Comentario al libro de Antonio Viudas Camarasa, sobre El Miajón de los Castúos

Fotografía Antonio Viudas Camarasa

Javier Medina López

ANTONIO VIUDAS CAMARASA, Texto y vocabulario de El Miajón de los Castúos de Luis Chamizo, Real Academia de Extremadura, VI, Cáceres, 1994, 302 págs.

Luis Chamizo nació en Guareña en 1894 y murió en Madrid en 1945, donde publica El Miajón de los castúos (Rapsodias extremeñas) en el año 1921. El interés que tiene este texto radica en que para su composición el autor empleó la modalidad dialectal de Guareña (Badajoz), su pueblo natal. Se trata, por tanto, de un documento literario que pretende recoger –como muchos otros– las variantes dialectales rurales o menos conocidas, en este caso dentro del extremeño general. Los “castúos”, nombres que reciben los personajes de este entorno, se convierten en verdaderos arquetipos de la cultura popular, marginada y olvidada en el ritmo actual de las sociedades modernas. Luis Chamizo, según explica el editor, es uno de esos autores que a principios del siglo XX se decantaron por elevar a la categoría literaria las palabras “salidas de la boca del pueblo”, frente a los que rechazaban cualquier inmersión popular en el terreno de la literatura. También a Luis Chamizo se le debe el que la Real Academia Española haya admitido en los diccionarios –a partir de El miajón de los castúos– la mayoría de las voces dialectales empleadas, con el matiz de extremeñismos. Miajón es un aumentativo ‘migajón’ y castúos ‘castizo’, ‘nacido con casta extremeña’. Por sus valores literarios y su impronta dialectal, el poema de Chamizo se ha covertido en el representante más claro de la poesía regionalista de Extremadura.

El profesor Antonio Viudas Camarasa lleva a cabo una ejemplar edición del texto de Luis Chamizo, ofreciendo primero el texto literario chamiciano (con 13 grupos poéticos, cada uno de ellos encabezado por un título, con un total de 1375 versos), y su propio estudio del vocabulario dialectal después. Según explica Viudas Camarasa, el vocabulario es “fruto de una primera idea que tenía por objetivo el confeccionar un índice de concordancias. El método seguido ha consistido en localizar cada una de las ocurrencias de las voces en los correspondientes versos y averiguar, gracias a la definición textual, el significado o significados de cada palabra” (Nota preliminar, pág. 86). El punto de partida metodológico también está basado en las directrices seguidas por René Pellen en los índices de concordancias del Poema de Mio Cid, editado en París en 1979 por los Annexes des cahiers de linguistique hispanique médiévale.

El orden seguido es el alfabético, al modo del diccionario académico, con las abreviaturas usuales del mismo. Después de cada entrada –la forma del infinitivo de los verbos y el masculino singular de los sustantivos y adjetivos tienen preferencia sobre las restantes variedades gramaticales de una determinada palabra– se indica, entre paréntesis, la frecuencia de aparición de una voz, seguida de información lexicográfica para identificarla y la definición contextual. Acto seguido aparecen en negrita las ocurrencias reales de cada voz, con indicación del verso o versos en que se halla y su transcripción literal. De esa manera, se puede seguir también un índice de concordancias. Así, por ejemplo: acagazar. (1) prnl. Luis Chamizo, 1921, “Acagazarse: Acobardarse. Sentir miedo ante algún peligro”. acagaces (1): 718 no te acagaces y aprieta.

Resulta muy sugerente este tipo de análisis lexicográfico dentro de las áreas dialectales hispanas, pues indudablemente suponen aportaciones bibliográficas de interés para los estudios del léxico. El problema radica –pensamos– en la perdurabilidad de ese vocabulario que, si bien tuvo una vigencia y vitalidad mucho más intensas en el pasado, hoy va quedando, en principio, como un reducto rural y arcaico, frente a la norma castellana estándar. Este tipo de textos ayuda a confrontar áreas dialectales similares en la actualidad o emparentadas históricamente. Una edición muy cuidada, editada bajo los auspicios de la Real Academia de Extremadura y por suscripción popular, la que ha llevado a cabo Viudas Camarasa y que debe suponer un aliciente para otros trabajos similares y un punto de referencia para otras áreas de la dialectología hispánica.

Deja un comentario