D. Fadrique Enríquez de Ribera

Comendador de Guadalcanal y primer marqués de Tarifa

Fuentes.Diccionario Enciclopédico Ilustrado de la Provincia de Cádiz. Fundación Medinaceli, Historia y decadencia del Señorío de Ribera, Centro de Estudios Turolenses (historia del Siglo XVI).

Nacido en 1476 en la casa de la collación de Santa María de Sevilla y fallecido en esta misma ciudad el 6 de noviembre de 1539, hijo de Pedro Enríquez de Quiñones, IV Adelantado Mayor de Andalucía y de Catalina de Ribera, Marquesa de lo Morales, Señora del Coronil y las Aguzaderas y descendiente de Don Alonso Enriquez, Almirante de Castilla.

En 1499 se desposó con Dña. Elvira Fernández de Córdoba conocida como “Elvira de Herrera”, de su matrimonio no tuvo descendencia, si de otras uniones extra conyugales con Isabel Martel Azamar y con Mayor Ponce de León, con quienes tuvo una hija en cada caso.

Entre otros títulos poseía los de Adelantado de Andalucía, Comendador de la villa de Guadalcanal, Marqués de Tarifa, alcalde mayor de Sevilla, señor de Alcalá de los Gazules y Caballero de la Orden de Santiago

Parece que el titulo de Comendador de Guadalcanal que le fue concedido en 1494 cuando apenas contaba 18 años, fue un titulo honorífico debido a su linaje y descendencia de la casa Enríquez que tenía gran afinidad con nuestra villa, aun así parece que la resolución en su cargo fue longeva, así lo demuestran algunos documentos encontrados datados en 1513, fecha en la que se le cita como comendador de la villa de Guadalcanal. Existe en documento de fecha 8 de septiembre de 1511 en el que dicta una sentencia de resolución de un litigio entre dos moradores de esta villa sobre la propiedad en extramuros de una morada y huerto aledaño de ajuar por méritos de guerra del primero de ellos y herencia maestral reclamada por el otro, resolviendo a favor del primero.

Hay que destacar el litigio que mantuvo el comendador Enríquez con los curtidores de la villa, al encontrarse las tenerías en el centro de la villa y abasteciéndose estos de las aguas de la fuente que existía en la Plaza Mayor, ordenó el traslado a otro lugar no tan céntrico, los artesanos del gremio se opusieron alegando al Concejo que la manipulación de pieles era vital para la villa, beneficiando incluso a las rentas del maestre, encontrándose en la villa los canónigos como visitadores, restringieron el agua a los curtidores en favor del comendador y favoreciéndole en tres días a la semana del agua de la citada fuente, para abastecer su casa y regar las huertas de palacio, los curtidores acatando la orden, no pudieron disfrutar del privilegio de las aguas y tuvieron que construirse pozos particulares en sus industrias y teniendo que acondicionar la salida de aguas sucias por desagües para que no corrieran por la calle de Las Huertas, el incumplimiento de esta sentencia sería denunciada con seiscientos maravedíes a los que quebrantaran la orden de esta sentencia.

Don Fabrique, pro hombre ilustrado fue especialmente conocido en la villa Hispalense por su célebre peregrinación a Tierra Santa, iniciada el 24 de noviembre de 1518 desde el palacio de Bornos, villa que fue recuperada después de haber sido donada por D. Francisco Enríquez, su hermano a los monjes, fue especialmente reconocida esta peregrinación a los Santos Lugares, ya que fue la primera efectuada después de las Cruzadas; tras su regreso a Sevilla a su morada (actual Casa de Pilatos), se realizó un singular Vía Crucis que parece ser que con el tiempo dio origen a la actual Semana Santa sevillana.

Parece que este primer viaje le dejó marcado y su nostalgia le llevó de nuevo a Jerusalén, veinte años después volvió a peregrinar a Tierra Santa, ahora a sus 62 años de edad, los recuerdos de aquel primer viaje le atormentaban en sus sueños, y la búsqueda espiritual que había creído encontrar con su peregrinación a Tierra Santa, se le antojaba desde su regreso a Sevilla incompleta, llevaba pues veinte años de angustia buscando en su tierra lo que no pudo traerse de Jerusalén, el Paraíso.    

Don Fabrique recorrió el camino ultimo que hizo Jesús antes de llegar al Calvario, desde la Puerta de los Leones hacia el Oeste a través de la ciudad antigua y dirigió sus pasos hacia la iglesia del Santo Sepulcro, fue allí donde el peregrino, tras confesar sus pecados y participar en la Eucaristía creyó realizar su ansiado encuentro con el hijo de Dios.

Mediante una Bula del Papa Clemente VII reuniría en una sola a las tres antiguas parroquias de Alcalá de los Gazules, sede de la casa de los Ribera, siendo prueba de su preocupación por el buen gobierno de sus vasallos y redactando Don Fabrique las ordenanzas para esta villa en 1528.

Le fue concedido el título de primer marqués de Tarifa, en 1514 por la reina Doña Juana I. Las tierras comunes de los vecinos de Tarifa fueron ocupadas por una supuesta donación que Juan II hizo a Fabrique Enríquez el 6 de mayo de 1477 y la tenencia y señorío de Tarifa, en octubre de 1530 los habitantes de Tarifa en Juntas de Vecinos entablaron un pleito contra el Marqués por la posesión de las tierras, este litigio con la casa del Señorío de los Ribera ha durado varios siglos.

Falleció el 6 de noviembre de 1539, sin descendencia legítima, siendo enterrado en el panteón familiar de la Casa de los Ribera del Monasterio de la Cartuja de Sevilla y le sucedió en el Señorío ese mismo año, por su primo Per Afán de Ribera y Portocarrero.

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