Iglesia de Santa Ana

Campanario de la iglesia de Santa Ana

Se edificó aprovechando gran parte de la mezquita que existía anterior a la conquista de Guadalcanal por la Orden de Santiago. Podemos considerarla la más antigua de Guadalcanal, ya que fue bendecida como iglesia cristiana por el obispo de Coria, Jaime Sanguineto, que venía acompañando al Maestre Don Rodrigo de Iñiguez, en abril de 1241. Así lo dice Fray Andrés de Guadalupe y lo confirman los libros existentes en la parroquia, ya que, según los mismos, a esta iglesia traían a bautizar a los niños de los pueblos cercanos. En la visita Canónica de 1494, tenía 320 parroquianos.

Iglesia mudejárica del tipo de organización de la Sierra. Posee por ello arcadas transversales apuntadas de gran luz, en su única nave. Las cubiertas son las siguientes: en los dos tramos de los pies obra moderna de madera, también de este material, pero de la época de la fábrica, es el inmediato abovedado en forma de cañón semicircular o ligeramente apuntado el siguiente, media naranja sobre arcos torales semicirculares, la capilla mayor, bóvedas en media naranja o baídas, en las capillas de los lados del Evangelio y la Epístola. Tanto los arcos como las molduras de sentido clásico que se reparten por el edificio revelan una gran tosquedad, acusando quizás la intervención de maestros locales.

En el costado de la epístola existe un pórtico mudéjar con tres arcos de medio punto o quizás alguno ligeramente apuntado, sobre pilares octogonales, e inscritos en sus correspondientes alfices.

Interesantísima la torre-fachada, típica también de la región. Como se ha señalado antes, parece de fecha tardía, conservando su composición originaria.

Sus portadas son de sentido clásico, y la tribuna de los pies del templo parece obra del siglo XVIII. En la lateral del Evangelio, una tejaroz posee azulejos de cuenca de dos por tabla del tipo de veneras, sevillanos de la primera mitad del siglo XVI.

OBRAS DE ARTE. En la capilla mayor, la figura en serie de Santa Ana. Al pie de las gradas, una lápida que dice: Esta sepultura es de Juan de Castilla y de sus herederos (¿del siglo XVII?). El frontal y banco se cubren con azulejos de cuenca sevillanos de la primera mitad del siglo XVI, con motivos diversos, como veneras, casetones y estrellas, sobre la mesa del altar y gradas de éste, se conservan otros de dos por tabla de la misma época.

En el lado del Evangelio hallamos un retablo compuesto con elementos de acarreo, donde se venera una figura en serie de San Ignacio de Loyola, luego el altar del Niño Jesús de Praga; otro con elementos procedentes de un retablo de principios del siglo XVII, con las pinturas de la Anunciación y del Padre Eterno, endebles de factura. Lápida sepulcral de don Cayetano de Tena e Hidalgo y de su esposa doña Josefa de Vargas y Fedriani (1863-1869) y la de don Ignacio Sánchez Martínez. En la portada, una interesantísima lápida gótica que dice: Esta sepol / tura es de / Antón Martín / de Palencia y de /  su mujer Fran / cisca Martín/.

En el lado de la Epístola, hallamos la capilla de la Virgen del  Carmen, en cuyo arco de ingreso se ven dos pinturas murales representando a San Pedro y San Pablo, de periodo barroco y mediano mérito. En el retablo compuesto de elementos de acarreo del siglo XVII, se hallan la titular y las pinturas de San Miguel, Huida a Egipto e Imposición de la Casulla a San Ildefonso, de la época del retablo y malas de calidad. La pila del agua bendita está decorada con gallones. La bautismal tiene elementos mudejárico.

Son también de esta época los retablos de la nave del evangelio, en que se hallan, respectivamente, San Ignacio de Loyola (sufragado por Francisco Maldonado sobre 1669), el Niño Jesús de Praga y el Padre Eterno. Aquí vemos las lápidas de don Cayetano de Tena e Hidalgo y de su esposa doña Josefa de Vargas Federigui, la de don Ignacio Sánchez Martínez y la de estilo gótico de Antón Martín. También se encuentra enterrado en esta iglesia don Juan Pérez, vicario que fue a finales del siglo XVI y principios del XVII; Cristóbal Gordón, caballero de la Orden de Santiago y juez eclesiástico de Guadalcanal, fallecido a mediados del XVIII, habiendo sido cura de esta iglesia durante 40 años.

Cristóbal Arcos Medina dejó una capellanía para esta iglesia.

En febrero de 1849 se saturó la iglesia y se enterraron en el Espíritu Santo hasta julio del mismo año. La última persona enterrada fue Luisa Trancoso Yáñez, de 66 años.

Cuando era parroquia dependían de ella las siguientes calles: Juan Pérez, Fox, Granillos, Santa Ana, Berrocal Grande, Berrocal Chico, Larga de San José (llamada antes calle del Arco), Dehesa, Miera, de la Jara, Cotorrillo, del Triángulo (hoy A. Bazán), San Bartolomé, Valencia, Carretas, Tres Cruces (antes Bodegas), Cuesta de Santa Ana y Plazuela de Santa Ana.

Llegó a tener un párroco y cinco sacerdotes.

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