Francisco de Mendoza “El Indio”

Datos facilitados por  Francisco Javier Escudero Buendía, autor del libro.

CAP. X. Administrador General de las Minas de los reinos y de Guadalcanal (Sevilla) (1556-1562).

“Siendo como este negocio es de gran importancia,

e que requiere persona de calidad, confianza y esperiencia,

e porque todas estas cosas concurren en vos don Francisco de Mendoza,

hijo de don Antonio de Mendoza (…) y así vos mando que vallais

a todas las cibdades, villas y lugares destos reinos (…)

donde se han hallado y descubierto y se hallaren

y descubrieren las dichas minas de oro y plata”.

Comisión para visitar las minas de los reinos. 1556.

  1. Visitador General de las Minas de los reinos (1556-1557): La “fiebre del oro” a la española.

En el momento en que Francisco de Mendoza entra en España en octubre de 1552 con la flota de Indias, manifiesta su intención de seguir íntimamente unido a ellas mediante sucesivos negocios, pero también y al mismo tiempo su deseo de no volver a ellas de inmediato; no podríamos interpretar de otro modo las palabras que expresa en su memorial a la Corte del año 1554: “Y asímismo se me haga alguna merced en los Reynos despaña como a otros caualleros de mi calidad”(1).

Como vimos esta petición de mercedes fue el punto de partida para la concesión del repartimiento de Pocona en el virreinato peruano, pero ante los reyes y gobernadores también le puso en la marca de salida para recibir algo más, aunque como sabemos, toda su experiencia política y de gobierno, – no hablamos ya como militar -, carecía de valor, ya que se había hecho a espaldas y sin consentimiento regio, y en su relación de méritos tan sólo constaban sus “jornadas” de Visitador General, tanto en México en 1542, como en Perú en 1552 (2).

¿Qué ofrecerle en España? Si nos ponemos en el lugar de aquel que debe escoger, lo más sencillo es apostar a caballo ganador, y si hasta ahora ha sido un eficiente Visitador General con amplios conocimientos técnicos, ¿por qué no volver a darle el mismo cargo? En una fase de su vida de transición e indefinición, la oportunidad no tardó mucho en producirse.

La corte recibe un aviso secreto de que unos vecinos de la Villa de Guadalcanal (Sevilla) llamados Martín y Gonzalo Delgado, habían descubierto unas minas abundantes de plata, con algo de oro. Inmediatamente dieron comisión al Marqués de Falces, Gobernador de la Provincia de León en la Orden de Santiago – sucesor en el mismo cargo de D. Antonio de Mendoza – con fecha de 11 de octubre de 1555, para que informara y atrajera al ámbito de la hacienda real la tal mina (3). La producción era tan relevante e inesperada (4), que ni veinte días después, el 29 de octubre de 1555, el rey Carlos había dado una comisión e instrucciones a Agustín de Zárate, con vara de justicia, para que pusiera cobro y recaudo en las tales minas.

Éste encargo incluía facultades para averiguación, administración, nombramiento de personal con vara de justicia y salarios, localización de nuevas minas, así como metal que hubiera sido sustraido con anterioridad, sin que ni el propio Gobernador, el Marqués de Falces, Alcaldes Mayores y concejos pudieran oponerle jurisdicción, ni gobernación; su comisión es de carácter temporal con un sueldo de dos ducados diarios (5).

A pesar de que la labor de este juez de residencia especial – contador y administrador de Guadalcanal (6) – era bastante satisfactoria, y sus conocimientos sobre el terreno adecuados, los monarcas seis meses después deciden nombrar más funcionarios para gestionar los posibles nuevos hallazgos, y sobre todo, para provocarlos.

Por ello se nombra a Martín de Remoin para ir a las nuevas minas descubiertas en Aracena, y pocos días después, el 24 de abril de 1556 se da comisión e instrucciones a don Francisco de Mendoza para que reconozca, ponga cobro y recaudo en las minas del reino. Es más, al igual que le sucedió a su padre don Antonio con el Virreinato de Nueva España – ofrecido en principio al Conde de Oropesa -, el primer candidato fue don Alonso de Tovar, pero al estar enfermo, y ser una comisión con exigencia física, la Princesa gobernadora aconsejó a Felipe II que fuera elegido nuestro personaje, mucho más joven (7).

  1. Ir a la Villa de Guadalcanal donde está encargado de la administración Agustín de Zárate, y después de entender de la fábrica y organización del trabajo, preparar un memorial y entregarlo al citado administrador para que lo cumpla, y lo mismo en Aracena, donde se encuentra Remoin; pero sin la facultad de poder removerlos de sus cargos.
  2. Deberá poner recaudo en la forma de obtener y fundir el metal – lavaderos, relaves, escorias, fundiciones, afinaciones, cendradas, coladuras, escobillas y almártagas -, así como en el control de la contaduría de la plata.
  3. Entenderá en el orden que se han tenido en los pertrechos y materiales que se han comprado, y a qué precios, habiendo mayordomo para controlarlo todo.
  4. Comprobar si la madera, leña y carbón se puede obtener de partes más baratas.
  5. Sobre el personal que trabaja en las minas, parece que los alemanes de Juan de Xuren cobran más de lo estipulado, que Zárate pide doscientos alemanes más, que debería contratarse todo el personal necesario para accelerar el trabajo y abrir y ahondar todos los pozos posibles durante el verano, incluidos esclavos negros si fueran necesarios.
  6. Podría verse la posibilidad de traerlo de las herrerías del Condado del Ruisellón, y de Vicaya y Guipuzcoa, para que vayan con más brevedad que los alemanes.
  7. Los halladores y descubridores de las minas piden compensación y parte en ellas, y se debe buscar que no se les haga agravio, se pondrán personas que lo vean y libros y cuentas, sin que se den lugar a fraudes ni hurtos.
  8. Para las fundiciones y afinaciones se permite a don Francisco nombrar una, dos o más personas especializadas, con un salario – según se ordena a Zárate – de mil ducados, siempre moderado, y librar gastos y cartas de pago de acuerdo a la comisión.
  9. También se estudiará la posibilidad de fabricar las minas a tajo abierto, para que fuesen descubiertas y no en pozos, y la gente tuviese menos peligro.
  10. Con esta instrucción se le entrega relación de Fernando de Somonte de las minas que se han venido a registrar a la Corte, y por qué personas y en qué parte están. Habrá que investigar si los que las encontraron tenían licencia, y si están en baldíos, comunes o heredades privadas.

En ningún momento se dice que don Francisco sea en este momento Administrador de las minas del reino; ninguna de las cartas en las que el rey se dirige a él especifica cargo alguno, llamándole simplemente don Francisco de Mendoza, y dejando muy claro que se trata de un Visitador con poderes de administración (8) y de forma temporal, sin salario fijo, sino con adelantos de 500 ducados mientras la comisión durase, al igual que le sucedía a Agustín de Zárate. Para don Francisco es una continuación natural de la labor que, por mandato de su padre, llevó a cabo en el reino peruano, cerro del Potosí y oros lugares.

No hace falta ser demasiado perspicaz para darse cuenta de que ambas se solapan y son similares a las que recibió Zárate, habiendo cambiado las circunstancias y necesidades de las minas, aunque siendo el ámbito espacial más amplio en esta ocasión y estando don Francisco jerárquicamente por encima de su predecesor, lo que provocaría problemas en el futuro.

¿Por qué este cambio? Porque Zárate había sido enviado exclusivamente a Guadalcanal, y posiblemente los gobernantes no lo consideraban un hombre por sus características válido para hacer una labor de búsqueda y barrido de toda región en la búsqueda de nuevos yacimientos: No nos equivocamos demasiado si describimos esta época como una especie de “fiebre del oro” a la española, incitada sin duda por la llegada de metales americanos, lo que había producido un inusitado interés en buscadores particulares y privados que según se deduce del intercambio epistolar, registraban sus hallazgos en la Corte.

Éstos ya habían dado recientemente con ricos nichos en Guadalcanal y Aracena, sacando a la luz explotaciones antaño conocidas, pero que se pensaba estaban agotadas y en desuso (9), o quizás con los nuevos métodos ahora sí eran rentables, o simplemente y viéndolo con la perspectiva del tiempo pasado, el “fervor” por el hallazgo de Guadalcanal hizo ver filones donde quizás no los había.

Sin embargo y antes de finalizar este apartado, deberíamos volver al principio, al motivo por el que los reyes pensaron en él; el primer punto que tenemos que tener en cuenta es que no nos consta que lo pidiera expresamente; evidentemente su experiencia como visitador de las minas de Potosí y como técnico le avalaba, pero hay otros datos que nos inducen a pensar que hubo otras razones que se sumaron a ésta.

La conexión familiar, la “tela de araña” de intereses que habían tejido durante décadas los miembros de la Casa de Tendilla y Mondéjar no puede ser desdeñada; no ignoramos que su padre había sido en el año 1528 Gobernador de la Provincia de León, que incluía Hornachos, Mérida, Llerena y por supuesto Guadalcanal, lugares adonde ahora era enviado, y que conocía muy bien, y donde incluso pudo haber residido en algún momento de su vida.

Es más, su tío Bernardino de Mendoza, con el que pasó su juventud, fue Comendador de Alcuéscar y Mérida, al igual que sus primos hermanos, y hasta tal punto era intensa su relación pacense, que fue el Capellán de Mérida, donde posiblemente estaba avecindado, el que le completó su hábito de Caballero de Santiago en 1542, justo antes de partir hacia las Indias. ¿Casualidad o intención? En la historia, creemos, no existen las casualidades (10): El conocimiento del terreno, así como una hábil maniobra de los “totem” de la familia – Bernardino, Luis Hurtado -, pudo hacer el resto.

  • Las primeras actuaciones del Visitador General.

Francisco de Mendoza con su comisión “debajo del brazo”, parte desde la Corte en Valladolid posiblemente a principios de mayo de 1556; así lo reconoce el rey que le escribe el 26 de mayo(11). También sabemos que posiblemente pasó de camino hacia Guadalcanal por Valverde, porque así también se lo había encargado el monarca; el 25 de mayo ya había llegado a Guadalcanal, habiendo pasado primero por Cazalla, por lo que vemos la urgencia del encargo por la que salió y llegó pronto.

Comienzan los primeros roces con Agustín de Zárate, que en el futuro se harán insostenibles; Zárate aplica un método tradicional, siguiendo ciegamente a los fundidores alemanes, lo que segun Mendoza es un grave error – es una trampa, ya que luego él confiaría en ellos (12) – ya que la forma de producir actual hace perder mucho metal, es decir que su predecesor simple y llanamente no tiene ni idea del negocio de las minas, y debe aceptarse toda prueba y ensayo que sea necesaria para mejorar la producción; el noble manchego considera a las minas como “hacienda suya”, al igual que lo hicieron sus abuelos, sus padres, sus tíos y sus hermanos antes que él con todo asunto que caía en sus manos:

“y por la noticia que yo tengo de las minas que he visto, así en la Nueva España, como en el Perú, y vistas estas, me parece que tienen razón, y que si fuera la hacienda mía, se pusiera luego por obra, y cesara la manera como agora se beneficia”

A tanto ha llegado el desencuentro, que Francisco de Mendoza ha decidido no vivir en la casa de la mina junto a Zárate y sus colaboradores para poder tener independencia a la hora de establecer sus nuevas directrices, y ha mandado traer una tienda desde Sevilla y vive en ella; no es una mera decisión técnica, ni mucho menos (13). Lo que se estaba ventilando era una pugna por el poder y la preeminencia en una sociedad tan estamentalizada como la de aquella época, siendo como eran en estos momentos poseedores en Guadalcanal en la práctica del mismo cargo por error o acierto de los monarcas, cuyos motivos reales y ocultos – ¿pensaban que así se controlarían mutuamente? ¿No querían destituir a ninguno de los dos por los compromisos adquiridos?- son un misterio.

Esto nos da varias claves sobre el carácter de Mendoza, más parecido al de su padre que a otros de sus familiares: Decidido y autoritario, sí pero muy paciente; es posible que su tío Bernardino o cualquier de sus primos hubieran montado en cólera con Zárate y hubiera sido éste y no el “jefe” el que hubiera tenido que abandonar la casa principal; de todas formas la insistencia tiene su premio porque su antecesor, poniendo como excusa la enfermedad, se marcha poco después, dejando el camino libre a don Francisco, no sin antes tener algún roce más (14).

Otras claves de su personalidad nos la da la continua experimentación que realiza de nuevos ingenios, ofrecidos por los más variopintos y extraños personajes: El ermitaño Fray Gabriel de Garay, Francisco de Ocampo (15), la carbonilla (16), la amalgamación con azogue – mercurio – que según Mendoza no era útil para Guadalcanal. Podemos pensar que era un mandato real, y no nos equivocamos, pero esto podría apartarnos de la realidad, y es que no estamos con un político al uso, ya que en vez de enviar a los técnicos e ingenieros, y fiarse de sus informes, se convierte en uno más comprobando personalmente los pozos:

“Asímismo he tratado con las personas que aquí han venido, si tienen arte estas minas de durar mucho (…) y por sanearme más yo entré en los pozos y me pareció lo mismo”(17)

A nivel todavía más personal, será aquí donde conozca a Pedro Luis de Torregrosa, el que demostrará como su albacea y testamentario una fidelidad hasta el final de ambos encomiable (18); relacionado con la ciudad de Sevilla y la Casa de la Contratación, pero que nuestro protagonista conocerá en Guadalcanal, donde trabajaba desde el 18 de diciembre de 1555 – lo trajo su gran “enemigo” Agustín de Zárate -, pero al que dio instrucciones como su subordinado el 21 de junio de 1556 de acuerdo a las recomendaciones del rey (19).

  • Los viajes y las nuevas ordenanzas (1556).

La actividad de Francisco de Mendoza en la primera parte de este año de 1556 es frenética; en junio vuelve a viajar a Cazalla, desde donde escribe el 6 de julio, montes de Constantina y Azuaga para conseguir madera de sus montes; a Zalamea la Vieja para examinar las antiguas explotaciones y después tiene pensado volver a Guadalcanal, para partir hacia Aracena y después pedir licencia a Su Majestad para poder ir a la Corte a dar nuevas (20). El 12 de julio está en Sevilla (21) posiblemente negociando la suplicación – recurso ante los tribunales – de los concejos afectados por la madera, y le ayuda mucho Diego López, veinticuatro de la ciudad de Sevilla, y el rey le ha escrito dándole gracias (22).

Toda esta precipitación no es extraña, teniendo en cuenta los compromisos del rey; cuenta ya con todo lo que ha de venir, y los mil ducados que se sacaban antes de cambiar de sistema de extracción (23), y se da licencia para trabajar hasta los días de fiesta, que se hagan más pozos, se meta más gente, y se fabriquen todos los hornos necesarios. ¿En qué se gastaba la hacienda el dinero de Guadalcanal? También lo sabemos, en un negocio que fue y sería muy mendocino: La armada y las galeras de Orán, mandadas por Andrea Doria y Álvaro de Bazán (24).

En esta primera etapa, uno de los temas en que más hincapié hizo, al igual que sucedió en Nueva España, en Perú y en Estremera, fue en desarrollar uno de los cometidos fundamentales de aquel que se considera dirigente y es reglamentar la organización de sus subordinados mediante leyes, los reglamentos y las regulaciones, en este caso las llamadas ordenanzas. El monarca le había dado al parecer carta blanca para hacerlas y para remover y nombrar personas, lo que indica una absoluta confianza en su persona (25); de todas formas él ya se había adelantado a estos buenos deseos reales, y el 2 de julio ya había redactado un texto muy extenso, se habían asentado en los libros de contaduría de las minas, y se habían remitido a la aprobación regia.

Por cédula real de 29 de julio de 1556 se le contestó que se consultaría, y después de ser examinadas por los contadores mayores y otros cargos, fueron despachadas el 30 de octubre de 1557 (26), el mismo día en que es nombrado administrador – el cargo ya aparece en el texto, con lo que queda la duda si fue el propio Francisco de Mendoza el que lo solicitó o dio por hecho indirectamente -:

“Las ordenanzas que habéis hecho para la fábrica de Guadalcanal mandaré que se vean y vos, cuando volviéredes allí, veréis si hay algo que enmendar o acrecentar en ellas, y sea de manera que Agustín de Zárate quede más libre y desembarazado de lo que ha estado hasta aquí para que pueda mejor servir en lo de la administración de la fábrica (27)”.

Del examen de su contenido, se deduce que es una minuciosa enumeración de las obligaciones, no solamente de horarios, pasos, procesos sino incluso técnicas, de los diferentes grupos de personal implicados en el proceso de la extracción y elaboración de los metales, comenzando por el administrador general – como hemos dicho el propio Mendoza -, los depositarios, el escribano, afinadores, guardas de los hornos, veedor, contratador de personal, ensayador, transportista del metal, entre otros:

  1. Primeramente el administrador general ha de proveer que se hagan cajones de madera con sus llaves para que se tengan a buen recaudo los metales que se saquen de los pozos, desde la boca hasta la casa. – Frente al resto de subordinados, las funciones del administrador apenas se dibujan, lo que entendemos es una meditada imprecisión de Mendoza para que éstas fueran más amplias y arbitrarias -.
  2. Las dichas tres personas deben dar el metal a los fundidores por peso y a treinta arrobas de metal cada fundición, y asentarlo en un libro.
  3. El escribano asistirá a los hornos de la fundición a echar la contramarca a las barras de plomo-plata que se sacaren cada día, con una señal diferente a las planchas de cada horno.
  4. Los dichos depositarios de los metales también tendrán cargo de recibir y guardar en pieza aparte la almártaga comprada y las grietas y cendradas de los buitrones. Estas se darán a las fundiciones por peso en presencia del escribano.
  5. Los tres depositarios tendrán las llaves de la casa de los metales y de las piezas donde se guarda el plomo-plata, las almártagas, cendradas y grietas, y las deberán abrir conjuntamente.
  6. Además y por extenso se establecen normas técnicas muy precisas para los afinadores, las guardas de los hornos, el veedor, el contratador del personal, ensayador de las minas, persona del cargo de la plata hasta Sevilla…

Si los cálculos son correctos, él llegó a Guadalcanal el 26 de mayo, y a pesar de prácticamente no haber parado en todo el mes de junio, tuvo tiempo para prepararlas; los que conocemos la técnica legislativa sabemos que él no pudo hacerlas en tan poco espacio si antes no tenía un borrador en mente, posiblemente desde su etapa mexicana, y su experiencia por tanto era mayor de lo que nos presumiamos (28), y su nombramiento más que justificado.

De todas formas sus éxitos iniciales y su influencia se ven prontamente truncados; Mendoza había nombrado a diecinueve funcionarios, pero el intervencionismo estatal en la industria minera era muy alto (29), y la intención de la Corona no era otra que incorporar en la hacienda y patrimonio reales “todos los mineros de oro, plata y azogue de nuestros reinos”, con lo que se establecieron unas ordenanzas generales de minas el 10 de enero de 1559 (30), con las que Mendoza no estaba de acuerdo (31), aunque no tuvo más remedio que cumplirlas (32).

Quizás en desagravio – pensamos mal de las intenciones del administrador, pero a veces no nos deja más remedio que hacerlo -, modificó las anteriores ordenanzas de personal de Guadalcanal sobre las que él sí tenía potestad absoluta el 26 de abril del mismo año (33), cambiando principalmente los temas del control de los trabajadores – que se encarga al veedor -, ordenando el cambio de los guardas de los pozos por turnos, y en cierto modo unas normas básicas de archivo encargando al escribano que entregue a la contaduría todos los libros de fábrica que no puede guardar al no tener aposento.

  • Francisco de Mendoza de nuevo en la Corte: La enfermedad de tercianas y el asunto de Zárate (1556).

Volviendo a su etapa inicial de visitador, nos quedamos en el momento en que se le concede el permiso el 23 de julio para venir a la Corte, como él había solicitado el 6 del mismo mes, a tratar de los negocios de las minas, que no son otros que las ordenanzas de personal y pensamos que algún otro asunto particular(34). Pero no pudo ir, porque en la visita que había realizado a Sevilla y Aracena, cayó enfermo de tercianas – enfermedad que le llevaría a la muerte años después -, y todavía en septiembre no se había recuperado (35).

Este es el momento que aprovechó Agustín de Zárate para quejarse contundentemente al monarca de los métodos de Francisco de Mendoza(36), y hacer la “espantada” de su cargo, haciendo oidos sordos a sus funciones y dejándole solo precisamente cuando estaba indispuesto y más daño podía hacerle. La excusa que pone es precisamente su enfermedad, y que su jefe podía sustituirle, lo que en su boca suena completamente a ironía:

“Sabe Dios la pena que yo tengo de desamparar este negocio en tiempo de tanta necesidad (…) y aunque muriera en ella no la desamparara, sino fuera estando aquí don Francisco de Mendoza, que porná en ella el remedio que conviene durante mi absencia” (37)

Como se presumíra el 8 de septiembre el rey contesta a Agustín de Zárate denegándole el permiso para abandonar el puesto de contador (38), y aunque consigue después de mucha insistencia que le den permiso el 2 de octubre, Mendoza, que ha vuelto (39) no le dejará ir (40). Tanta fue la tardanza que no llegó a ver al rey en persona, que ya había partido para Flandes, pero remitió un memorial en Valladolid por el que sabemos que había servido en Flandes e Inglaterra, a todas luces preparando su retiro (41), y aún tendrá que sufrir un tiempo más la compañía de Mendoza que había llegado a la Corte a principios de 1557 (42).

Efectivamente, el 2 de octubre se le había ordenado que una vez que llegara el alemán, partiera para la Corte y después a Flandes (43); él no quiere ir y así se lo comunica al Secretario del Rey Francisco de Eraso; al final consigue eludir el mandato real, posiblemente después de haberlo negociado personalmente en los subsiguientes dos viajes que hará a Valladolid (44). Las razones de esta negativa no pueden encontrarse en el miedo a la batalla, – dio sobradas muestras de que no lo tenía -, sino posiblemente en la cantidad de asuntos pendientes que tenía en España y en las minas, que le permitieron salirse con la suya y revertir la primera intención regia.

Porque al estar Mendoza y Zárate fuera de las minas, el negocio se iba a la deriva, lo que hará que la Princesa gobernadora no esté muy conforme (45) y envíe a nuestro personaje urgentemente a Guadalcanal, y después de una breve “puesta a punto” – del 28 de febrero al 6 de abril – volvió a partir al lunes siguiente hacia la Corte de nuevo (46), donde ya estaba para la Pascua de Resurrección (26 de abril), y el 10 de mayo comunica al rey que los del Consejo de Hacienda no se han puesto en contacto con él en ningún tipo de negocios de las minas (47).

Algo importante se estaba fraguando, y no es otra cosa que la guerra con Francia y la batalla de San Quintín, donde por lo que se ve iban a participar multitud de caballeros, entre ellos todos los Mendoza de Tendilla y Mondéjar, incluidos su hermano Íñigo y su tío Bernardino, y ahora sabemos que también él se encontraba en la lista.

  • La Batalla de San Quintín y el nombramiento como Administrador de las minas: El Muy Ilustre Señor.

En agosto de 1557 se produce un desastre para la familia, y que cambiaría el rumbo de su vida; su hermano don Íñigo, y su tío Bernardino, su padrino, ambos sus valedores como lo fueron de su padre, mueren en la batalla de San Quintín, el uno de un arcabuzazo (48),mientras que el otro murió quince días después de enfermedad, habiendo gobernado el ejército en aquella batalla (49).

La situación había cambiado de forma radical, ya que de pasar de ser un segundón, actualmente al faltar su padre don Antonio, su tío don Bernardino, su primo don Juan y su hermano don Íñigo en apenas cinco años, él es el cabeza de la estirpe, y receptor de la herencia familiar.

Inmediatamente, según deseo de su hermano, es nombrado Comendador de Socuéllamos el 8 de septiembre en el mismo San Quintín (50), y como aún no se conocía este hecho, administrador de la Encomienda el 20 de octubre por la Princesa gobernadora. No contento con esto, y basándose sin duda en que estaba en la Corte y podía reclamar para sí los servicios tan relevantes, y costosos, de todos los miembros de su linaje, consigue el ansiado ascenso en el negocio de las minería: Es nombrado Administrador General de las Minas el 30 de octubre del mismo año (51), con tratamiento de Muy Ilustre Señor, aunque muchos pensaron que lo fue desde el primer momento, nunca antes el rey se había dirigido a él como tal (52).

Todas estas rentas y asuntos le llevarán progresivamente a desocuparse del negocio de las minas para plantearse unos retos y metas mucho más elevados, y para lo que tendrá que pasar largas temporadas en la Corte y esperar a que vuelva el rey de Flandes y a solucionar todos sus contenciosos pendientes: Salvo una temporada visitando Almadén (53) y Guadalcanal a finales de 1557 y principios del ejercicio siguiente, el resto del tiempo lo pasa en la Corte hasta nada menos que el Domingo de Ramos de 1559 (54). Tanta ausencia le obligará a intentar nombrar un Teniente de Administrador, y a pesar de la opinión en contra del Consejo, acabará nombrándolo (55).

De todas formas el negocio no pasa por sus mejores momentos – ¿sabía el administrador que muy pronto debería dejarlo? – la explotación tan intensiva provocada por la avaricia regia había ya agotado la primera veta del Pozo primitivo llamado “El Rico”, y llevaba un año y medio sin dar plata; la insistencia de don Francisco para ahondarlo, a pesar de los gastos, dio su fruto en que fuera otra vez rentable, pero todo esto le sorprende, no es lo que ha visto en la Nueva España y cada día aprende algo nuevo y le hace dudar de sus predicciones iniciales sobre la riqueza de la mina (56).

Efectivamente, los pozos no serán eternos, se agotarán muy poco después, equilibrándose los gastos y rentas alrededor de 1566, y siendo abandonados definitivamente en agosto de 1576, ambas circunstancias estando ya fallecido nuestro protagonista, que no conoció el final también de esta fugaz “fiebre del oro” hispana (57).

  • Francisco de Mendoza en la Corte: La construcción de su legado.

En el otoño de 1559 Felipe II vuelve a España desde Flandes (58), para preparar una contraofensiva contra Trípoli y la Armada de la isla de los Gelves – Djerba -, acontecimientos que al final acabarán afectándole directamente, porque en ellos morirá su primo Juan de Mendoza y él acabará ocupando su puesto.

Ya que estaba negociando la compra de su señorío en Estremera (59), no pudo perder esta oportunidad de tratar directamente con el monarca todos estos asuntos y marcha a la Corte a principios de 1560, a Toledo y posiblemente pasó la mayor parte del año allí, ya que lo estaba en enero y también en diciembre (60).

En el mismo año de 1559 había recibido la media annata de la Encomienda de Socuéllamos, dinero con el que construyó la casa alfolí o granero de la Casa Encomienda, donde situó como otros habitantes ilustres hicieron antes y después su blasón o escudo de armas en piedra: Había comenzado a construir su legado, que no tardará mucho en aumentar.

A principios de 1561 ordenó a su mayordomo Hugo Frisio que buscara un pintor para que hiciera un plano y pintura de los pozos de Guadalcanal, y éste se lo encargó a Juan de Orihuela, de Granada, quien hizo un lienzo de seis varas de ancho por lo que cobró 1496 maravedíes, más nueve reales que costó la tela, y se colgó en la Iglesia de las minas; no es necesario hacer demasiado esfuerzo para trazar un paralelismo entre estos planos y aquellos que realizó el Mendoza en el Cerro Rico de Potosí y su visita geográfica en El Perú.

El 18 de julio se habían terminado las obras de la Iglesia y casas parroquiales de los capellanes de Guadalcanal, y entonces el administrador llamó a Juan de Zumárraga, maestro de cantería, para que tasara las obras; las minas se estaban convirtiendo en una pequeña población, adosada a las minas, y esta súbita riqueza volvería a recordarle a Mendoza de nuevo su pasado en Potosí.

No es casualidad que en esos mismos días a principios de agosto ordenara nuestro personaje que en este núcleo incipiente de Guadalcanal se edificara un “aposento” independiente, de acuerdo al rango que tenía como Administrador General de las minas; habían pasado seis años desde que le fue encargada su misión, y sabemos que hasta entonces no había tenido reparos de vivir en una tienda o compartir la casa con el contador Zárate y otros encargados de la gestión minera. ¿Qué había cambiado?

Pues precisamente que el 6 de agosto había firmado la escritura de compra de Estremera y Valdaracete, y ya era el Primer Señor de las citadas villas; ya no era un segundón cualquiera de un casa alejada, sino un futuro conde o marqués, y el trato que debía recibir – ya era llamado Muy Ilustre Señor -, así como su modo de vida debía reflejar el nuevo estatus. Por otra parte no dudamos que ya en estas fechas estaba planteándose la creación de su mayorazgo y las obras pías que debía realizar en todas sus nuevas posesiones.

No es extraño entonces que a principios de 1562 volviera a partir a la Corte a tratar los negocios de las minas, pero también los suyos, y que comenzaran las quejas; desde ese momento se cortó la comunicación entre los oficiales de las minas con el respectivo Secretario del Rey, y se entendían exclusivamente con los Contadores mayores.

Estos se mostraron muy poco sastisfechos de lo mucho que había gastado don Francisco de Mendoza en edificios y obras de lujo y la excesiva confianza que había hecho de los operarios alemanes (61), así como los retrasos en las fundiciones, lo que ya le había traido problemas como vimos a su antecesor, y que parece ser que ahora poco le importaba al tener que delegar necesariamente en alguien: El negocio de las minas había pasado a un segundo plano para él.

El 10 de abril seguía en Madrid, desde donde había enviado una serie de instrucciones a los oficiales de las minas, y ordena traer al famoso Mosén Boteller desde la Nueva España para que ensaye el método de beneficiar la plata con el azogue – mercurio- que él pensaba antes que no iba a ser útil para Guadalcanal.

Será uno de los últimos mandatos de su cargo de Administrador, porque antes de terminar este acuerdo (62), Francisco de Mendoza es nombrado Capitán General de las Galeras de España, el 22 de septiembre está en Estremera visitando sus nuevas posesiones (63); y aunque todavía hay un auto suyo en el 28 de octubre, el 15 de noviembre (64) ya se ha nombrado un administrador interino nombrado por el Mendoza llamado Pablo de Melgosa, ya que iba a tener ausencia de las minas (65).

Francisco de Mendoza vuelve a estar en la cumbre, y a costa de asumir un gran riesgo por fin ha conseguido que la Corte le vuelva a dar un cargo de gran importancia. Pero, ¿por qué lo hizo? ¿Por vanidad? ¿Por ganar en la guerra, quizás de la única forma que podía hacerlo, su condado y marquesado? ¿Era ya su cargo en las minas, como presumimos, más un estorbo que un trampolín hacia sus sueños de grandeza? Puede que sea por todos estos motivos, o por uno sólo en especial, desgraciadamente fue una elección equivocada; hasta ahora había sorteado a la muerte en la batalla en Alborán, en Argel, en Perú y en San Quintín: Ésta vez no pudo escapar.

CAP. XIII. Señor de Estremera (Madrid): (1559-1563).

“Que esta villa fue de la orden de Santiago,

y que habrá veinte años pocos más o menos

 que Su Magestad la desmembró de la dicha orden,

y la vendió a don Francisco de Mendoza,

administrador de las minas de Guadalcanal

y después general de las galeras de España”

Relaciones Topográficas de Felipe II Estremera. 1580. (1)

  1. La compra de un señorío.

Francisco de Mendoza está continuamente en la corte solicitando mercedes, y su esfuerzo poco a poco va dando sus frutos; llevaba desde 1554 solicitando un puesto de confianza y adecuado a la su rango como caballero, así como un repartimiento en las Indias, preferiblemente en Nueva España, por los méritos y servicios, aunque le pesara, más de su padre como virrey que por los suyos propios.

Consigue que le sea concedido el de Pocona en la actual Bolivia, con 20.000 pesos de renta, a lo que habría que sumar su sueldo como Administrador de las Minas, todo ello obtenido en 1556, y al año siguiente la renta de la Encomienda de Socuéllamos, lo que podríamos entender un “regalo” inesperado por el fallecimiento de su hermano, y en 1558 consigue definitivamente un lucrativo negocio de futuro como es el comercio con la especiería americana, que en caso de salir adelante como él esperaba, le aportaría 50.000 ducados anuales si el monarca deseara recuperar para la corona el monopolio del cultivo de la pimienta, canela y clavo, así como nuevas tierras en México.

Si ya en las Indias dijo de él Diego Fernández “El Palentino” que era un hombre extremadamente honesto, algo muy raro en un hombre joven y sobre todo muy rico, entonces que sólo tenía las estancias de la Nueva España, y muchas deudas procedentes de las “aventuras” de su padre don Antonio, qué más hubiera pensado de él con tal aumento pecuniario en su vuelta a Castilla:

“Porque de tal manera y con tan duro freno resistió a su juventud, que jamás se dixo dél en el Perú (ni aún se sospechó) haber caído en alguna deshonestidad o lascivia: Cosa por cierto bien digna de ser notada, siendo como él era mozo, generoso y rico, y sin le faltar desposición y lozanía y otras gracias que en generoso cortesano se requieren, teniendo asimismo suelta libertad, que a los tales es duro freno”(2).

Pero no lo era tanto, él mismo cuando solicita en el año 1554 la concesión de una encomienda en las Indias y un cargo en España argumenta que le es necesario para pagar las deudas que su padre el virrey había hecho en servicio de Su Majestad; lo que no sabemos es si también incluía en estos “servicios” los viajes de descubrimiento que pagó de su bolsillo – más por propia vanidad que por encargo regio – y que poco tiempo después (1550) le fueron prohibidos (3).

La forma de dirigirse al rey Felipe II es realmente curiosa, anclada en la más pura tradición mendocina y nobiliaria (4), y da la impresión que es poco menos que un indigente el que lo hace, y no un alto cargo de la administración de los austrias:

“Suplico a V.M. sea servido de mandar que se me dé pues me hizo la merced en parte de salario: Yo gasto mucho, y paso necesidad, y con ella no puedo servir tan cumplidamente como deseo”(5).

Podríamos pensar que es una petición retórica, a cuenta de la cantidad de bienes y rentas que poseía, pero los acontecimientos que después vendrían nos dicen que en cierto modo la verdad está en un intervalo difuso entre la escasez real de tesorería para su frenético ritmo de vida y sus pretensiones y el fraude que acabó cometiendo con los acreedores de don Antonio de Mendoza y su hermano, porque él se quedó al completo con la herencia del virrey.(6)

Desde 1556 sus peticiones al rey son constantes para que se le entreguen las partidas que vienen a su nombre en las flotas desde la Nueva España (7); el 29 de octubre de 1557 pide cédula y sobrecédula (8); el 17 de septiembre de 1558, solicita de nuevo que el Consejo de Hacienda le desembarace – libere – el dinero que ha llegado desde las Indias (9), y de nuevo insistentemente el 8 de abril de 1559, pues tenía nada menos que 9.000 pesos embargados en la Casa de Contratación de Sevilla desde hacía dos años (10).

En el año 1552 era un criollo indiano bastante molesto y en cierto modo peligroso para los objetivos del estado, pero siete años después era un hábil administrador de minas que había demostrado su pericia adaptando nuevas técnicas para la obtención de plata, azogue – mercurio, y otros metales en las minas españolas, aumentando considerablemente las rentas de la hacienda regia.

Quizás merecía un voto de confianza y tarde o temprano le fueron entregadas estas cantidades, al menos las cédulas reales que se las conceden son de 1559 (11), con las que en ese mismo año se atrevió a llegar adonde ni su padre, ni su hermano, ni su tío, ni nadie de su entorno más cercano había podido imaginar, y es atreverse a comprar un señorío para convertirlo con el tiempo en un mayorazgo, y quién sabe si en otro condado, ducado o marquesado, creando una nueva estirpe y linaje independiente de su casa matriz, el Condado de Tendilla y Marquesado de Mondéjar (Guadalajara) (12).

Por supuesto aquí no terminó su “calvario” económico; como ya hemos indicado, Francisco de Mendoza no tenía líquido suficiente para afrontar una operación que montaba en principio 30 millones de maravedíes, es decir 80.000 ducados de a 375 maravedíes cada uno, el 6 de agosto de 1559, fecha de punto de partida de todo el proceso (13). Sin tener todavía la escritura de compra, tuvo que acudir al crédito de la época, los llamados censos, situados sobre las rentas de sus nuevas “propiedades”, es decir que éstas se ofrecían como garantía de cobro a los acreedores y a su vez servían anualmente para pagar el principal y los intereses (14).

El primero de ellos fue de 2.400 ducados Dª Leonor de Toledo, mujer de Perafán de Ribera del 18 de junio de 1560 (15). Después vino que sepamos, alrededor de otra decena, justo después de la firma de la escritura de compra en 30 de mayo de 1561, y en dos bloques o períodos muy definidos de agosto a septiembre de 1561 y enero de 1562, – las cantidades que obtuvo a finales de 1562 pueden considerarse menores y posiblemente gastos inesperados – con dos puntales fundamentales en cada uno, el Capitán Miguel de Oquendo y de Juana de Tibera de los que obtuvo las cantidades mayores y claves para poder realizar la operación. Los enumeramos en orden cronológico:

  1. 910.000 maravedíes por el Licenciado Pedro de Alfaro, en Guadalcanal en 6 de agosto de 1561 (16).
  2. 18.000 ducados del Capitán Miguel de Oquendo, que valen 5.950.000 maravedíes en Sevilla 10 de agosto de 1561 (17).
  3. 10.000 ducados que valen 750.000 maravedíes de Juan Torres, vecino de Sevilla, en 14 de agosto de 1561 (18).
  4. 3.600.000 maravedíes de Catalina de Mendoza, viuda de Baltasar Díaz de Ávila, vecina de Panamá, en Sevilla el 10 de septiembre de 1561 (19).
  5. 2.800.000 maravedíes de su tía María de Vargas, y en su nombre, de la Capilla del Obispo de Plasencia en la Parroquia de San Andrés de Madrid, en Madrid el 19 de septiembre de 1561 (20).
  6. Otro censo de 150.000 maravedíes de principal.
  7. 40.000 ducados de Juana de Tibera, viuda de Hernando de Orejón, en Sevilla el 16 de enero de 1562 (21).
  8. 3.450.000 maravedís de Dª Leonor de Ayala, mujer de Diego de Herrera, Contador de S.M. residente en Lisboa, en Sevilla a 16 de enero de 1562 (22).
  9. 500 ducados del Convento de Monjas de Santa Clara de Madrid, el 19 de septiembre de 1562 (23).
  10. 515.625 maravedíes al redimir y quitar al Jurado de la ciudad de Sevilla, Melchor Suárez, en Málaga el 21 de diciembre de 1562 (24).
  11. 2.400 ducados de Francisco de Rosales, vecino de Sevilla (25).

De la suma de todos ellos, cuyos cambios a veces no coinciden (26) y ofrecen dudas sobre la deuda exacta, nos da un resultado siempre aproximado que rondaría los 35 millones de maravedís (27), lo que en principio más o menos coincidiría con la cifra ofrecida de 30 millones de maravedíes pagados por las villas. Pero ésta es engañosa; porque no tiene en cuenta los cuantiosos gastos de tramitación ante escribanos, secretarios y en la Corte, desplazamientos, bienes muebles y semovientes y futuras obras.

Además desconocemos las inversiones que se realizaron para las estancias y repartimientos de México y Perú, tanto a cuenta de su negocio de las especias, como otros como la ganadería, la lana, el azúcar, etc., que sabemos requirieron tomar más dinero a crédito (28), además de otras de las que no hemos localizado su rastro documental (29). Según un cálculo aproximado de sus albaceas testamentarios Francisco Gómez, Alonso Núñez de Badajoz y Pedro Luis de Torregrosa, realizado el 3 de noviembre de 1563, su pasivo total era de 240.000 ducados, una cantidad exhorbitante para la época (30).

A pesar de que hubo un anticipo de 11.000 ducados de Indias (31), la realidad parece indicar que Francisco de Mendoza compró casi en su totalidad sus señoríos a crédito y a cuenta de las rentas futuras que iba a percibir tanto de “acá como de allá”. Para poder hacernos una idea, tenemos que tener en cuenta que cuando la villa de Socuéllamos, de donde los Mendoza de la Casa de Tendilla y Mondéjar eran Comendadores, compró a su aldea de Tomelloso en el año 1593, aportó 14.000 ducados, una cifra tan abultada que nunca pudo pagar a pesar de contar con 1200 vecinos (32).

Esto, según sus testamentarios, le suponía anualmente el pago de 12.000 ducados, lo que en “en muy poco tiempo consumiría la dicha hazienda” (33), lo que implica que Francisco de Mendoza compró sus villas de Estrenera y Valdaracete no contando con lo que producían estas, sino con las rentas personales que él percibiría por sus cargos públicos (primero el de Administrador General de las Minas y el de factor de las especias que pensaba le iba a reportar grandes ingresos), y sobre todo y por encima de todo por sus encomiendas americanas, – 20.000 pesos anuales de Pocona y otros lugares de la actual Bolivia, más sus estancias mexicanas -; al faltar él, quebró todo el edificio por su base como un castillo de naipes…

Porque “de facto” todos estos censos, como hemos dicho, los situó en las rentas de Estremera y Valdaracete, y si él no estaba para percibirlos, el resto de ingresos cesaban, – en sus cálculos entraba posiblemente que tanto sus tierras como sus cargos se harían hereditarios en sus sucesores, cosa que definitivamente no sucedió – y sus villas queda claro que no podían soportar el pago de estas inmensas cantidades anuales. No pretendemos aquí hacer una relación prolija y precisa de todos los intereses y rentas que debía pagar anualmente, pero por citar unos ejemplos que conocemos:

A Catalina de Mendoza, viuda de Baltasar Díaz de Ávila le pagaba anualmente por 3.600.000 maravedíes de préstamo 12.000, a la Capilla de San Andrés por un censo o préstamo de 2.800.000 eran 200.000 maravedies de rédito por año; a Dª Leonor de Ayala por 3.450.000 de principal, 300.000 maravedíes anuales. Para hacernos una idea, la renta total de su Encomienda de Socuéllamos, que era una de las mejores de toda la Orden de Santiago en Castilla, era en 1556 de 871.183 maravedíes (34), que se podían consumir con solamente pagar los tres censos antecedentes.

En conclusión, la compra no se hizo sobre un patrimonio real y actual, sino por unos repartimientos bolivianos y manchegos que eran a perpetuidad pero no hereditarios, y unas rentas indeterminadas de Estremera y Valdaracete, a las que dejaba en un serio aprieto por la gran cantidad de intereses y principal que debía devolver cada año, lo que al final fue demoledor para el futuro de su mayorazgo y herencia.

  • La elección es Estremera (Madrid).

Desconocemos la profundidad y dificultad de las negociaciones, pero comprobando lo prolijo de los puntos del acuerdo final, y teniendo en cuenta que el proceso desde el asiento a la escritura de venta definitiva llevó desde el año 1559 al de 1561, podemos entender el por qué de pasar largas temporadas en la Corte (35).

 La elección del lugar correspondió a don Francisco, y no puede ser de otro modo porque la relación que existe entre Estremera y los Mendoza de Tendilla y Mondéjar es indudable; no sólo su abuelo firmó su primer testamento en esta Villa (36), sino que su tío y padrino, don Bernardino de Mendoza, como vimos fue Comendador en ella (37).

Aunque nos consta que no pudo vivir allí, pues cuando don Antonio de Mendoza, su padre, se marchó a México en el año 1535, su tío ya había partido hacia tierras extremeñas – Alcuescar y Mérida -, es posible que la visitara frecuentemente, y lo que sí es cierto es que posiblemente tanto en la memoria de Bernardino, como el de su hija y esposa de don Francisco, doña Catalina de Mendoza, siempre estuvo presente este lugar (38).

Estremera era un pueblo de la Orden de Santiago, dentro de su Provincia de Castilla, limítrofe con todas los señoríos alcarreños de los Mendoza, principalmente de Mondéjar de donde eran marqueses y que estaba a un “tiro de ballesta” según la terminología de la época (39). Su nombre según sus propios vecinos venía del hecho de que era “estremo entre Alcarria (Guadalajara) y La Mancha”, situado entre los pueblos de Leganiel, Belinchón, Villarejo de Salvanés y Brea al Norte (40).

Tenía casa encomienda del Comendador de la Orden de Santiago, construida por D. Diego de Torres en el año 1480, y que constaba de tres partes: La torre de “aposentamiento”, símbolo del poder civil en las villas santiaguistas, la casa de la encomienda propiamente dicha, y el bastimento del Maestre que daba a un corral que lo unía con la casa, unidad constructiva que no era muy frecuente (41); esta casa sería utilizada como residencia por don Francisco de Mendoza cuando adquirió la Villa.

Su Iglesia era de la advocación de Nuestra Señora, que como sucedió en muchas villas santiaguistas – entre ellas Socuéllamos – se transformó a mediados del siglo XVI en Santa María de los Remedios (42). En el año 1537 acaba de ser reconstruida de nuevo, con una Capilla Mayor de bóveda de cantería, y el resto un cuerpo con sus arcos de crucería en el techo y las paredes de tapiería de yeso, y al fondo una tribuna y coro de pino.

Fuera de la puerta principal se encontraba un portal de madera de pino con un tejado sostenido por cinco pilares de piedra blanca tosca, y a un lado dos escaleras pequeñas de piedra – entre las que se encontraba una mesa – para poder subir a la entrada de la Iglesia que estaba elevada por encima del suelo de la plaza (43).

Francisco de Mendoza aprovechó el proceso de desamortización de tierras eclesiásticas, poco conocido frente al que acaeció en el s. XIX en España, un fenómeno que se inserta dentro de otro más amplio conocido como la “secularización de las Órdenes Militares” acaecido entre 1494 y 1536 ya con Carlos V. Progresivamente se produjo la concesión de la Administración de los Maestrazgos de las Órdenes Militares a los reyes españoles, hasta que en 1523 el papa Adriano concedió la incorporación perpetua de los Maestrazgos de las Órdenes a la corona. Esto inicialmente permitió al Emperador controlar los tributos procedentes de éstos, y gracias al siguiente papa Clemente VII, comenzar a vender las propiedades de los Maestrazgos y las encomiendas a inversores privados (44).

Por un lado la corona concedía mercedes y altos emolumentos a sus cargos más importantes, a los que necesitaba para dirigir el país y la complejísima maquinaria y burocracia exterior del estado, a pesar de sus continuas excentricidades, – queramos o no admitirlo -, pero aprovechando su ego más medievalista y terrateniente volvía a recuperar el dinero en forma de estas y otras operaciones y enajenaciones. En la propia escritura de Venta de Estremera se reconoce la previa autorización y legitimación de las bulas y breves papales:

“Que el Rey don Felipe nuestro Señor, por virtud de las bulas y breues que para ello ay (…) quite, dismembre y aparte de la dicha orden de Santiago, y de la Mesa Maestral della, las dichas villas de Estremera y Valdaracete, con la casa y fortaleza della, y con sus términos y juridición, alta y baxa, mero mixto imperio”(45).

El precio de la venta, a pesar de que como dijimos era inicialmente de 30 millones de maravedíes, no fue una cantidad fija a tanto alzado, sino que requirió de ciertas operaciones aritméticas:

  • “Cada vezino de los que al presente ay en las dichas villas, o ouiere al tiempo que se hiziere la dicha averiguación, a diez y seys mil marauedís cada uno.
  • (…) Cada millar de lo que rentan las rentas de la dicha encomienda, a 42.500 marauedís el millar”.

Para llegar al cálculo final, se debieron hacer comprobaciones sobre el terreno, que se incluyen dentro del asiento o acuerdo final de la venta, aprobado por cédula de la Princesa, por mandado de Su Majestad, en Valladolid a 11 de agosto de 1559 (46):

  1. Que se envíe persona que averigue los vasallos-vecinos que al presente hay, así como las rentas de los últimos cinco años (1554-1558).
  2. Que el pan que se averiguare por valor de un año, se cuenta la fanega de trigo a doscientos maravedís, y la cebada, centeno y otras senillas a cien maravedís.
  3. Que el valor de la renta de vino, aceite u otras cosas se tome al precio de la cosecha.
  4. Que el edificio de casa y fortaleza de la dicha encomienda se tase por dos personas, una puesta por Su Majestad y otra por D. Francisco de Mendoza, y que si no llegan a un acuerdo se concierten en un tercero, o que sea el Corregidor de la villa más cercana.
  5. La contabilización de los vasallos se hará de la forma siguiente: Los vecinos pecheros, pobres o ricos (aunque vivan varios en una casa) contarán por un vasallo; las viudas por medio, y las que tuvieren hijos, por todos ellos un vasallo; los huérfanos bajo tutela, un vasallo, a excepción de los huérfanos de madre bajo administración del padre, que no cuentan nada; los mozos de soldada no naturales y sin hacienda en las villas, no cuentan; los hijosdalgo y curas, viudas y tutelados hijosdalgo, cuenten dos un vasallo – no pagan tributos -.
  6. Que averiguado y contado todo lo dicho, Su Majestad y la Serenísima Princesa, vendan al dicho don Francisco de Mendoza y a sus herederos o sucesores, las dichas villas, con su fortaleza, rentas y preeminencias, entre las que están nombrar Alcalde Mayor que conozca en primera instancia, quedando para Su Majestad tan sólo la suprema jurisdicción de la Real Chancillería.
  7. Que se de y entregue a don Francisco de Mendoza o a doña María de Vargas, en su nombre, traslados autorizados de las bulas y breves de los Sumos Pontífices.
  8. Que se de a don Francisco de Mendoza testimonio en forma de cómo esta venta cabe dentro de los veinte mil ducados contenidos en las bulas y breves de Su Santidad.
  9. Que Su Majestad ratifique y apruebe la dicha carta de venta, y otorgue suplicación en forma a Su Santidad.
  10. Que las cuentas de las rentas se hagan como se acostumbran a hacer en este tipo de ventas para que no haya agravio a ninguna de las partes.
  11. Que se haga la desmembración de la dicha encomienda y villas, y dado el consentimiento por el Comendador, que era entonces Lope de Guzmán (47), a partir de entonces sean libres de lanzas, subsidios y cualquier otro cargo o servicio de la encomienda y Comendador.
  12. Que se de licencia a don Francisco y a sus sucesores para que puedan acabar, reparar, hacer y edificar la casa y fortaleza de la dicha encomienda a su voluntad.
  13. Que se averigüe y descuente si existe alguna obligación de la Encomienda de Estremera para pagar salarios de clérigos, curas o sacristanes.
  14. Que si el Consejo de Hacienda decide vender alguna cosa de otra encomienda de las Órdenes, sea esta antes que ninguna, y que no le perjudique.
  15. Que don Francisco de Mendoza pueda nombrar Alcalde Mayor por cada una de las villas, o ambas conjuntamente, según su deseo y como lo pudiera hacer el Maestre.
  16. Que esta desmembración no perjudica a la comunidad y aprovechamiento que los dichos pueblos tengan con otros lugares comarcanos, y sigan en vigor.
  17. Que el dicho don Francisco de Mendoza o María de Vargas, en su nombre, hecho y otorgado este asiento, pagarán 25.000 ducados (nueve cuentos y 365.000 maravedís) a Su Majestad en los treinta días primeros siguientes desde el día de la dicha aprobación. De los maravedís restantes, se reciben en cuenta del dicho noble 11.000 ducados que le vinieron de Indias.
  18. Además, obliga su persona y bienes, y se entiende que si no pagare los plazos que debiere, corran intereses contra Su Majestad, a razón de un catorce por ciento anual.

Francisco de Mendoza recibe todas las rentas que antaño pertenecieron a la Encomienda de Estremera y Orden de Santiago, que son los dos tercios del pan – la otra tercia es para el Arzobispo de Toledo -, el diezmo del despoblado de Cabezalebrera y su dehesa, los menudos (vino, aceite, miel, cera, lana, ganado, garbanzos, borricos, potricos y muletos) que antes eran de la Mesa Maestral, los diezmos de otro despoblado llamado Fuentesahúco, martiniega, el pedido, en Estremera la dehesa de la serna, término amojonado, el Campo de San Pedro, la Vega de los Frailes.

Cada vecino paga de acuerdo a su hacienda: El que tiene veinte mil maravedís, paga quince celemines de trigo y cinco de cebada, y desde ahí todos pagan la cebada al completo, pero el trigo se disminuye de acuerdo a la disminución de renta y no pagan nada las viudas y los vecinos que se casan el primer año, lo que suena a privilegio u ordenanza medieval.

 Otros son diezmo de azafrán, diezmo de la uva, diezmo de aceite que se maquila en los molinos de aceite – almazaras – de diez cántaros uno, cinco eras de pan trillar, la fonsadera, las penas de cámara y tributos similares en Valdaracete. Capítulo aparte merece la casa encomienda-torre/fortaleza-cueva, que se tasarán de forma independiente:

“Tiene más la dicha Encomienda de Estremera unas casas principales de pan y cozedero del vino y cueua; y que el dicho Comendador Lope de Guzmán, y los Comendadores que antes del han sido”(48).

El año 1560 se pasó al completo en el proceso que se debía seguir para la desmembración; el rey ordenó a su Corregidor Antonio Álvarez de Zamudio que tomara posesión y aprehensión de las villas, proceso complejo y tedioso y más bien un ritual  – podríamos llamarlo así – que comenzó en veintisiete de enero de 1560 y continuaba en marzo del mismo año, y aún tenía flecos el 12 de noviembre de 1560 – en Valdaracete, ante su alcalde Ginés García Benito y sus regidores – por las propiedades urbanas:

La Cárcel – que era casa de Miguel Rico, alguacil, donde encontró a dos presos Juan Cocinero Francés, por blasfemia, y Juan Cerín por dar una pedrada a una mula -, fortaleza – cuyo alcaide era Pedro Gómez de Colindres, puesto por el comendador Lope de Guzmán –, Casa Tercia – Granero de la Encomienda -, Iglesia de la Villa – para lo que el cura Bachiller Alonso Hernández entró al Corregidor hasta en la Sacristía, pila de agua bendita, le hizo sentarse en el banco principal, etc. – y después el veintiocho de enero en Valdaracete.

Y predios rústicos (49), recorriendo mojonera, dehesa del comendador, tres eras, el horno, paso del río, molinos, huerta del val, haza del campo, y otros, tomando física posesión andando por ellas de un lado a otro, entrando en el horno echando a la gente que estaba dentro, etc.

En un rito que todavía a estas alturas era puramente medieval, como reconoce Luis Weckmann que se realizó por los descubridores y conquistadores de forma habitual en México, cortando una rama, lanzando piedras, o dando estocadas a un árbol (50).

En el año 1560, Francisco de Mendoza solicitó certificado de lo que hasta entonces estaba vendido de encomiendas y Mesa Maestral, y se le dio en 7 de noviembre de 1560, y el proceso se alargó hasta que la escritura de venta definitiva se otorgó ante el Secretario Francisco de Eraso, el 31 de mayo de 1561. Según el monarca, no era su intención realizar la desmembración, pero debido a los cuantiosos gastos por las guerras y ataques contra la cristiandad – que asombrosamente enumera con gran precisión – debe llegar a un acuerdo de venta (51).

Los Comendadores y la Mesa Maestral no salieron mal parados, ya que siguieron percibiendo los dineros como hasta entonces, pero esta vez situadas o procedentes de otros “semilleros” de la Corona como las rentas de las sedas de Granada, – también permanecía la obligación de contribuir a la Santa Sede y a la monarquía – (52), aunque éstas estaban en quiebra ya en 1558 (53).

  • La obra del Primer Señor de Estremera: El corpus legislativo mendocino.

El nuevo y primer señor de Estremera trasladó de inmediato su residencia a Estremera, y es ahí donde residirían numerosos criados y trabajadores, tendría sus dependencias y habitaciones privadas, así como una actividad agrícola y productiva bastante notable. De todas formas sabemos que en cuanto fue nombrado Capitán General de Galeras a finales del año 1562, todos sus efectos más personales fueron trasladados a una nueva morada en Málaga, cercana al puerto de donde partían la mayor parte de las armadas contra el berberisco y el turco que a partir de entonces serían su sustento (54).

Hay que tener en cuenta que la escritura de venta como hemos indicado repetidamente es de mayo de 1561, y el señor falleció el 26 de julio de 1563, después de algunos meses de frenética preparación de enseres, embarque y pertrechos guerreros y marineros, es decir que estamos hablando de dos años corridos de posesión efectiva de sus villas, pero si contamos los traslados y los cambios que le acaecieron en tan corto espacio de tiempo, podemos aventurar que el ejercicio efectivo de su jurisdicción fue de algo más de un año, con lo que bien poco pudo dejar su huella.

A pesar de todo, sabemos de varias de sus actuaciones, la primera de las cuales es la apropiación que hizo de la Escribanía Pública de la Villa de Estremera que estaba en manos de Rodrigo de la Corte, mediante traspaso y renunciación firmado el 10 de octubre de 1561 en Granada (55).

De lo más interesante que hemos podido localizar de este corto período, son las ordenanzas sobre las elecciones de oficiales de Estremera que dio en una visita personal que hizo a su villa el día 22 de septiembre de 1562 (56), muy poco antes de aceptar su cargo de Capitán General de Galeras, que le apartaría definitivamente de su vida anterior.

Este documento es muy interesante para establecer el pulso de la vida local, ya que prácticamente se presentan todos los vecinos ante su nuevo e  Ilustre Señor, entre ellos y destacados los Alcaldes Ordinarios Alonso Martinez de Juan Martinez y Francisco Martinez de Pastrana (57). Según ellos mismos, debido a los muchos inconvenientes que hasta entonces habían tenido la república y vecinos de Estremera, solicitaban la aprobación de unas nuevas normas, después de consultar con letrados y personas antiguas de la Villa celosas del orden, y discusión con el Señor, fueron las siguientes (58):

  1. El primer día de Pascua de Navidad por la mañana a viernes primero, oida misa de Espíritu Santo, se junten en cabildo y Ayuntamiento los dos Alcaldes Ordinarios, los tres Regidores y el Procurador General de la Villa, y en presencia del Corregidor, o su teniente, y del Escribano del Concejo, harán juramento de que elegirán oficios para el año siguiente a las personas que entendieran que más convienen sin sobornos, y con sus votos libres, teniendo sólo respeto al servicio de Dios y la república.
  2. Cada una de las citadas seis personas nombrará una persona con la calidad para ser Alcalde, sin que sea padre, hijo, ni hermano, ni cuñado de los electores, ni de los que hubieren de elegir, y de ello les adviertan el Corregidor y Escribano, y lo impidan, para que el elector elija otro nombre. Después se asienten en sendas cédulas, las cuales se cubran de cera que sean iguales, y se metan en un cántaro, y sea meneado muchas veces, y después un niño de poca edad meta la mano y saque una de las cédulas:
    1. El que estuviere escrito en la primera, tenga el oficio de Alcalde Ordinario por todo el año-
    1. Después elijan de la misma manera con otras seis personas distintas de las anteriores, y la primera que salga será el otro alcalde.
    1. Se seguirá el mismo procedimiento para tres regidores, procurador general, dos alguaciles, dos alcaldes de hermandad y mayordomo del concejo.
  3. Elegidos todos los dichos oficiales, se presentará la elección y nombramiento signada de escribano a su merced don Francisco de Mendoza, si estuviera en la Villa o dentro de quince leguas, y en caso contrario al Corregidor, teniente, o persona que nombrare dentro de los seis días primeros siguientes, para que la confirme en los seis días siguientes, salvo si alguno de los elegidos se opusiere por entender que existiera algún defecto para no ser elegido, o porque no se ha seguido la forma y orden en la elección, mandó su merced que su Corregidor, o su teniente, acaben el negocio en veinte días, so pena de dos mil maravedís para Su Cámara, y la sentencia se ejecute a pesar de que exista apelación.
  4. En caso de que total o parcialmente se diera por ninguna tal elección, mandó el señor que los oficiales que la hicieron se reunan al día siguiente de serles notificada la sentencia, en el lugar acostumbrado, y nombren personas hábiles para que entren en suertes, eligiendo seis por cada oficio como dicho es y se traiga a la confirmación como dicho es.
  5. Hecha la confirmación de Alcaldes, regidores y oficiales, mandó don Francisco que su Corregidor, o teniente, la lean en el Ayuntamiento, y les entreguen las varas y les tomen juramento en forma de usar bien u fielmente sus oficios, sin parcialidad alguna, mirando el servicio de Dios y de su merced y el bien público de la Villa.
  6. Si alguno de los dichos Alcaldes u otros oficiales muriere o se ausentare de tal manera que no se espere que vuelva dentro de su año, los oficiales restantes se junten y nombren otras seis personas y echen en un cántaro seis cédulas envueltas en cera, y el que salga use del oficio por lo que restare del año.
  7. Si alguno de los oficiales faltare a la elección, pague un ducado para gastos de justicia; y que si no hicieren su elección por la dicha orden, dentro del término y día establecido, o hasta el día de año nuevo, lo haga el Corregidor o su teniente en nombre de su merced (Don Francisco) por aquel año.
  8. Que aquellos que fueran elegidos para Alcaldes Ordinarios, no puedan volver a serlo hasta pasados tres años cumplidos después que hubieren acabado de usar los dichos oficios; para el resto de oficios deberán pasar dos años – para mayor seguridad se especifican cuáles son esos cargos -.
  9. Aquel que sea elegido para oficial deberá aceptar el citado oficio sin poner ningún inconveniente, ni dilación, ni estorbo so pena de seis mil maravedís para la cámara de Su Merced, y un año de destierro, y que el Corregidor le compela a que lo acepte y use todo el rigor del derecho.
  10. Para que todos sepan las calidad que deberían tener las personas para ser elegidos en los oficios de alcaldes, regidores y mayordomo, deberán tener cien mil maravedís en bienes raíces, tanto dentro como fuera de la Villa, aunque sea en bienes dotales, pero que no se tengan en consideración los recibidos en donación si no se hubieran tenido y poseído tres años antes de la elección (59).
  11. Entre las incompatibilidades para ser elegido se encuentran que no se elijan conjuntamente en una misma elección padre e hijo, ni yerno ni dos hermanos, ni dos cuñados, ni suegro con consuegro. Tampoco arrendadores de alcábalas ni de monedas, ni personas que deban maravedís a la Iglesia, ni al Concejo de deuda líquida de trescientos maravedís arriba. En cuanto a los oficios, no son elegibles en general los oficios manuales (mesoneros, tejedores, carpinteros, buhoneros, carniceros, zapateros, curtidores, albañiles, tundidores, barberos, sastres, cortadores) u otros similares o más bajos, ni hombres que anden a jornal.
  12. Y mandó que si alguna persona eligiere o nombrare alguna de las personas prohibidas incurra en pena de tres mil maravedís, la mitad para su merced, y la otra mitad para el denunciador o juez que lo ejecutare.

Todo lo cual su merced del dicho señor don Francisco de Mendoza proveyó e mandó que se guarde y cumpla por el tiempo que su voluntad fuere y que esta forma y horden se ponga en el libro y arca del Ayuntamiento, y lo signó de su nombre.

Teniendo en cuenta que alguna de las disposiciones que se tomaron en las Indias entre los años 1549 y 1552, sobre todo en relación al trato a los indígenas y a las ordenanzas de minas de 14 de enero de 1550, en plena enfermedad paterna (60), podrían adjudicarse a la intercesión de Francisco de Mendoza, a las que habría que sumar las Ordenanzas de Minas de Guadalcanal, y éstas de sus señoríos, el cuerpo legislativo que realizó por su mano es tan encomiable como desconocido, máxime teniendo en cuenta que en gran parte nunca ejerció cargos políticos y de responsabilidad, y éstos lo fueron por poco tiempo.

Finalmente su labor arquitectónica y constructiva en Estremera y Valdaracete también es un misterio; se le atribuyen la construcción de dos capillas y un hospital (61), éste último sabemos que no fue obra suya, pues estaba fundado con anterioridad a la compra de la Villa (62). Aunque entre 1554 y 1578 se construyeron dos Ermitas más de las que existían anteriormente, nada hay que indique que se pudieron edificar por su intercesión o mandato (63).

Lo más lógico es que el señor de la Villa, al igual que había trasladado su residencia a la misma, pretendiera perpetuar su memoria en ella, y al igual que hacían sus parientes en Mondéjar y otras villas alcarreñas, reformar la Iglesia Parroquial construyendo una capilla donde reposaran sus restos. Por lo que sabemos, las obras estaban comenzadas en 1564, donde se comenzaba a hacer una ampliación del templo de la que sólo estaba en pie un muro: “E se va haziendo de nuebo fuera de la dicha iglesia una pared de nuebo con sus alas, todo de tapiería y los çimyentos de piedra labrada”(64). Pero por desgracia, esto tampoco pudo verlo terminado (65).

CAP. XIV. Capitán General de las Galeras de España.

(1562-1563)

“Y así lunes a los dos de Agosto,

arribaron en Málaga, donde supieron

que Dios hauía sido seruido de lleuar

de esta vida a Don Francisco de Mendoça,

que pesó mucho a todos”

Pedro de Salazar. Hispania Victrix. 1570 (1).

  1. Introducción.

La llegada, o podríamos decir mejor, la vuelta de don Francisco de Mendoza a sus orígenes marineros tuvo como prólogo una serie de desastres para la armada real española que no presagiaban la mejor fortuna para aquel que se atreviera a desafiar a la brava mar y a los corsarios turcos que la surcaban.

No por nada don García de Toledo, en su famoso discurso a su amigo… renuncia a su cargo de Capitán General de Galeras y a todos los honores y mercedes que por causa de la guerra y las batallas pudieran otorgarle, – que por ello, no lo dudemos, don Francisco aceptó volver a enfundarse su casaca guerrera -, si por estos perdía vida y hacienda:

“La descomodidad del andar en la mar, abrevia fácilmente la vida, porque el sol del día y el sereno de la noche, con muchos otros desordenes que se hacen, acaban la salud y de esto sucede la muerte y con ella se acaba el acrecentar la casa y la hacienda y tras esto viene la destrucción de vuestros hijos y entrar luego en mano de tutores y curadores, que vos sabéis bien en el término en que está, el que está en sus manos”.

  • El desastre de los Gelves (2).

El primero de los graves infortunios de la milicia española sucedió en la innombrable isla de Djerba o Yerba, llamada por los españoles “Los Gelves”, una isla situada al Sur de Túnez, en el golfo de Gabes, con una superficie de 60.000 hectáreas, lugar ideal como base de operaciones para atacar Trípoli (actual Libia). Precisamente esta ciudad había caído en manos del corsario Dragut, que entonces estaba en lucha con los berberiscos y con dificultades de intendencia, por lo que pudo el Gran Maestre de la Orden de San Juan de Malta convencer a Felipe II de que intentara recuperar Trípoli para las armas cristianas.

Se reclutó a un lucido ejército de alrededor de 5.000-10.000 hombres, la mayoría por la vía de la plata, es decir extremeños, ya que aunque la expedición estaba al mando del virrey de Sicilia, el Duque de Medinacelli, en la tierra era capitán don Álvaro de Sande, cacereño.

La expedición llegó a la isla a mediados de febrero de 1560; el siete de marzo desembarcaron sin oposición alguna, pero los turcos se aprestaron a contraatacar con 34 galeras, y sabiéndolo, los españoles comenzaron a embarcarse, pero don Álvaro de Sande decidió quedarse protegiendo la fortaleza. Cuando los turcos llegaron había un gran desconcierto, que aprovecharon para destrozar y apresar la escuadra, incluida la Galera Real, y su gente huyendo a tierra.

La fortaleza no se rindió, y cuando sólo quedaban 800 hombres salieron a la desesperada, los caudillos fueron hechos prisioneros, pero el resto fueron muertos y con sus cadáveres se formó una pirámide llamada “Bord-er Rious” o la Fortaleza de los cráneos, que no desapareció hasta el siglo XIX, retirada por los franceses (3).

  • El suceso de Málaga de 25 de mayo de 1561 (4).

El segundo, muy poco conocido, pero que en la tradición de la época dio lugar a un romance escrito por un juglar moderno, Alonso Gómez de Figueroa, da cuenta de un siniestro terrible ocurrido el 25 de mayo de 1561, en Málaga, no olvidemos una ciudad hermanada con don Francisco de Mendoza, quien debió conocerlo de primera mano. En ese infausto día, un galeón que transportaba quinientos soldados de infantería, a media legua del puerto, se “abrió”, y se fue al fondo con toda la gente que llevaba, quedando vivos tan sólo sesenta.

  • El naufragio de la Herradura (18 de octubre de 1562).

A la muerte de don Bernardino de Mendoza, padrino de don Francisco, quince días después de la victoriosa batalla de San Quintín, su hijo mayor don Juan de Mendoza, “heredó”,  porque no podemos describirlo de otro modo, el preciado cargo de Capitán General de Galeras de España de su padre.

Cuando sólo lo había podido ejercer cinco años, el 18 de octubre de 1562 teniendo la flota fondeada en Málaga, comenzó a soplar mansamente de Levante, un viento para el que la playa de Málaga era peligrosa, por lo que ordenó salir de allí y fondear en la bahía de la Herradura, a cuarenta millas al oriente, un lugar que ya le había salvado en dos ocasiones anteriores y en el que tenía confianza.

Sin embargo el mar le traicionó una vez más; el lunes 19 desde las dos de la noche hasta las diez de la mañana, a pesar de haber estado las galeras amarradas doblemente, el viento comenzó a soplar del sur, y a bambolearse los barcos unos contra otros, y contra la tierra, destrozándose la mayor parte de ellos.

El bajel de don Juan de Mendoza, llamado “La Capitana”, era un soberbio barco de 28 bancos, construido hacía nada más que cinco meses en Nápoles, y por ello todos pensaron que resistiría y no le cortaron las amarras; en una de las maniobras, el golpe y las olas del mar entraron y lo tumaron, hundiéndose a continuación. Al Capitán General le dio un golpe un madero del barco, y no se salvó, al igual que a los niños mendocinos que le acompañaban aprendiendo ya el oficio, a don Francisco de Mendoza, hijo del Marqués de Mondéjar, al veedor Morillo y a otros caballeros.

De las veintiocho galeras se salvaron exclusivamente cuatro, entre ellas La Mendoza, la Soberana y San Juan, y las vidas que se perdieron fueron superiores a las 2.500 personas, salvándose de La Capitana de don Juan tan sólo el piloto, nueve marineros y trece forzados. Poco después don Íñigo, hermano de don Juan, General de las galeras de la Orden de Santiago, murió también en Génova, completándose el haciago discurso de la familia (5).

El quince de noviembre, un mes después de que sus primos murieran en la Herradura, Francisco encargó un administrador interino de las minas de Guadalcanal mientras él volvía a la Corte (6), y porque iba a hacer “ausencia de las minas”; quedaba claro que ya sabía su nuevo destino y lo había aceptado; la desgracia de los demás fue, por el momento, su camino hacia la gloria, y súbitamente, igual que había entrado, desaparecía de su vida el trabajo en las minas de Guadalcanal.

 A principios de 1563 se convertía en Capitán General de Galeras de España (7), y así lo describe Pedro de Salazar, en su Hispania Victrix, dando las razones de por qué fue elegido don Francisco de Mendoza para socorrer Orán, cercado por el rey de Argel, que no son otras que era hijo del que fue virrey de Nueva España, cuñado del Conde de Alcaudete y sobrino de don Luis Hurtado de Mendoza, Marqués de Mondéjar:

“Ya que el rey Don Philippe uvo mandado proueer las cosas que hauemos dicho para el socorro de Orán, consideró a quién señalaría por General de las Galeras de España, en lugar de Don Juan de Mendoça, (…) pareciéndole para ello bastante persona Don Francisco de Mendoça, (…) hijo de Don Antonio de Mendoça, (…) cuñado del Conde de Alcaudete, y sobrino del Marqués de Mondéjar: Le señaló por capitán de las galeras, y dándole el título dello firmado de su real nombre”(8).

El cargo tuvo que ser ejercido de inmediato y posiblemente de forma interina, ya que Francisco de Mendoza tuvo como primera misión recoger los despojos del naufragio de La Herradura todavía en 1562 (9), y después socorrer a las plazas de Orán y Mazalquivir, en poder hispano, pero que estaban siendo sitiadas por el rey de Argel, envalentonado en la confianza de que los españoles con tanto desastre no podían poner en marcha flota alguna.

CITAS DE FRANCISCO DE MENDOZA

CAP. X. Administrador General de las Minas de los reinos y de Guadalcanal (Sevilla) (1556-1562).

  1. AGI. Indiferente, 738, N. 24. Carta de Francisco de Mendoza a su majestad (s. f. y sin firma) [1554]. Bloque 2. Fol 1.
  2. Ibáñez de Segovia Peralta y Cárdenas, Gaspar. (1628-1708). Historia de la Casa de los Marqueses de Mondéjar y Condes de Tendilla. BN. Mss. 3.315. Fol. 265 v. – 266 r.
  3. Comisión al Marqués de Falces, gobernador de la provincia de León, en la Orden de Santiago, para que informe y ponga recaudo en la mina rica de plata que se había descubierto en término de Guadalcanal; y diligencias practicadas en cumplimiento de dicha comisión. Valladolid, 11 de Octubre de 1555. González, Tomás. Op. Cit. Tomo I. Pg. 32 y ss.
  4. Existe una descripción coetánea a estos hechos de los pozos de la Mina de Guadalcanal realmente interesante. AGS. Patronato Real, Caja 26, Documento nº 159. Relación de la descripción de pozos y minas de Guadalcanal y con sus títulos y pinturas, según se contienen en el paño, fecha por mí Alonso de Chaves, cosmógrapho de Su Magestad. [c] 1556-02-24. www.aer.es.
  5. Comisión a Agustín de Zárate para ir a poner cobro y recaudo en las minas que se habían descubierto en término de la Villa de Guadalcanal. 29 de octubre de 1555. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 53-60.
  6. Tampoco se le especifica un cargo determinado, aunque se le llama habitualmente administrador de la mina de Guadalcanal. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 290.
  7. González, Tomás. Noticia histórica documentada de las célebres minas de Guadalcanal.Tomo I. Madrid, 1831. Pg. 142.
  8.  “E porque Yo he mandado a Don Francisco de Mendoza que vaya a visitar las dichas minas de Guadalcanal y Aracena y otras, y vea la orden que se tiene en el beneficio y administración dellas, y si fuere necesario, quitar o añadir algo en las instrucciones que están dadas para el beneficio dellas”

“Por la presente doy poder y facultad a vos don Francisco de Mendoza, que por comisión mía habéis ido a visitar las dichas minas y dar orden en ellas”.

Cédula facultando a don Francisco de Mendoza, administrador ¿ de las minas de Guadalcanal, para proveer de leña y madera para su labor y beneficio. 26 de mayo de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 167.

  • González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 265 y 319. Por ejemplo don Francisco de Mendoza volvió a poner en funcionamiento las minas abandonadas de Zalamea la vieja.
  • Si fuera así deberíamos pensar que lo es que compre Estremera donde su tío había sido Comendador, que reciba Pocona donde había realizado su visita geográfica, que le llamen para ser administrador de las minas …
  • Carta a don Francisco de Mendoza sobre negocios tocantes a las minas de Cazalla y Guadalcanal. Valladolid, 26 de mayo de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 165.
  • González, Tomás. Op. Cit. Vol. II. Pg. 37. Zárate tuvo que despedir a Joanes de Stemberg por ocioso el 8 de mayo de 1559, y el rey ordenárselo personalmente a Francisco de Mendoza, que, por lo que vemos, estaba contento con su trabajo.
  • Carta de don Francisco de Mendoza, avisando el estado de las minas, y sobre si convenía lavar los metales para su mejor beneficio. Minas de Guadalcanal, 8 de junio de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 191-192. “Para que Agustín de Zárate se persuada a que es bien que haya mudanza y nueva orden, porque está tan casado con la que tiene, que no se puede persuadir a que puede haber otra mejor, y así ninguna cosa ha ayudado a los que vienen a hacer espiriencias, y como no ha visto minas, ni orden de cómo se benefician ni tratan, tiene creido que si no el Alemán, ninguno otro puede saber nada”.
  • Carta de Agustín de Zárate, dando cuenta del estado de las minas. Minas de Guadalcanal, 9 de agosto de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 264.
  • Otros ingenios. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 190 y 233. // Vol. II. Pg. 37 y 58.
  • AGI. Indiferente, 425, L.23, F. 417r.-418r. Real Cédula a D. Francisco de Mendoza, Comendador de Socuéllamos, para que se informe y envíe relación desarrollada sobre el invento para fundir en las minas de Guadalcanal llamado carbonilla.
  • Carta de don Francisco de Mendoza, avisando el estado de las minas, y sobre si convenía lavar los metales para su mejor beneficio. Minas de Guadalcanal, 8 de junio de 1556. González., Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 196.
  • Nader, Helen. Liberty in Absolutist Spain. The Habsburg Sale of Towns. 1516-1700. The Johns Hopkins University Press. Baltimore and London, 1990. Pg. 187.
  • González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 166 y 205.
  • Carta de don Francisco de Mendoza, dando cuenta del estado de las minas de Guadalcanal, y sus agregados. Cazalla, 6 de julio de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. OpPg. 230-233. El rey le dio Cédula para poder conseguir la madera, pero los concejos afectados se negaban a dársela. Ha enviado a Ramoin a Aracena, y el Valverde a Juan de Añasco, al que le ha ordenado hacer una casa y pozos.
  • Respuesta a la carta de don Francisco de Mendoza de 12 de julio de 1556, sobre los negocios de las minas de Guadalcanal y sus agregados. Valladolid, 18 de julio de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 251. “El Rey. Don Francisco de Mendoza. Vi vuestra carta de doce deste con el despacho que enviastes de Sevilla”.
  • Respuesta a la carta de don Francisco de Mendoza de 19 de julio de 1559 sobre los negocios de las minas. 29 de julio de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 254.
  • Respuesta a la carta de don Francisco de Mendoza de 12 de julio de 1556, sobre los negocios de las minas de Guadalcanal y sus agregados. Valladolid, 18 de julio de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 252.

 “de manera que aunque se saque la misma cantidad en días de fiestas, por virtud de la lciencia que hay para que se trabaje en ellas, es casi la mitad menos de lo que se ha sacado, y esto debe causar la falta de los hornos que conviene que se hagan para fundir el metal sin lavar; y así debéis proveer que con mucha diligencia se hagan todos los hornos que fueren necesarios para que, como decís, se pueda sacar desa hacienda con esa nueva industria, antes más que menos de lo que se solía sacar cuando se lavaba, pues hay dello tanta necesidad como se os ha escrito muchas veces, porque haría gran falta si la cantidad se disminuyese para cumplir con lo que está librado y consignado; y para este efecto debéis proveer que se abran más pozos, y se meta en ellos toda la más gente que se pueda, y que no haya falta de hornos para las fundiciones”.

  • González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 254-257.
  • Respuesta a las cartas de don Francisco de Mendoza de 1 de septiembre de 1556, sobre los negocios de las minas. Valladolid, 8 de septiembre de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 274. “Cuanto a las ordenanzas que enviastes y a las que más habéis hecho o haréis para esa fábrica, en el poner y quitar personas, no hay que decir más de que vos lo hagáis todo como mejor os pareciere, para que cuando vengáis, entendido como lo dejáis ordenado, con vuestro parecer se provea lo que conviniere”
  • Ordenanzas para la administración de la fábrica de las minas de Guadalcanal, y de otras fábricas que se hicieren para otras minas de estos reinos. 30 de octubre de 1557. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 496-508.
  • Respuesta a la carta de don Francisco de Mendoza de 19 de julio de 1559 sobre los negocios de las minas. 29 de julio de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 254.
  • H.R. Wagner.Early Silver Mining in New Spain. Revista de Historia de América (México) nº 14. 1942. Pg. 49-71.  Como ya adelantamos en otras partes del texto, las Ordenanzas de Antonio de Mendoza sobre las minas de Nueva España de 14/01/1550, hechas cuando estaba ya muy débil y enfermo, tuvieron una participación de su hijo muy alta.
  • Ulloa, Modesto. La Hacienda Real de Castilla en el reinado de Felipe II. Fundación Universitaria Española. Madrid, 1986. Pg. 462.
  • Ordenanzas de minas. 10 de enero de 1559. González, Tomás. Op. Cit. Vol. II. Pg. 4-17. Estas ordenanzas también fueron modificadas en 1584, y éstas fueron las que subsistieron hasta el s. XIX, incluidas en la Novísima Recopilación. // Ulloa, Modesto. La Hacienda Real de Castilla en el reinado de Felipe II. Fundación Universitaria Española. Madrid, 1986. Pg. 462. // Novísima Recopilación de las leyes de España, mandada formar por el señor don Carlos IV. 2ª Edición. Boletín Oficial del Estado. Madrid, 1992. Libro IX. Tomo IV.
  • González, Tomás. Op. Cit. Vol. II. Pg. 12.
  • Mandamiento de don Francisco de Mendoza, administrador General de las minas de 24 de abril de 1559 ante el escribano Juan Vázquez sobre la nueva pragmática de Su Majestad. González, Tomás. Op. Cit. Vol. II. Pg. 29.
  • Ordenanzas añadidas por don Francisco de Mendoza, administrador general por S. M. de las minas de estos reinos. 26 de abril de 1559. González, Tomás. Op. Cit. Pg. 31.
  • Respuesta a la carta de don Francisco de Mendoza de 19 de julio de 1559 sobre los negocios de las minas. 29 de julio de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 254. “y después que vengáis, oido lo que sobre todo dijéredes de palabra, se proveerá lo que convenga, y asímismo en las personas que han de estar allí, y con qué salarios”.
  • Respuesta a las cartas de don Francisco de Mendoza de 28 de julio y 7 de agosto de 1556, sobre los negocios de las minas. Valladolid, 20 de agosto de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 271.

Respuesta a las cartas de don Francisco de Mendoza de 1 de septiembre de 1556, sobre los negocios de las minas. Valladolid, 8 de septiembre de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 273.

  • Carta de Agustín de Zárate, dando cuenta del estado de las minas. Minas de Guadalcanal, 9 de agosto de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 260. “Cuanto a las nuevas pruebas que V.M. manda hacer sobre averiguar si sería más útil fundir lavado o por lavar, don Francisco está en Aracena, y aún enfermo, aunque ya me escribió que va convaleciendo, y por esta cabsa no he visto lo que se le manda hacer, ni lo sé”.
  • Carta de Agustín de Zárate, dando cuenta del estado de las minas. Minas de Guadalcanal, 9 de agosto de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 264.
  • Respuesta a las cartas de Agustín de Zárate de 31 de agosto y 1 de septiembre de 1556, sobre negocios de las minas. Valladolid, 8 de septiembre de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 278.
  • Respuesta a Martín de Ramoin sobre los negocios de las minas de Aracena. Valladolid, 8 de septiembre de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 280.
  • Respuesta a la carta de Agustín de Zárate de 20 de septiembre de 1556, dándole licencia para retirarse de las minas por su indisposición de salud. “Vi vuestra carta de veinte del pasado, y pues no os hallaís en disposición para quedar ahí a dar recaudo en esa fábrica hasta la venida de don Francisco de Mendoza, a él le escribo que ponga entretanto persona que lo haga, hasta que Yo mande proveer en ello lo que convenga, y así os podéis venir cuando quisiéredes”. Valladolid, 2 de octubre de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 285.
  • Carta de Agustín de Zárate al señor don Felipe Segundo, dando cuenta del estado de las minas. Valladolid, 30 de enero de 1557. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 371-372. Para su sobrino Polo Hondegardo, pide un hábito de caballero de una Orden Militar, no dice cuál, y para él “el asiento de contino de la Casa”. El Rey ya le había contestado desde Gante y desde Bruselas concediéndoselo.
  • Todos estos viajes son descritos con gran detalle por Helen Nader. Liberty in Absolutist Spain. Pg. 391. AGS. Estado. Correspondencia de Castilla. nº 124.
  • Respuesta a la carta de don Francisco de Mendoza, de 21 de septiembre de 1556, sobre los negocios de las minas. La Princesa. 2 de octubre de 1556. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 283.
  • Nader, Helen. Liberty in absolutist Spain. Pg. 391.
  • Carta de don Francisco de Mendoza al señor Rey don Felipe Segundo. Valladolid, 27 de abril de 1557. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 392-393.
  • Carta de don Francisco de Mendoza a la señora Princesa, dando cuenta de su llegada a las minas, y lo demás que ocurría. Minas de Guadalcanal, 6 de abril de 1557. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 391.
  • Carta de don Francisco de Mendoza al señor don Felipe Segundo sobre los negocios pertenecientes a las minas. Valladolid, 10 de mayo de 1557. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 397.
  • Ibáñez de Segovia. Historia de la Casa de Mondéjar. BN. Mss. 3315. Fol. 265 v. Tomado de Luis de Cabrera. Libro 4, Cap. 9.“Ansimismo en lo que Don Íñigo de Mendoza, vuestro hermano, me sirvió en las jornadas que yo hize a Flandes, Alemania y a Inglaterra, y últimamente en la guerra que yo tuve con el Rey de Francia, donde murió de un arcabuzaço en el asalto de San Quintín, siendo de los primeros que subieron a la muralla”
  • Ibáñez de Segovia. Historia de la Casa de Mondéjar. BN. Mss. 3315. Fol. 270 r.
  • OOMM. Mss de Santiago. Registro General. Libro 50 C. Años 1556-1559. Fol. 246 v.–247 v.
  • Instrucción dada a don Francisco de Mendoza para el buen desempeño del cargo de administrador general de las minas, en especial las de Guadalcanal. 30 de octubre de 1557. González, Tomás. Op. Cit. Pg. 491-496.
  • El error parte posiblemente del propio Tomás González, quien en su obra le llama administrador desde el principio de su comisión en las minas de los reinos. Sin embargo, como prueba irrefutable, nunca encontramos que el Rey se dirija a don Francisco de Mendoza como administrador en ninguna carta de 1556 y gran parte de 1557, lo cual sería un desaire y afrenta para su criado en la época, si no fuera porque no lo era. Desde el 21 de enero de 1558, que sepamos, cada vez que se dirige a él en una misiva, siempre continúa nombrándole por su título de administrador.

Respuesta a las cartas de don Francisco de Mendoza de 30 de noviembre, 8 y 24 de diciembre de 1557, sobre las cosas tocantes a las minas de Guadalcanal. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 512.

  • Carande, Ramón. Carlos V y sus banqueros. Vol. II. “La Hacienda Real de Castilla”. Pg. 429. Visita de las minas de Almadén. Da cuenta consejo desde Guadalcanal. 30 de noviembre 1557. Las minas se habían incendiado.
  • González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 554. El 30 de mayo de 1558 agradece al rey la concesión de la Encomienda de Socuéllamos.
  • González, Tomás. Op. Cit. Vol. II. Pg. 12 y 30. El 11 de enero de 1559 está en Valladolid. No quieren que ponga sustituto cuando no esté y se le da tratamiento de muy Ilustre Señor.
  • Carta de don Francisco de Mendoza, dando cuenta del estado de las minas. Guadalcanal, 15 de julio de 1559. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 39.

“Torno a acordar a V.M. este negocio, porque cada día veo cosas nuevas en minas que cierto, aunque he visto muchas en las Indias, me hacen dudar. Cerca de año y medio aquel pozo Rico dejó de dar metal, y con ninguna esperanza de volver a dar en él, y yo, de puro porfiado en todo este tiempo, he hecho ahondarle, e ya casi arrepentido del gasto, que no era poco, ha venido a dar en el metal, y tengo por cierto que ha de ser tan bueno como al principio, que será causa para confirmarme más en mi porfía y opinión de ahondar otros pozos”.

  • Ulloa, Modesto. La Hacienda Real de Castilla en el reinado de Felipe II. Fundación Universitaria Española. Madrid, 1986. Pg. 461.
  • Nader, Helen. Op. Cit. Pg. 189.
  • Ulloa, Modesto. Op. Cit. Pg. 168. El primer compromiso de venta es del 6 de agosto de 1559.
  • El 19 de enero de 1560 firma en Toledo el nombramiento del capitán inglés Richarte Gudal para servir en las minas de Guadalcanal, y el 16 de diciembre del mismo año, acuerda un asiento con Francisco de Ocampo, vecino de Úbeda, para hacer unos ingenios en las bocas de los pozos y hornos de las minas. González, Tomás. Op. Cit.Vol. II. Pg. 48 y 59.
  • González. Tomás. Op. Cit. Vol. II. Pg. 81-83.
  • Memorial y cartas de Mosén Antonio Boteller sobre beneficiar con azogue los desechos de los terreros de las minas de Guadalcanal. 29 de junio de 1562. González, Tomás. Op. Cit. Vol. II. Pg. 87-88. “ y para los dichos ensayes que yo ansí hice por mandado del dicho don Francisco, se me dieron por carta y provisión Real de V.M. cuatro quintales de azogue en el pozo de el Almadén, los dos dellos llevé, y los otros quedaron en el dicho Almadén, y después de haber hecho los dichos ensayes, gastando de los dichos dos quintales muy poca cosa dellos, los dejé en guarda y depósito de un mayordomo del dicho don Francisco, y en su casa y morada, y llevándome el dicho don Francisco a Granada, el dicho mayordomo los dio y entregó a vuestros oficiales de la mina de Guadalcanal con otros instrumentos de mi facultad y beneficio; y como el dicho don Francisco fue elegido por Capitán General de las Galeras, cesó lo que entre mí y él estaba platicado”.
  • AHN. Sección Nobleza. OSUNA. Leg. 2005/2. Expediente nº 1. “Condiziones de ofizios de justizia hechos por el Conzejo de la Villa de Estremera desde el año de 1617 en adelante para que el Sr. Duque de Pastrana nombrase para dichos ofizios las personas que de ellas gustare como dueño de su jurisdizión. Y diferentes títulos de Alcalde Mayor de dicha Villa, copias de sentencias y provisiones dadas sobre la nominazión de ofiçios de dicha Villa y la forma que se ha de tener en ella. Año de 1617”.
  • Nader, Helen. Op. Cit. Pg. 190.
  • González, Tomás. Op. Cit. Vol. II. Pg. 93.

CAP. XIII. Señor de Estremera (Madrid): (1559-1563).

  1. Viñas, Carmelo y Paz, Ramón. Relaciones Histórico-Geográfico-Estadísticas de los pueblos de España hechas por iniciativa de Felipe II. Provincia de Madrid. Instituto Balmes de Sociología. Instituto Juan Sebastián Elcano de Geografía. CSIC. Madrid, 1949. Pg. 246.
  2. Fernández “El palentino”, Diego. Primera y segunda parte de la Historia del Perú. Crónicas del Perú. I. Biblioteca de Autores Españoles. Vol. 164. Ediciones Atlas. Madrid, 1963. CAPÍTULO PRIMERO. De la venida del virrey, don Antonio de Mendoza al Perú y de un motín que en este tiempo se trató en el Cuzco entre don Sebastián de Castilla y otros soldados. Pg. 285.
  3. 9/4847. Fe de Antonio de Turcios, Escribano Mayor de la Governación de Nueva España como en el pueblo de Chilula a 23 de octubre de 1550 don Luis de Velasco Visorrei de Nueva España, entregó a D. Antonio de Mendoza nombrado del Perú, las provisiones i cartas siguientes. Fol. 329 r. 1. Provisión para que se se suspendan todas conquistas y descubrimientos en las provincias del Perú hasta nuevo mandato de S.M.
  4. Recordemos cómo se dirigía su padre don Antonio de Mendoza como virrey solicitando la vuelta a España, así como su familiar el virrey Cañete, dando la impresión de estar poco menos que a las puertas de la muerte, aunque luego en cierto modo hubiera algo verídico en ello.
  5. Carta de don Francisco de Mendoza al señor don Felipe Segundo, y dictamen particular sobre las avenencias o partidos que podrían tomarse con los halladores de minas. 17 de septiembre de 1558. González, Tomás. Op. Cit. Pg. 555-556.
  6. Con “el encargo de pagar las deudas de su padre i de dar 50.000 ducados a su hermano Dn Íñigo, en lo que se concertaron estos hermanos (…) pero ni quedaron bienes del virrei, ni se pagaron sus deudas. RAH. Colección Muñoz. 9/4848. Resumen del testamento de don Antonio de Mendoza, Virrey del Perú. Fol. 56 a 58 v.
  7. Respuesta a las cartas de don Francisco de Mendoza de 1 de septiembre de 1556, sobre los negocios de las minas. Valladolid, 8 de septiembre de 1556. Tomás González, op. Cit. Pg. 278.
  8. Otra carta de don Francisco de Mendoza al señor Rey don Felipe Segundo. 29 de octubre de 1557. González, Tomás. Op. Cit. Vol. I. Pg. 490. “Yo he pedido en el consejo de hacienda que me manden volver la plata y cumplir la cédula, porque el haberme tomado la plata de aquella manera, no se ha hecho con ningún mercader, ni con otra persona: Hasta ahora no lo han remediado. Suplico a V.M. sea servido de mandar dar una sobrecédula para el consejo de la hacienda para que se desembarace mi hacienda”.
  9. Carta de don Francisco de Mendoza al señor don Felipe Segundo, y dictamen particular sobre las avenencias o partidos que podrían tomarse con los halladores de minas. 17 de septiembre de 1558. González, Tomás. Op. Cit. Pg. 555-556. “Muchas veces he escrito a V.M. explicándole sea servido de mandarme dar sobrecédula para que el consejo de la hacienda me desembarace el dinero que me tiene tomado que me han traido de Indias, y para que no se me tome lo que viniere; suplico a V.M. sea servido de mandar que se me dé pues me hizo la merced en parte de salario”.
  10. Carta de don Francisco de Mendoza al señor rey don Felipe Segundo, sobre los negocios de las minas. 6 de abril de 1559. González, Tomás. Op. Cit. Pg. 21.
  11. Carta de don Francisco de Mendoza al señor rey don Felipe Segundo, sobre los negocios de las minas. 6 de abril de 1559. González, Tomás. Op. Cit. Pg. 21. “El Consejo de la hacienda me tiene embarazada una partida de plata que me tomaron dos años ha, de nueve mil y tantos pesos. V.M. ha mandado por su cédula y sobre cédula que se me den; no se ha cumplido: Suplico a V.M. mande escribr al consejo, mandando que se me dé de cualesquiera dineros que estuvieren en la casa de la Contratación, o se me libren en estas minas en dos otres meses”.
  12. Títulos que como sabemos ya quedaban lejos de él al pertenecer a su tío, hermano de su padre el virrey, don Luis Hurtado de Mendoza, Capitán General del Reino de Granada, y primogénito de la familia. Luego recaerían en sus primos hermanos, tanto los de Guadalajara, como los de Granada.
  13. Ulloa, Modesto. La Hacienda Real de Castilla en el reinado de Felipe II. Pg. 168. Helen Nader da una cifra muy inferior de 2.800.000 maravedíes, 7.450 ducados. Liberty in Absolutist Spain. Pg. 189.
  14. Helen Nader. Liberty in Absolutist Spain. Pg. 189. Ya consultó esta documentación de los censos que solicitó don Francisco de Mendoza para adquirir Estremera y Valdaracete en la rica documentación de la Sección de Osuna del Archivo Histórico Nacional, y reconocemos en este punto haber seguido sus indicaciones e investigaciones.
  15. AHN. OSUNA. Caja 2739. Extracto. Censo nº 7. En 18 de junio de 1560 ante Matheo de Almonacir, escribano de el número de Seuilla, el dicho Sr. Dn. Francisco de Mendoza impuso un censo en fauor de Dª Leonor de Toledo, muger de Perafán de Ribera, de 2.400 ducados de principal que valen 900.000 maravedíes sobre dichas villas.
  16. AHN. OSUNA. Caja 2739. Extracto. Censo nº 5. En 6 de agosto de 1561, ante Pedro Páez, Escribano de el número de Guadalcanal, el dicho Sr. Dn. Francisco de Mendoza impuso censso en fauor del Lizenciado Antonio de Alfaro de 910.000 maravedíes de principal sobre dichas villas.
  17. AHN. OSUNA. Caja 2739. Extracto. Censso nº 2. En 10 de agosto de 1561, ante Alfonso Carrrillo, Escribano de el número de Seuilla, el dicho Sr. Dn. Francisco de Mendoza, impuso un censso en fauor de el Capitán Miguel de Oquendo de 180.000 ducados de principal, que valen 5 quentos 950.000 maravedíes sobre dichas villas de Estremera y Valdarazete.
  18. 14/08/1561. AHN. OSUNA. Caja 2739. Escritura de imposición de censo otorgada por el Sr. D. Francisco de Mendoza en Sevilla en 14 de agosto de 1561, ante Alfonso Carrillo escribano de su número de 750000 maravedíes de principal en favor de D. Juan de Torres, vecino de Sevilla, sobre las rentas, alcabalas y tercias de las villas de Estremera y Valdaracete.
  19. AHN. OSUNA. Caja 2739. Extracto. Censso nº 1. En 10 de septiembre de 1561, ante Matheo de Almonacid, Escribano del Número de la Ciudad de Seuilla, la parte del dicho don Francisco de Mendoza, ynpuso çensso en fauor de Dª Cathalina de Mendoza, viuda de Balthasar Díaz de Auila, vezina de Panamá, 3 quentos 600.000 maravedíes, de principal a razón de 12.000 maravedíes sobre dichas villas de Estremera y Valdarazete.
  20. AHN. OSUNA. Leg. 2003 nº 8.
  21. AHN. OSUNA. Caja 2739. Extracto. Censo nº 3. En 16 de henero de 1562, ante Benito Luis, escribano de el número de Seuilla, por el dicho Sr. Dn. Francisco de Mendoza se impuso censo en fauor de Juana de Tibera, viuda de Hernando de Orejón, de 40.000 ducados de principal, que valen 1 quento 500. 000 maravedíes, sobre las dichas villas de Estremera y Valdaracete
  22. AHN. OSUNA. Leg. 2004. Expediente 2/1-2.
  23. AHN. OSUNA. Caja 2739. Extracto. Censo nº 4. En 19 de septiembre de 1562, ante Gaspar Testa, escriuano de el número de Madrid, la parte del dicho Sr. Dn. Francisco de Mendoza ympuso censo en fauor del Monasterio de Monjas de Santa Clara de Madrid de 500 ducados de principal, que valen 187.500 maravedíes, sobre las dichas villas de Estremera y Valdaracete.
  24. AHN. OSUNA. Leg. 2003 nº 3/1-2. Venta de don Francisco de Mendoza, Comendador de Socuéllamos, Capitán General de Galeras, Señor de las Villas de Estremera y Valdaracete, vecino de Granada, al Jurado de la ciudad de Sevilla Melchor Suárez, quinientos y quinze mill e seyscientos y venticinco maravedíes en cada un año al redemyr e quitar, sobre las dichas villas de Estremera y Valdaracete. Málaga, a 21 de diciembre de 1562.
  25. AHN. OSUNA. Caja 2739.
  26. Con el tipo fijo de un ducado a trescientos setenta y cinco maravedíes.
  27. Es decir entre 93.000 y 103.000 ducados, según podemos calcular.
  28. AHN. OSUNA. Leg. 1.838 nº 1 1-2. Francisco de Mendoza. Comendador de Socuéllamos y Capitán General de Galeras. Inventario de bienes. 1563. Según su inventario de bienes en nada menos que 85 páginas, que estudiaremos de forma somera en el capítulo final, son múltiples las escrituras de censo que se tomaron y que se conservaban en su archivo personal en el momento en que murió en Málaga en 1563.
  29. AHN. OSUNA. Leg. 3.269 nº 4. Venta de Estremera al Príncipe de Éboli. 1565. En su testamento, que estudiaremos de forma breve en el último capítulo, se establece una división entre las ventas y pago de deudas independiente entre la Nueva España y Castilla; lo que se obtuvo con la enajenación de las estancias mexicanas y los censos concretos que existían allá nos es desconocido, posiblemente porque esta documentación no se llegó a remitir a España, ya que se establecía que sólo si restaba dinero al compensar activo y pasivo se enviara a Sevilla a Pedro Luis de Torregrosa.
  30. AHN. OSUNA. Leg. 3.269 nº 4. Venta de Estremera al Príncipe de Éboli. 1565. Fol. 3 r.
  31. Ulloa, Modesto. Op. Cit. Pg. 168. AHN. OSUNA. Leg. 3.269 nº 4. Venta de Estremera al Príncipe de Éboli. 1565. Fol. 60 r.
  32. García Pavón, Francisco. Historia de Tomelloso (Ciudad Real) (1530-1936). Madrid. 2ª Edición. El autor. 1981. Pg. 30. La Villa de Tomelloso consiguió su independencia como Villa en 1589 dentro de otro proceso iniciado por Felipe II en que ofreció a sus pueblos de Castilla la obtención de la jurisdicción en primera instancia que les había quitado en el año 1566 a cambio de cuantiosas sumas que necesitaba para mantener la guerra de Flandes.
  33. AHN. OSUNA. Leg. 3.269 nº 4. Venta de Estremera al Príncipe de Éboli. 1565. Fol. 3 r.
  34. AHN.OOMM. Visitas Provincia de Castilla 1556. Libro 1086 C. Socuéllamos. Pg. 645.
  35. Todas ellas las conocemos por las cartas que se remitían desde Guadalcanal y otros lugares mientras era Administrador de las Minas de los reinos. González, Tomás. Noticia histórica documentada de las célebres minas de Guadalcanal. II Tomos. Madrid, 1831
  36. AHN. OSUNA. Leg. 291 nº 2-2. Iñigo López de Mendoza. Fundación de Mayorazgo y testamento.
  37. Salazar y Castro, Luis. Los Comendadores de la Orden de Santiago. Vol. II. León. Patronato de la Biblioteca Nacional. Madrid, 1949. Pg. 532-533. Según este autor al menos entre 1511 y 1532, aunque no precisa más las fechas, aunque como ya sabemos lo fue hasta 1535.
  38. Aunque cuando nació alrededor de 1541, su padre ya no ostentaba el cargo de Comendador en Estremera.
  39. Actualmente está en la provincia y Comunidad Autónoma de Madrid dentro de España, por los azares del destino, y por supuesto es el último pueblo de la comunidad, limítrofe con la provincia de Guadalajara y Castilla-La Mancha.
  40. Viñas, Carmelo y Paz, Ramón. Relaciones. Pg. 245.
  41. Ruiz Mateos, Aurora. La arquitectura civil de la Orden de Santiago en la Provincia de Madrid. Dentro de “El Madrid Medieval: Sus tierras y sus hombres”. Edición de Juan Carlos de Miguel Rodríguez. Colección Laya nº 6. Asociación Cultural Al-Mudayna. Madrid, 1990. Pg. 220-221. En las figuras 10 y 11 la autora dibuja una planta y un alzado – reconstrucción- de lo que debió ser esta morada,  muy interesante para evaluar lo que pudo ser la residencia de don Francisco de Mendoza.
  42. Viñas, Carmelo y Paz, Ramón. Relaciones. Pg. 249.
  43. AHN. OOMM. Visita de Estremera. 1537. Sign. 1083 C. Pg. 538. AHN. OOMM. Visita de Estremera. 1554. Sign. 1086 C. Pg. 294.
  44. Espinosa, Aurelio. The Spanish Reformation: Institutional Reform, Taxation, and the Secularization of Ecclesiastical Properties under Charles V. Sixteenth Century Journal. XXXVII/1. (2006). Pg. 18-19.
  45. AHN. OSUNA. Leg. 3.269 nº 4. Venta de Estremera al Príncipe de Éboli. 1565. Fol. 57 r. y v.
  46. AHN. OSUNA. Leg. 3.269 nº 4. Venta de Estremera al Príncipe de Éboli. 1565. Fol. 58 r. a 60 v. “Tomo asiento y concierto con vos don Francisco de Mendoça, hijo legítimo de don Antonio de Mendoça, Visorrey que fue de los Reynos y prouincias de la Nueua España y Pirú, y con doña María deVargas en vuestro nombre, y por virtud de vuestro poder especial que para ello tuuo, de vos vender y renunciar y traspassar para vos y para vuestros herederos y sucessores las villas de Estremera y Valdaracte (que solía ser encomienda de la dicha orden de Santiago) con todas sus rentas y diezmos, pechos y derechos, y preheminencias, vasallos y juridición, y otras cosas, y patronazgo, y derecho de elegir a los beneficios y seruicios de las yglesias, y todas las otras rentas y cosas pertenecientes a la dicha orden y Mesa Maestral de Santiago, y al conuento de Uclés y Comendador de la dicha encomienda”.
  47. En la escritura de Venta al Príncipe de Éboli aparece una copia del consentimiento de este Comendador Lope de Guzmán. Fol. 61 r. y v. “Digo que doy, quedo y otorgo y concedo entero consentimiento y me plaze y he por bien, que Su Magestad, o la dicha Serenísima Princessa de Portugal, en su nombre, o otra qualquier pesona que para ello tengo o tuuiere poder de Su Magestad, aparten de la dicha Orden de Santiago de la Espada, la dicha Encomienda de Estremera”. Dado en Toledo, a 27 de agosto de 1559.
  48. AHN. OSUNA. Leg. 3.269 nº 4. Venta de Estremera al Príncipe de Éboli. 1565. Fol. 65-66.
  49. AHN. OSUNA. Leg. 3.269 nº 4. Venta de Estremera al Príncipe de Éboli. 1565. No indica foliación, pero está a continuación de los traslados antes citados.
  50. Weckmann, Luis. La herencia medieval de México. Segunda edición revisada. El Colegio de México. Fondo de Cultura Económica. México, 1994. Pg. 88.
  51. AHN. OSUNA. Leg. 3.269 nº 4. Venta de Estremera al Príncipe de Éboli. 1565. Fol. 7 r. Coincide con la fecha exacta que da el Marqués de Mondéjar. Ibáñez de Segovia, Marqués de Mondéjar. Historia de la Casa de Mondéjar. BN. Mss. 3.315.
  52. AHN. OSUNA. Leg. 3.269 nº 4. Venta de Estremera al Príncipe de Éboli. 1565. Se especifica en un traslado del citado porcón, en un añadido sin foliación. “En quanto toca y atañe a las dichas trecientas mil marauedís de juro que por virtud del auedes de auer, vos mandasse dar mi carta de preuilegio dellas, para que las ayades y tengades de mí, en cada un año, por juro de heredad, para siempre jamás, con las mismas cargas, seruicios, e impusiciones, décimas, quartas y medios frutos, y otros qualesquier subsidios y contribuciones, repartimientos de lanças y otras cosas, y otras cosas de qualquier calidad y condición que sean o ser puedan, que vos la dicha orden de Santiago y Mesa Maestral della erades obligada a pagar, seruir y contribuyr, ansí a la Santa Sede Apostólica y Prelados ecclesiásticos, como a mí como a Rey y Señor, según que en el dicho mi Alualá suso incorporado, se contiene, situados señaladamente en la renta del derecho de la seda del reyno de Granada”.
  53. Ulloa, Modesto. La Hacienda. Pg. 370 y ss.
  54. Todo ello se desprende del inventario de bienes que se realizó a su muerte en Estremera y del que hacemos un resumen en el último capítulo de esta monografía. AHN. OSUNA. Leg. 1.838 nº 1 1-2. Francisco de Mendoza. Comendador de Socuéllamos y Capitán General de Galeras. Inventario de bienes. 1563-1569.
  55. AHN. OSUNA. Leg. 2005. Expediente 8/1. Traspaso y renunciación de Rodrigo de la Corte de la Escribanía pública de la Villa de Estremera en don Francisco de Mendoza. Granada, en 10 de octubre de 1561.
  56. El escribano lo define como “forma que dio”, pero realmente estamos hablando de unas ordenanzas que sustituirían a otras anteriores o a las leyes capitulares de la Orden de Santiago que deberían aplicarse. AHN. OSUNA. Caja 2005/2.- Pleito de alrededor de 1600 de la Princesa de Mélito con Estremera por elección de oficios y un nombramiento de oficios para 1613 de D. Ruy Gómez de Silva. Dentro de él: Forma que dio el Sr. Don Francisco de Mendoza sobre las elecciones de oficiales de Estremera. 22/09/1562.
  57.  “En la noble y leal Villa de Estremera que es del muy   Señor don Francisco de Mendoça, a veynte y dos días del mes de septienbre año del nasçimyneto de Nuestro Saluados Jesucristo de myll  e quinientos y sesenta y dos años, en presencia de my el escriuano público y testigos de yuso escriptos, el muy Ylustre Señor don Francisco de Mendoça, Señor de esta dicha Villa de Estremera y de la Villa de Baldarazete, Comendador de Socuéllamos, Administrador General de Su Magestad de las Mynas destos Reynos, estando presentes Alonso Martinez de Juan Martynez y Francisco Martinez de Pastrana Alcaldes Hordinarios de la dicha Villa de Estremera y Francisco Martynez y Gonçalo Garçía y Alonso Garçía de la carnycera regidores,  y Hernán Garçía la Higuera y Diego Martynez de la Vega y Juan Martynez de la higuera y Alonso Pérez, Jurados, y Juan de Apariçio, Procurador, y Francisco Pérez, Alcalde de la Ermandad, y Francisco Martynez Aguado y Francisco Hernandez Rojo y Alonso Pérez “El Viejo” y Bernaldo de Santander e Pero Gutiérrez y Diego Moreno y Pedro Barcala, Alonso Ximénez del Castillo y Juan Ximénez “El Viejo” y Bernaldo de Santander, Francisco Galiano y Diego Hernández Velinchón y Juan Martynez Crespo y Juan de Aragón y Juan Parra y Pero Aguado y Martín Ximeno y Francisco Polanco y Felipe Martinez y Juan de Yebra, Alonso Ximénez de Pero Ximénez, Juan Gonçález del Castillo, Juan Denche, Pero Gonçález y Juan Garçía de Alhóndiga, Juan Rodríguez, Pedro Moreno, Francisco Díaz, Pasqual Delgado y Alonso de Ribera y Juan Muñoz de Françisco Muñoz y Bernabé Gutiérrez”.
  58. El documento está desordenado y hemos realizado la colocación de los puntos que pensamos más coherente.
  59. Después aparece una línea sobreescrita al texto original en que se hace un añadido confuso que dice que para los regidores haya un abono de cincuenta mil maravedís en bienes raíces.
  60. H.R. Wagner.Early Silver Mining in New Spain. Revista de Historia de América (México) nº 14. 1942. Pg. 49-71.
  61. Dosaficionados locales A.B.H. y H. de S.C. en una conferencia colgada en Internet titulada “Estremera nuestro pueblo, resumen la idea que en Estremera se tiene hoy sobre el mandato de don Francisco de Mendoza, que por lo que hemos podido comprobar se trata más bien de una descripción genérica de la época sin precisión exacta de fechas ni autores concretos: “En los siglos XVI y XVII, Estremera tuvo sus mejores años de esplendor con Francisco de Mendoza como señor de Estremera (…)  dejó en el pueblo una Capilla de Santiago, hoy inexistente, y otra de S. Miguel. (…) También, durante la época de D. Francisco Mendoza, se levantó un hospital, que a mediados del siglo pasado se convirtió en casa de caridad de San Vicente de Paúl”.
  62. Visitación de Estremera de 1554, “martes en anocheciendo que se contaron veinte e seis días del mes de junio del dicho año de myll e quinientos e çinquenta e quatro años”. Hospital de la Villa. A.H.N. OOMM. Visitas. Sign. 1.086 C. Año 1.554. Pg. 303.
  63. En la Visita de 1537 tenemos constancia de la existencia de una Ermita del Humilladero, construida por un tal Francisco de Sevilla, vecino de la Villa. AHN. OOMM. Visitas. Sign. 1083 C. Pg. 538.  En la de 1554 nos aparecen la de la Magdalena y San Sebastián. A.H.N. OOMM. Visitas. Sign. 1.086 C. Año 1.554. Pg. 302-303. En las Relaciones Topográficas de Felipe II, que para Estremera son de 16 de noviembre de 1580, en la respuesta nº 40 se añaden dos ermitas más, la de San Pedro y la de Nuestra Señora del Rosario. Ninguna referencia a una Capilla de Santiago o de San Miguel. Viñas, Carmelo y Paz, Ramón. Relaciones. Pg. 250.
  64. AHN. OOMM. Consejo de las Órdenes. Visitas Priorales. Leg. 6821. Visita de Estremera. 1564. (Cuadernillo).
  65. Viñas, Carmelo y Paz, Ramón. Relaciones. Pg. 249.La única capilla y capellanía  que había construida en la Iglesia Parroquial era la del Bachiller Pedro Alonso, Vicario de Mohernando; si hubiera habido algún motivo mendocino lo hubieran hecho constar. En la Visita de 1564 aparece un retablo de Juan Díaz, Vicario de Caravaca al lado de una capilla colateral.

CAP. XIV. Capitán General de las Galeras de España (1562-1563).

  1. Salazar, Pedro de. “Hispania Victrix. Historia en la cual se cuenta muchas guerras sucedidas entre cristianos e infieles así en mar como en tierra desde el año de mil y quinientos cuarenta y seis hasta el de sesenta y cinco”. Medina del Campo, 1570. BN. R/12554. Fol. 103 v.
  2. Nader, Helen. Liberty in Absolutist Spain. Pg. 189.
  3. Existe una novela sobre esta batalla nombrada “El Cautivo” y escrita por el escritor extremeño Jesús Sánchez Adalid.
  4. Gómez de Figueroa, Alonso. Obra nuevamente compuesta del suceso y desastre que aconteció en Málaga el primer día de Pascua de Espíritu Santo. Sevilla.
  5. Fernández Duro, Cesáreo. Armada Española: Desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón. Tomo II.
  6. González, Tomás. Noticia histórica documentada de las célebres minas de Guadalcanal. Tomo II. Madrid, 1831. Pg. 93.
  7. Nader, Helen. Op. Cit. Pg. 190. Tomás González que dice que el nombramiento de un administrador interino de las Minas de Guadalcanal fue el 15 de noviembre, cuando efectivamente ya sabía que había sido nombrado Capitán General de Galeras.
  8. Salazar, Pedro de. “Hispania Victrix. Historia en la cual se cuenta muchas guerras sucedidas entre cristianos e infieles así en mar como en tierra desde el año de mil y quinientos cuarenta y seis hasta el de sesenta y cinco”. Medina del Campo, 1570. Capítulo 45. Como el rey Don Philippe señaló por Capitán General de sus galeras de España a don Francisco de Mendoça y le mandó yr a socorrer a Orán. Fol. 58 r.
  9. Álvarez de Toledo, Luisa. Duquesa de Medina-Sidonia. Alonso Pérez de Guzmán, General de la Invencible. II Tomos. Univ. Cádiz, 1994. Archivo Fundación Casa Medina Sidonia. Leg. 4341.
  10. La descripción de estos sucesos los extraemos principalmente de dos fuentes, la una publicada, la otra manuscrita y procedente en principio de la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El. Escorial y copiada por Martín Fernández de Navarrete, sospechosamente similares, hasta tal punto que en muchas partes son idénticas. // Salazar, Pedro de. “Hispania Victrix. Historia en la cual se cuenta muchas guerras sucedidas entre cristianos e infieles así en mar como en tierra desde el año de mil y quinientos cuarenta y seis hasta el de sesenta y cinco”. Medina del Campo, 1570. BN. R/12554. Principalmente del Capítulo 74. Jornada de don Francisco de Mendoza en Socorro de Orán. // Fernández de Navarrete, Martín. “Sucesos martítimos desde 1547 hasta 1564. Con las relaziones de las jornadas al Peñón de Vélez, año 1563 y 1564: del sitio que puso el Rey de Argel a Orán y Mazalquivir: Socorro que introdujo en aquella plaza D. Francisco de Mendoza, y del cegamiento del Río de Tetuán por Dn. Álvaro de Bazán”. Museo Naval. Colección Fernández de Navarrete. Vol. IV. Doc. nº 17. Signatura I2/234. Fol. 172-217.
  11. Este episodio recoge con pocas variaciones Luis Cabrera de Córdoba. Filipe Segundo. Pg. 374.
  12. Fernández Duro, Cesáreo. Armada Española: Desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón. Tomo II.Pg. 52.
  13. Fernández de Navarrete. Sucesos martítimos desde 1547 hasta 1564. Pg. 193.
  14. Salazar, Pedro de. “Hispania Victrix”. Fol. 94 r y v.
  15. Capítulo 75. Cómo el rey de Argel voluió a batir a Maçalquiuir, y cómo queriéndole dar otro asialto lo dexó por la llegada del armada, y alçó el cerco y se fue. Fol. 94 v. – 95 r.
  16. Salazar, Pedro de. Hispania Victrix. Fol. 96 v.
  17. Capítulo 76. Cómo Don Francisco de Mendoça, echada la gente en tierra en Maçalquiuir, començó a seguir a los enemigos. Y lo que más hizo. Fol. 96 r.
  18. Baltasar de Morales. Diálogo de las Guerras de Orán. Los Condes de Alcaudete en el Norte de África. Edición preparada por Antonio Rivas Morales. Biblioteca Alcaudetense. Granada, 1991. (Original dirigido a Martín Alonso Montemayor. Córdoba. Francisco de Cea. 1593). Pg. 375-376.
  19. Luis Cabrera de Córdoba. Filipe Segundo, Rey de España. Tomo I. Madrid, 1876. Pg. 382-383.
  20. Capítulo 86. Como el rey Don Philippe mandó fortificar a Orán, y hizo merced a los que la defendieron. Y partió de Madrid a Monçón a tener Cortes a los tres reynos de Aragón, Valencia y Cataluña. Y lo que allí proueyó. Fol. 104 v.
  21. Salazar, Pedro de. Hispania Victrix. Fol. 98 r.
  22. AGS. Sección Guerra y Marina. Leg. 71. Documento n. 8. Francisco de Mendoza protesta ante el rey de la actuación del Marqués de los Vélez. Málaga, 15 de julio de 1563.
  23. Fernández Duro, Cesáreo. Armada Española: Desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón. Tomo II. Pg. 55 y ss.
  24. Salazar, Pedro de. Hispania Victrix. Fol. 98 v.
  25. Fernández Duro, Cesáreo. Armada Española: Desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón. Pg. 59-60.
  26. Salazar, Pedro de. Hispania Victrix. Fol. 103 v.
  27. Nader, Helen. Liberty in Absolutist Spain. Pg. 190.

FUENTES DOCUMENTALES

MUSEO NAVAL (MADRID)

  1. Fernández de Navarrete, Martín. “Sucesos martítimos desde 1547 hasta 1564. Con las relaziones de las jornadas al Peñón de Vélez, año 1563 y 1564: del sitio que puso el Rey de Argel a Orán y Mazalquivir: Socorro que introdujo en aquella plaza D. Francisco de Mendoza, y del cegamiento del Río de Tetuán por Dn. Álvaro de Bazán”. Museo Naval. Colección Fernández de Navarrete. Vol. IV. Doc. nº 17. Signatura I2/234. Fol. 172-217. Copiado de un códice de la Biblioteca Alta del Monasterio de El Escorial. 16 de noviembre de 1711.

ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL

Sección Nobleza. Osuna. Archivo Palacio Tavera. (Toledo).

  1. AHN. OSUNA. Francisco de Mendoza. Comendador de Socuéllamos y Capitán General de Galeras.Venta de Estremera. Carpeta 14 nº 21.
  2. AHN. OSUNA. Leg. 3.354 – 3357. Genealogías. Mondéjar.
  3. AHN. OSUNA. Leg. 2.024. nº 41-3. Iñigo de Mendoza. Comendador de Socuéllamos. Testamento 1556-1557.
  4. AHN. OSUNA. Leg. 291 nº 2-2. Iñigo López de Mendoza. Fundación de Mayorazgo y testamento.
  5. AHN. OSUNA. Leg. 2.263 nº 3.Testamento de Iñigo de Mendoza. Comendador de Socuéllamos. 1556.
  6. AHN. OSUNA. Leg. 1.858 nº 35. Francisca de Mendoza. Licencia para dar dote para su casamiento.07/03/1545.
  7. AHN. OSUNA. Leg. 1.776 nº 15. Francisca de Mendoza. Matrimonio.
  8. AHN. OSUNA. Leg. 1.781 nº 7. Francisca de Mendoza. Matrimonio.
  9. AHN. OSUNA. Leg. 1.838 nº 1 1-2. Francisco de Mendoza. Comendador de Socuéllamos y Capitán General de Galeras. Inventario de bienes. 1563.
  10. AHN. OSUNA. Leg. 2003 nº 3/1-2. Venta de don Francisco de Mendoza, Comendador de Socuéllamos, Capitán General de Galeras, Señor de las Villas de Estremera y Valdaracete, vecino de Granada, al Jurado de la ciudad de Sevilla Melchor Suárez, quinientos y quinze mill e seyscientos y venticinco maravedíes en cada un año al redemyr e quitar, sobre las dichas villas de Estremera y Valdaracete. Málaga, a 21 de diciembre de 1562.
  11. AHN. OSUNA. Leg. 2003 nº 4/2. Solicitud de licencia y venia de doña Catalina de Mendoza, viuda de don Francisco de Mendoza, para poder administrar las villas de Estremera y Valdaracete, ya que no era mayor de edad al no tener veinticinco años de edad, pero sí ser mayor de veintidos. 29 de noviembre de 1563.
  12. AHN. OSUNA. Leg. 2003 nº 8. Redempción que en la Villa de Madrid en 30 de septiembre de 1572. ante Gaspar Testa Escribano de su número, otorgaron los Sres. Capellán Maior y capellanes de la Capilla del Sor. Obispo de Plasencia, sita en la Parroquial de San Andrés de dicha Villa.
  13. AHN. OSUNA. Leg. 2004. Expediente 2/ 1-2. Redempción otorgada en la Villa de Madrid en 26 de junio de 1591 ante Gaspar Testa, escribano de su número por Dª Leonor de Ayala, muger de Diego de Herrera, Contador de S.M. y residente en Lisboa.
  14. AHN. OSUNA. Caja 2005/2.- Pleito de alrededor de 1600 de la Princesa de Mélito con Estremera por elección de oficios y un nombramiento de oficios para 1613 de D. Ruy Gómez de Silva. Dentro de él: Forma que dio el Sr. Don Francisco de Mendoza sobre las elecciones de oficiales de Estremera. 22/09/1562.
  15. AHN. OSUNA. Leg. 2005. Expediente 8/1. Traspaso y renunciación de Rodrigo de la Corte de la Escribanía pública de la Villa de Estremera en don Francisco de Mendoza. Granada, en 10 de octubre de 1561.
  16. AHN. OSUNA. Leg. 2009 1 y 2. Pago de créditos y deudas de la herencia de don Francisco de Mendoza. Bienes muebles y personales. 1563-1569.
  17. AHN. OSUNA. Caja 2010/3. Traslado en latín de la Venta de las Villas de Estremera y Valdaracete, no autorizado. Testamento de D. Francisco de Mendoza. Venta de Estremera al Príncipe de Éboli.
  18. AHN. OSUNA. Caja 2739. Pleito.El Duque de Pastrana con don Diego de Córdoba, alias Don Antonio de Mendoza, y Pedro Luis de Torregrosa sobre el juro de 500 ducados.
  19. AHN. OSUNA. Caja 2739. Extracto de los censos que estaban impuesos sobre las villas de Estremera y Valdaracete que debió de redimir Pedro Luis de Torregrosa conforme a la calidad de la compra y ejecutoria que está en cabeza de este legajo.
  20. AHN. OSUNA. Leg. 3.269 nº 4. Venta de Estremera al Príncipe de Éboli. 1565.

Órdenes Militares. Archivo Judicial de Toledo. (Madrid)

  1. AHN. OOMM. AHT. Leg. 13.361. Año 1521-1524. Ágreda y Socuéllamos. La mujer e hijos de D. Juan Garcés, vecino que fue de Ágreda con D. Antonio de Mendoza, Comendador de Socuéllamos, sobre la muerte del dicho Juan Garcés.
  2. AHN. OOMM. AHT. Leg. 19.889. Sobre el mismo asunto con D. Bernardino de Mendoza.
  3. AHN. OOMM. AHT. Leg. 19.990. Sobre el mismo asunto con D. Bernardino de Mendoza.
  4. AHN. OOMM. AHT. Leg. 23.314. Año 1529. Antonio de Mendoza. Gobernador de León en Hornachos.
  5. AHN. OOMM. AHT. Leg. 59.177. Año 1568. Provisión real disponiendo que el Príncipe de Éboli pague de los dineros que tenga pertenecientes a D. Francisco de Mendoza, lo que corresponda a D. Luis Fernández Manrique.
  6. AHN. OOMM. AHT. Leg. 23.362. Año 1561. La Villa de Socuéllamos con Francisco de Mendoza, su Comendador, sobre querella.

Órdenes Militares. Visitas de la Orden de Santiago a la Encomienda de Socuéllamos, Estremera y Valdaracete.

  1. A.H.N. OOMM. Visitas. Sign. 1.068 C. Año 1.498.
  2. A.H.N. OOMM. Visitas. Sign. 1.071 C. Año 1.507.
  3. A.H.N. OOMM. Visitas. Sign. 1.080 C. Año 1.525.
  4. A.H.N. OOMM. Visitas. Sign. 1.081 C. Año 1.528.
  5. A.H.N. OOMM. Visitas. Sign. 1.083 C. Año 1.537.
  6. A.H.N. OOMM. Visitas. Sign. 1.084 C. Año 1.537.
  7. A.H.N. OOMM. Visitas. Sign. 1.086 C. Año 1.554.

Órdenes Militares. Consejo de las Órdenes. Visitas Priorales.

  • A.H.N. OOMM. Consejo de las Órdenes. Leg. 6.820. nº 5. Socuéllamos. 1536.
  • A.H.N. OOMM. Consejo de las Órdenes. Visitas Priorales. Leg. 6821. Visita de Estremera. 1564.

OOMM. Consejo de las Órdenes.

  1. OOMM. Consejo de las Órdenes. Legajo 3925. Doc. nº 15. Encomienda de Socuéllamos al Marqués de Cortes – Don Juan de Benavides y Navarro, Marichal de Navarra, gentil hombre de nuestra cámara Comendador que hasta aquí a sido de la Villa de Hornachos (Badajoz) – por vacaçión de don Francisco de Mendoça. 1563.
  2. OOMM. Consejo de las Órdenes. Legajo 3925. Doc. nº 14. Encomienda de Socuéllamos. Madrid, agosto de 1563. Encomienda de Socuéllamos al Marqués de Aguilar de Campoo (Burgos) – Don Luis Fernández Manrique de Lara y Pimentel – por bacaçión del Marqués de Cortes.
  3. OOMM. Consejo de las Órdenes. Legajo 3925. Doc. nº 13. Socuéllamos. Administración de la dicha Encomienda a don Diego de Espinossa por la vacante del Marqués de Aguilar. 1586.

OOMM. Mss. de Santiago. Registro de Santiago.

  1. OOMM. Registro de Santiago. Libro 48 C. Fol. 310 r. Para que se reciba la profesión de Caballero de Santiago de don Francisco de Mendoza. Valladolid, 24 de mayo de 1542.
  2. OOMM. Registro de Santiago. Libro 50 C. Fol. 179 v.-180 r. Administración de la encomienda de Socuéllamos otorgada a don Francisco de Mendoza.La Princesa, Valladolid, 20 de octubre de 1557.
  3. OOMM. Registro de Santiago. Libro 50 C. Fol. 264 v. Concesión de la Encomienda de Alcuesca a don Íñigo de Mendoza, hijo de Bernardino de Mendoza, del Consejo de Estado y Contador Mayor de Castilla, difunto. Bruselas, 8 de diciembre de 1557.
  4. OOMM. Registro de Santiago. Libro 50 C. Fol. 246 v.-247 v. Nombramiento de Comendador de Socuéllamos de D. Francisco de Mendoza. El Rey, San Quintín, 8 de septiembre de 1557.
  5. OOMM. Registro de Santiago. Libro 52 C. Fol. 113 v-114. Solicitud de autorización de don Antonio de Mendoza para arrendar la Encomienda de Socuéllamos por tres años. Toledo, 31 de septiembre de 1539.

OOMM. Carpetas. Antiguo Archivo de Uclés.

  1. A.H.N. OOMM. Carpeta nº 315. Encomienda de Vejezate-Socuéllamos.

OOMM. Expedientes de Caballeros. Orden de Santiago.

  • AHN. OOMM. Caballeros de Santiago. Expediente 2.107. D. Francisco Fernández de Córdoba y Velasco. Conde de Alcaudete. Año 1595.

Códices.

  • López de Agurleta. Opúscula varia de la Orden de Santiago. AHN. Secc. Códices. 236 B. Relación extractada de expedientes de caballeros, priores y encomiendas.

Diversos. Documentos de Indias. www.aer.es

  1. De los Religiosos de la Horden de Santo Domingo de la Nueva España a los muy altos y muy poderosos Señores los Príncipes de España, nuestros señores, recomendando a D. Francisco de Mendoza como sucesor de su padre el Virrey. Nueva España, 17 de junio de 1549. A.H.N. Diversos. Documentos de Indias. Nº 86.
  2. D. Bernardino de Mendoza. Ynconvinientes que paresçe que avría en la manera de guarda que Don Álvaro de Baçán propone assí en las galeaças que quiere armar como en el sueldo y en las otras cossas que pide. A.H.N. Diversos. Documentos de Indias. Nº 93.
  3. D. Fray Alonso de la Veracruz al Sr. Maximiliano sobre la conveniencia de proveer Virrey o Gobernador a D. Francisco de Mendoza, hijo de D. Antonio de Mendoza. Nueva España. 20 de Octubre de 1549. A.H.N. Diversos. Documentos de Indias. Nº 100.
  4. D. Fray Alonso de la Veracruz al Emperador sobre la conveniencia de proveer Virrey o Gobernador a D. Francisco de Mendoza, hijo de D. Antonio de Mendoza. Nueva España. 20 de Octubre de 1549. A.H.N. Diversos. Documentos de Indias. Nº 101.

REAL ACADEMIA  DE LA HISTORIA

Colección Salazar

  1. M-10. Fol. 79-80. 1543.12.21. Granada. Nº Reg. 47.802. Escritura de capitulaciones otorgada por Martín de Córdoba y Velasco, I Conde de Alcaudete, de una parte; y Bernardino de Mendoza, Capitán General de las Galeras de España, Comendador de la Orden de Santiago por otra; para el matrimonio de doña Francisca de Mendoza, hija mayor de éste con Alonso de Córdoba y Velasco.
  2. M-10, Fol. 80 v. 1546.10.08. México. Nº Reg. 47.804. Extracto de escritura otorgada por Antonio de Mendoza, virrey de Nueva España, por la que aprueba las capitulaciones matrimoniales hechas por la boda de su hija, doña Francisca de Mendoza.
  3. M-23, Fol. 126. 1531.02.14. Nº de Reg. 49.846. Alhambra de Granada. Escritura de concordia hecha por Luis López de Mendoza, II Marqués de Mondéjar, y sus hermanos, Antonio de Mendoza, virrey de México, Comendador de Socuéllamos, en la Orden de Santiago, y Diego Hurtado de Mendoza, después Embajador en Roma y Capitán General de la Toscana, para dividir la herencia de su padre, Íñigo López de Mendoza, I Marqués de Mondéjar, y nombran árbitro de sus diferencias a su hermano Francisco González de Mendoza, Obispo de Jaen.
  4. M-24, Fol. 160-162. 1535.03.02. Madrid. Nº de Registro. 57.629. Cédula del Emperador Carlos V, por la que se concede el oficio de alcaide de Bentomiz y de la Torre de Vélez Málaga a Francisco de Mendoza, por renuncia que dichos oficios ha hecho su padre, Antonio de Mendoza, Comendador de Socuéllamos en la Orden de Santiago.
  5. M-131, Fol. 206-207. 1525.08.18. Toledo. Nº Reg. 58.035. Cédula del Emperador Carlos V, por la que ordena al II Marqués de Mondéjar, que la Compañía de su hermano, Bernardino de Mendoza, después Capitán General de la Mar, tenga teniente.
  6. M-6, Fol. 186. 1523.10.07. Illora. Nº Reg. 46.616. Escritura otorgada por Bernardino de Mendoza, hijo de Íñigo López de Mendoza, I Marqués de Mondéjar y de doña Francisca Pacheco, su segunda mujer, por la que ofrece arras a su mujer doña Elvira Carrillo, hija de Pero Carrillo y doña Luisa Manrique. Procedente del Archivo de los Duques de Baena.
  7. M-174, Fol. 145. 1573.08.26. Granada. Nº Registro 59.417. Claúsulas de la escritura de capitulaciones otorgada por doña Elvira Carrillo, viuda de Bernardino de Mendoza, Capitán General de las Galeras de España, como abuela y tutora de doña Elvira Mendoza, de una parte; y de la otra el alférez Juan de Montaos, vecino de Bedmar, con poder de Luis de la Cueva Benavides, II Señor de Bedmar, para el matrimonio de éste con dicha doña Elvira de Mendoza. Copia de 1693.

Colección Muñoz.

  1. 9/4848. Razón de los manuscritos de la Biblioteca del Colegio del Ángel, Carmelitas Descalzos de Sevilla. Por el Padre Fr. Manuel de Santa María, Lector de Teología en el mismo. Gran parte de estos manuscritos compró el Colegio de un resto de la Biblioteca del Conde Duque de Olivares, que estaba en Baena en 1648. Apuntes y Observaciones políticas del Gobierno del Perú y la Nueva España. Resumen del testamento de don Antonio de Mendoza, Virrey del Perú. Fol. 56 a 58 v.
  2. 9/4848. Perú. Memoria de cosas que an susedido en el Perú después quel biso Rei Dn. Antonio de Mendoza murió asta 6 días del mes de Abril de 1553 años. Fol. 111 y ss. Año 1552.
  3. 9/4843. Fundación del Colegio de Tatelulco para los hijos de los naturales. Año 1537. Fol. 90 r.
  4. 9/4843. Mandamiento del virrey a don Vasco de Quiroga. Oidor. 1537. Fol. 91 r.
  5. 9/4847. Carta de Jerónimo López a S.M. México 20 de enero de 1548.  Fol. 47 r.
  6. 9/4847. Fran Juan de Zumárraga, Obispo de México, al Emperador. México, 18 de febrero de 1548. Fol. 51 v.
  7. 9/4847. Al Emperador. Oficiales Sosa, Cadena, Juan Velázquez. (Sobre el Colegio de Tlatelolco) México, 13 de julio de 1548. Fol. 52 r.
  8. 9/4847. Al Emperador. Oficial Fernando de Salazar. Antonio de la Cadena. Martín de Pisueta. México, 30 de diciembre de 1548. Fol. 54 v. Sobre el envío a Bernardino de Mendoza, Capitán General de Galeras, de 70.000 ducados.
  9. 9/4847. Al Emperador. Oficiales Juan Alonso de Sosa, Fernando de Salazar, Antonio de la Cadena. México, 20 de Febrero de 1550. Sobre envío a Bernardino de Mendoza de pago de galeras, sobre la marcha de D. Antonio de Mendoza al Perú. Fol. 327 r.
  10. 9/4847. Certificación firmada de D. Antonio de Mendoza en México a 11 de septiembre de 1550 como recibió los despachos de Virrey y Gobernador del Perú que le dio D. Luis de Velasco. 11 de Septiembre de 1550. Fol. 328 v.
  11. 9/4847. Fe de Antonio de Turcios, Escribano Mayor de la Governación de Nueva España como en el pueblo de Chilula a 23 de octubre de 1550 don Luis de Velasco Visorrei de Nueva España, entregó a D. Antonio de Mendoza nombrado del Perú, las provisiones i cartas siguientes. Fol. 329 r. 1. Provisión para que se se suspendan todas conquistas y descubrimientos en las provincias del Perú hasta nuevo mandato de S.M.
  12. 9/4847. Andrés de Tapia al Licenciado Chaves en la Corte. s. f. Cartas de Nueva España. 1550. Partida de don Antonio de Mendoza y su hijo don Francisco. Fol. 329 v.
  13. 9/4847. Cartas del Dr. Quesada, Oidor de México a S. M. fechas desde septiembre hasta 30 de octubre de 1550. 15 de Septiembre. Nombramiento como asistente en el gobierno de Francisco de Mendoza por la Audiencia. Fol. 330 r.
  14. 9/4847. D. Luis de Velasco al Obispo de Chiapa. Chilula, 24 de Agosto de 1550. Comunicación de que Antonio de Mendoza resuelve ir al Perú. Fol. 330 v.
  15. 9/4848. Arzobispo de Lima a S.A. Los Reyes, a 22 de marzo de 1552. Remisión a don Francisco de Mendoza a la Corte. Fol. 96 r.-96 v.
  16. 9/4848. Don Francisco de Mendoza al Consejo de Indias. Sevilla, 25 de octubre de 1552. Fol. 122 v.
  17. 9/4848. Memoriales y minutas acerca de la merced que se hizo este año 54 al Dn. Fco de Mendoza hijo del Virrei Dn. Antonio se le da el repartimiento que él escoja entre los vacos del Perú. 1554. Fol. 102 r.

ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS

Secretaría de Estado. (Cartas)

  1. Noticias de la familia real. Leg. 20, fols. 25 a 28.
  2. Agraviado por los del Consejo (hermano de D. Bernardino). Leg. 12, fol. 165. Años 1524 a 1551.
  3. Oficio de Justicia. Leg. 13, fol. 41 (hacia 1.525).
  4. Libranza a su favor. Leg. 14, fol. 141. Año 1.526.
  5. Creencias. Leg. 20, fol. 13. Año 1.530.
  6. Pensión sobre el Obispo de Plasencia. Leg. 22, fol. 12 y 204 (hacia 1.531).
  7. Antonio de Mendoza, Haberse embarcado. Leg. 30, fol. 255. Año 1.535.
  8. Oficio en la Casa del Príncipe. Leg. 46, fols. 504 y 505 (hacia 1.539).
  9. Estado de la Nueva España. Leg. 64, fol. 22 (año 1.544).
  10. Situación del Perú. Leg. 72. Fol. 328. Año 1545.
  11. Ida al Perú. Leg. 76, fol. 10. Año 1.548.
  12. Virreinato del Perú. Leg. 77, fol. 50. Año 1549.
  13. Gobierno de la Nueva España. Leg. 78, fols. 28 y 29. Año 1.549.
  14. Estado de su salud (Virrey de Nueva España). Leg. 78, fols. 42 y 43. Año 1.549.
  15. Para embarcarse. Leg. 81, fol. 39. Año 1.550.
  16. Partida al Perú. Leg. 81, fol. 336. Año. 1550.

Cámara de Castilla. Memoriales

  1. Comendador de Socuéllamos. Leg. 129, fol. 267. Año 1.518.

Cámara de Castilla. www.aer.es

  1. AGS. Cámara de Castilla. Diversos, Legajo 8, Documento nº 26. “Relación de las personas que por título de vuestra magestad y nombramiento de don Francisco de Mendoza…Minas Guadalcanal. [c] s.XVI.
  2. AGS. Cámara de Castilla, Diversos, Legajo 8, Documento nº 41. Relación que envió el Contador Zarate, administrador de las minas de Guadalcanal a S.M. sobre las dimensiones, calidad y demás cirsunstancias de los pozos. [c] 1551.
  3. AGS. Cámara de Castilla, Diversos, Legajo 8, Documento nº 69. “Memoria de los gastos que yo, Lope de Mendieta tengo hechos en el beneficio de las minas de Hornachos como factor dellas por comisión del señor Don Francisco de Mendoza en nombre de S.M. [c] 1571-06-01.
  4. AGS. Cámara de Castilla, Diversos, Legajo 46, Documento nº 23. “Propuestas y condiciones de Francisco de Mendoza para cultivar pimienta, clavo, canela, jenjibre y sándalo en España o Nueva España y lo que asienta el Rey”. [c] 1558.
Patronato Real. www.aer.es
  1. AGS. Patronato Real, Caja 26, Documento nº 158. Carta de D. Francisco de Mendoza a SM. sobre las minas de Guadalcanal. [c] 1556-05-25.
  2. AGS. Patronato Real, Caja 26, Documento nº 159. Relación de la descripción de pozos y minas de Guadalcanal y con sus títulos y pinturas, según se contienen en el paño, fecha por mí Alonso de Chaves, cosmógrapho de Su Magestad. [c] 1556-02-24.
  3. AGS. Patronato Real, Caja 26, Documento nº 160. Instrucción de Carlos V a Don Francisco de Mendoza sobre las minas del Reino. [c] 1556-04-24.
  4. AGS. Patronato Real, Caja 26, Documento nº 161. Cédula Real de la Princesa Dª. Juana a Francisco de Mendoza para visitar minas. [c] 1556-04-24.

Guerra y Marina.

  • Legajo 71. Documento nº 8. Francisco de Mendoza protesta ante el rey de la actuación del Marqués de los Vélez. Málaga, 15 de julio de 1563.

ARCHIVO GENERAL DE INDIAS.

México. www.aer.es

  1. AGI. México, 1089, L. 4 y L. 5. Registros de oficio y partes. Reales órdenes dirigidas a las autoridades y particulares de Nueva España. [f] 1548/1569.

Indiferente. www.aer.es

  1. AGI. Indiferente, 425, L.23, F. 417r.-418r. Real Cédula a D. Francisco de Mendoza, Comendador de Socuéllamos, para que se informe y envíe relación desarrollada sobre el invento para fundir en las minas de Guadalcanal llamado carbonilla.
  2. AGI. Indiferente, 426, L.28, F. 201-202. Registros Generalísimos. Real Provisión de emplazamiento a Don Diego de Córdoba, por otro nombre don Antonio de Mendoza, como heredero de Don Francisco de Mendoza primer marido de doña Catalina de Mendoza, marquesa de Mondejar. [c] 1595-02-08. Madrid.
  3. AGI. Indiferente, 738, N. 24. Carta de Francisco de Mendoza a su majestad (s. f. y sin firma) [1554].
  4. Lo que su Alteza mando responder a D. Francisco de Mendoza por el secretario Eraso.
  5. Relación de los puntos de que ha de constar la cédula para don Francisco de Mendoza.
  6. Minuta de real cédula al virrey del Perú, s. f.
  7. Petición de Francisco de Mendoza.
  8. AGI. Indiferente, 738, N. 47. 1559-03-21. Valladolid. Sobre los asientos tocantes a la especiería que don Francisco de Mendoza pretende plantar en Indias.
  9. Copia de real cédula, Valladolid, 20 diciembre 1558.
  10. Copia del asiento tomado con Francisco de Mendoza sobre la plantación de pimienta, clavo y canela en Nueva España.
  11. Traslado del asiento tomado con Francisco de Mendoza sobre el beneficio del gengibre.
  12. A.G.I. Indiferente, 739, N.78. Sobre el pleito seguido por Doña Catalina de Mendoza, Condesa de Tendilla, y el Fiscal sobre repartimiento de Pocona, Callapa y otras en Perú. Madrid, 26 de mayo de 1578.

Justicia. www.aer.es

  1. AGI. Justicia, 428, N. 2, R.2. 1558-12-14/1560-11-20. Francisco de Mendoza, Comendador de Socuéllamos, hijo de Antonio de Mendoza, presenta ante el Consejo una petición para el cumplimiento por parte del Virrey de Perú y de la Real Audiencia de Lima de una Real Cédula por la que se le concedían ciertas rentas situadas sobre unos repartimientos de indios, en sustitución de los tributos que disfrutaba del repartimiento de Pocona..
  2. Pieza 1. Proceso actuado ante el Consejo. Inserta un traslado incompleto de los autos hechos ante el Virrey y Audiencia de Lima.
  3. Pieza 2. Nueva presentación ante el Consejo, acerca de lo mismo.
  1. AGI. Justicia, 428, N. 2, R. 3. Francisco de Mendoza, Comendador de Socuéllamos e hijo de Antonio de Mendoza, presenta ante el Consejo una petición pensión sustitución Encomienda Pocona. 1 pieza. 1556-1560.
  2. AGI. Justicia, 1083. Ramo 4. Con doña Catalina de Mendoza, viuda, sobre derecho a un repartimiento de indios en el Perú. Una pieza. 1565-1567.

Escribanía. www.aer.es

  1. AGI. Escribanía, 497C. 1561. Francisco de Mendoza, vecino de Lima, sobre que se le amparase en la posesión de la encomienda de indios que se le hizo, y se cumpliese la merced que le estaba hecha de 20.000 pesos de indios vacos. Sin determinación en el Consejo. 1 pieza.
  2. AGI. Escribanía, 952. 1563. Sentencias y autos originales pronunciados en el Consejo en los pleitos seguidos entre partes y por el fiscal de S.M. – El fiscal con don Francisco de Mendoza sobre una escritura -.
  3. AGI. Escribanía, 953. 1581. Sentencias y autos originales pronunciados en el Consejo en los pleitos seguidos entre partes y por el fiscal de S.M. 1581 El fiscal con los testamentarios de Francisco de Mendoza sobre pesos. Dos sentencias.
  4. AGI. Escribanía,1009. 1585. Pedro Luis Torregrosa y Alonso Núñez de Badajoz, vecinos de Sevilla, como testamentarios de Francisco de Mendoza, general de las galeras de España, sobre 11.971 pesos que Francisco Mendoza cobró tributos de los indios que fueron de Hernán Mejía. Fenecido en 1585. 1 pieza.

Patronato. www.aer.es

  1. AGI. Patronato, 182. R. 21. Francisco de Mendoza. Aviso de la Chicha.
  2. AGI. Patronato,193. R. 20. Tres Reales Cédulas de Catalina de Mendoza
  3. Concediendo 600 ducados de oro (Barcelona 7 y 21 de abril de 1533) – No corresponde a la viuda de Fco Mendoza.
  4. Viuda de Francisco de Mendoza, capitán general de galeras de España Escritura de cesión que hizo dicha viuda, del derecho que tenía sobre los indios de su marido (Madrid, 19 de diciembre de 1565)
  5. Capitulación de la misma sobre los repartimientos de indios del mismo (Madrid, 19 de diciembre de 1565).

 

Lima. www.aer.es

  1. AGI. Lima, 199, N. 2. 1563. Expediente de Confirmación de Encomienda de Ayoayo y Callapa en Perú a Pedro Cabrera y Luisa de la Cerda. Resuelto.
  2. AGI. Lima,200, N.52. Expediente de Confirmación de Encomienda de Callapa en Arequipa, y Chaluanca a Juana Rodríguez de Villafuerte. 1628-02-14.

Charcas. www.aer.es

  1. AGI. Charcas, 101. N.4. 1584/10/08. Expediente de Confirmación de Encomienda de Callapa, Sullulloma y Acraguara a Juan de Alvarado y Velasco.

Contaduría. www.aer.es

  1. AGI. Contaduría, 801. Caja de México: Indiferente. Materias de Real Hacienda. 1547-1690.
  2. Ramo 1.- De las armas que el virrey de Nueva España tiene y da a la armada que va a la pacificación del Perú al mando del Capitán General Francisco de Mendoza. 1547.

Contratación. www.aer.es

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