Alonso Cárdenas, último Maestre de la Orden de Santiago

Cruz de la Orden de Santiago

Fuentes.- Catálogo razonado y crítico de los libros, memorias y papeles, impresos y manuscritos, que tratan de las provincias de Extremadura: así tocante á su historia, religión y geografía, como á sus antigüedades, nobleza y hombres célebres.

Información cedida por Rafael Espínola Rodríguez

Alonso de Cárdenas, prototipo del caballero de la nobleza media que asciende políticamente después de una dura vida de trabajos y combates, era hijo de Garci López de Cárdenas, Comendador Mayor de León de la Orden de Santiago. Fue padre de García López de Cárdenas, descubridor del Gran Cañón del Colorado.

El joven Alonso se educó en la corte de Juan II de Castilla como paje del príncipe don Enrique, el futuro Enrique IV. Su brillante carrera militar le llevará a ser designado Comendador Mayor de León y aspirará al maestrazgo de la Orden a la muerte de don Juan Pacheco, marqués de Villena, en los revueltos tiempos de la guerra civil entre los partidarios de Isabel y de Juana la Beltraneja, apoyada por Portugal.

El Maestre don Juan Pacheco, marqués de Villena y privado de Enrique IV, murió en 1474. A su muerte se produjo un gran cisma dentro de la Orden: el primero en tomar el título de maestre fue el hijo del difunto don Diego López de Pacheco, marqués de Villena, porque su padre había renunciado en él el maestrazgo con el consentimiento de la mayor parte de los Trece y de los comendadores; el rey Enrique IV, por su parte, le dio de hecho posesión del maestrazgo.

Pero antes de que llegase la confirmación del Sumo Pontífice murió el rey Enrique IV; ahora era Fernando e Isabel los que tenían la palabra. Los nuevos reyes que, siendo todavía príncipes, habían solicitado la administración del maestrazgo para cuando vacase, ahora al morir don Juan Pacheco volvieron a pedir esa administración, teniendo por nula la renuncia del difunto a favor de su hijo.

Otro maestre fue elegido en el Capítulo General de la Orden convocado por el prior de San Marcos de León, alegando que a él le correspondía el derecho de convocar a los electores por haber muerto el último maestre en su provincia de León; reunido este Capítulo, eligieron como Maestre al Comendador Mayor de León don Alonso de Cárdenas.

Un tercer maestre surgió del Capítulo General convocado por el prior de Uclés, alegando que a él correspondía la convocatoria del Capítulo, como prior de la casa mayor de la Orden, para elegir nuevo maestre; el Capítulo de Uclés eligió como Maestre al comendador de Segura de la Sierra y conde de Paredes, don Rodrigo de Manrique, el padre del poeta Jorge Manrique.

Ante esta compleja situación Fernando e Isabel, comprometidos con la guerra contra doña Juana, no quisieron desagradar a ninguno de los dos maestres, Don Alonso de Cárdenas y don Rodrigo Manrique, cuya ayuda en la guerra les era de gran valor. Por lo que se refiere al marqués de Villena, que había tomado partido por doña Juana, los reyes podían ignorar su maestrazgo por el momento.

Otros pretendientes se postularon también al maestrazgo, no reconocieron el autonombramiento de Cárdenas e invadieron los dominios santiaguistas. Alonso de Cárdenas firma entonces un pacto de no agresión con Rodrigo Manrique (negociado por Jorge Manrique, el poeta, que era hijo de Rodrigo), para poder defenderse primero de los pretendientes y luego discutir más adelante quién debería ser el único Maestre.

Comienza entonces una guerra en tierras de Badajoz por las posesiones de la Orden. El primer pretendiente es el Conde de Feria, que tiene su base en Zafra. Su acción más importante es el asalto al castillo de Jerez de los Caballeros, pero fracasa y es rechazado con firmeza por Cárdenas.

Sucede entonces la invasión del Duque de Medina Sidonia, Enrique de Guzmán, pretendiente también al Maestrazgo, Se dirigió a Jerez de los Caballeros, recién ganada por el Maestre Cárdenas, pero viendo que la fortaleza se defendía con firmeza, se volvió con su gente hacia el centro de los dominios santiaguistas que recorrió exigiendo rentas y tributos. Se estableció en Fuente de Cantos, después las tropas del Duque pasaron de largo junto a las murallas de Llerena, defendida por el Maestre en persona, y se fueron a pernoctar a Guadalcanal. Cárdenas salió en su persecución aquella misma noche con sólo 350 jinetes y otros tantos peones. Entró de madrugada en Guadalcanal, huyendo el Duque y sus tropas en todas direcciones, llegando unos a Alanís, otros a Cazalla, y los que intentaron defenderse fueron arrollados sin contemplaciones.

Estas luchas se confunden con los coetáneos episodios de la guerra con Portugal y los partidarios de la Beltraneja. El Maestre don Alonso se distingue respondiendo a la invasión portuguesa con una victoriosa incursión en tierras de Portugal y las conquista de algunos castillos fronteros.

En 1476 muere don Rodrigo Manrique, el maestre rival. Los Reyes Católicos quieren asumir la administración del Maestrazgo para evitar pueda servir a nuevas complicaciones nobiliarias. No obstante, reconocen las brillantes cualidades demostradas por Alonso de Cárdenas frente a pretendientes y portugueses, y empiezan a pensar en él como un magnifico jefe militar, y después de importantes negociaciones, reconocerán a Cárdenas como Maestre. Y este hecho es el que se formaliza escenificándolo en la reunión del Capítulo General de la Orden que tiene lugar en Azuaga en 1477 , que proclama unánimemente a Alonso de Cárdenas como último Maestre de la Orden de Santiago.

Martes de Carnestolendas 

Capitulo del conflicto que tuvo lugar en el martes de Cuaresma en Guadalcanal, entre D. Alonso de Cárdenas y D. Enrique Pérez de Guzmán y Meneses (II Duque de Medina Sidonia).

El Duque amigo y adelantado para la conquista del Reino de Granada de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla deseaba el maestrazgo que poseía Cárdenas y comenzó una guerra que llevo a este a recluirse en el Castillo de Jerez de los Caballeros para defenderse del Duque en 1475.

Tres años después Alonso de Cárdenas sorprendió a Guzmán en Guadalcanal, según el relato que se redacta a continuación, tras el cual fue derrotado y tuvo que ceder y ser llamado por los Reyes Católicos.
Alonso de Cárdenas, ya siendo Maestro de la Orden acompañó y formó parte de la Conquista de Granada, falleciendo finalmente en el año 1493, sus resto se encuentran en el sepulcro de la iglesia de Santiago en Llerena. 

Relato.-

“Don Alonso de Cárdenas, que se llamava maestre de Santiago, asomóse entre las almenas á mírar las batallas del Duque como pasavan, e tuvo bien cerradas las puertas de la villa, e por todo aquel dia no dexó á ninguno salir ni entrar en la villa; este dia era martes de Carnestolendas del año de 1478. Y el Duque e su hueste se fueron aquella noche á aposentar áGuadalcanal con tanta siguridad como si estuvieran en sus casas, siendo por el contrario que los de Guadalcanal eran amigos del maestre Don Alonso de Cárdenas, el qual salió aquella noche de Llerena con hasta trescientos e cinquenta de cavallo e quinientos peones e al quarto del alba, miércoles de la Ceniza, vinieron á Guadalcanal y enbiaron delante diez onbres, que entrando uno á uno cada uno por su calle, fuesen «echando los cerrojos á las puertas; e estavan avisados los deGuadalcanal de tomar las armase los frenos de los cavallos cada uno al huesped que tuviese en su casa, e con estos ardides de guerra dieron de súpito sobre Guadalcanal, tocando las tronpetas, e tañiendo atanbores, e diziendo Cárdenas! .¡Cárdenas! A cuyas vozes, alborotados, se levantaron todos, e los vezinos mata van ó prendian á la gente del Duque que tenian en sus casas  ó deteníanles que no saliesen. El Duque, como tenia guarda en su casa y le velaban, como oyó el ruido, se levantó armó e cavalgó á cavallo, e salió al canpo. Y van con él Martin Suarez e Don Martin de Cafra e Martin Alonso de Montemayor, e otros caballeros, donde recogieron la gente que salia del Duque; e desque fué de dia mandó el Duque á Don Martin de Cordoba e á Martin Alonso de Montemayor, que con dozieutas e cinquenta lancas que avian recogido, tornasen á pelear con el Maestre, con su gente se entró pueblo, e se hizo fuerte en él, donde uvo al y unas cosas de despojo, que no se pudieron sacar. E no quiso salir del pueblo á pelear con la gente del Duque; unos dizen que porque tuvo temor que la gente del Duque, que se avia recogido, no le quitasen la buena suerte que avia ganado; e otros que por contenplacion del Duque, que avia sido su seiior, que estava en el canpo, no solamente no quiso salir á él, mas aun todas las cosas que halló en el pueblo que eran del Duque , las guardó e se las envió. El Duque se vino á Alanis, e de allí prosiguió el camino que traia para Sevilla, e no tornó á dar sobre el Maestre, porque aquella mañana con la turbacion se le huyó mucha gente á diversas partes, e quedava con poca gente. E porque dende á poco tienpo fallegió Don Rodrigo Manrrique, conde de Paredes, en la villa de Ocaña, que se llamava maestre de Santiago, no tuvo Don Alonso de Cárdenas contraditor al maestrazgo, antes lo uvo pacíflcamente, con consentimiento del Rey e la Reina, con que fuese obligado á pagar en cada un año tres quentos de maravedís de las rentas del maestrazgo, para ayuda á los gastos de los castillos, fronteros de moros, como adelante se dirá en su lugar”.

Martes de Carnestolendas 

Capitulo del conflicto que tuvo lugar en el martes de Cuaresma en Guadalcanal, entre D. Alonso de Cárdenas y D. Enrique Pérez de Guzmán y Meneses (II Duque de Medina Sidonia).

El Duque amigo y adelantado para la conquista del Reino de Granada de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla deseaba el maestrazgo que poseía Cárdenas y comenzó una guerra que llevo a este a recluirse en el Castillo de Jerez de los Caballeros para defenderse del Duque en 1475.

Tres años después Alonso de Cárdenas sorprendió a Guzmán en Guadalcanal, según el relato que se redacta a continuación, tras el cual fue derrotado y tuvo que ceder y ser llamado por los Reyes Católicos.


Alonso de Cárdenas, ya siendo Maestro de la Orden acompañó y formó parte de la Conquista de Granada, falleciendo finalmente en el año 1493, sus restos se encuentran en el sepulcro de la iglesia de Santiago en Llerena. 

Relato.-

“Don Alonso de Cárdenas, que se llamava maestre de Santiago, asomóse entre las almenas á mírar las batallas del Duque como pasavan, e tuvo bien cerradas las puertas de la villa, e por todo aquel dia no dexó á ninguno salir ni entrar en la villa; este dia era martes de Carnestolendas del año de 1478. Y el Duque e su hueste se fueron aquella noche á aposentar áGuadalcanal con tanta siguridad como si estuvieran en sus casas, siendo por el contrario que los de Guadalcanal eran amigos del maestre Don Alonso de Cárdenas, el qual salió aquella noche de Llerena con hasta trescientos e cinquenta de cavallo e quinientos peones e al quarto del alba, miércoles de la Ceniza, vinieron á Guadalcanal y enbiaron delante diez onbres, que entrando uno á uno cada uno por su calle, fuesen «echando los cerrojos á las puertas; e estavan avisados los deGuadalcanal de tomar las armase los frenos de los cavallos cada uno al huesped que tuviese en su casa, e con estos ardides de guerra dieron de súpito sobre Guadalcanal, tocando las tronpetas, e tañiendo atanbores, e diziendo Cárdenas! .¡Cárdenas! A cuyas vozes, alborotados, se levantaron todos, e los vezinos mata van ó prendian á la gente del Duque que tenian en sus casas  ó deteníanles que no saliesen. El Duque, como tenia guarda en su casa y le velaban, como oyó el ruido, se levantó armó e cavalgó á cavallo, e salió al canpo. Y van con él Martin Suarez e Don Martin de Cafra e Martin Alonso de Montemayor, e otros caballeros, donde recogieron la gente que salia del Duque; e desque fué de dia mandó el Duque á Don Martin de Cordoba e á Martin Alonso de Montemayor, que con dozieutas e cinquenta lancas que avian recogido, tornasen á pelear con el Maestre, con su gente se entró pueblo, e se hizo fuerte en él, donde uvo al y unas cosas de despojo, que no se pudieron sacar. E no quiso salir del pueblo á pelear con la gente del Duque; unos dizen que porque tuvo temor que la gente del Duque, que se avia recogido, no le quitasen la buena suerte que avia ganado; e otros que por contenplacion del Duque, que avia sido su seiior, que estava en el canpo, no solamente no quiso salir á él, mas aun todas las cosas que halló en el pueblo que eran del Duque , las guardó e se las envió. El Duque se vino á Alanis, e de allí prosiguió el camino que traia para Sevilla, e no tornó á dar sobre el Maestre, porque aquella mañana con la turbacion se le huyó mucha gente á diversas partes, e quedava con poca gente. E porque dende á poco tienpo fallegió Don Rodrigo Manrrique, conde de Paredes, en la villa de Ocaña, que se llamava maestre de Santiago, no tuvo Don Alonso de Cárdenas contraditor al maestrazgo, antes lo uvo pacíflcamente, con consentimiento del Rey e la Reina, con que fuese obligado á pagar en cada un año tres quentos de maravedís de las rentas del maestrazgo, para ayuda á los gastos de los castillos, fronteros de moros, como adelante se dirá en su lugar”.

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