ha iniciado una suscripción para recompensar la actividad de la Benemérita, que ha trabajado sin descanso hasta descubrir y capturar al asesino.

Este tiene todas las características de embrutecimiento e idiotez.

La declaración, hecha con todo detalle, la interrumpió varias veces para decir entre sollozos: “¡Era muy buena la pobrecita! (Por la guardabarrera.) ¡Pobrecitas las niñas; cuánto lloraban!”.

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