Hdad. de Ntra. Sra. de Guaditoca

Virgen de Guaditoca. Fot. J.M. García

Quién mejor que Antonio Muñoz Torrado, para explicarnos el origen de la Virgen de Guaditoca. Así en su libro del Santuario de Ntra. Sra. de Guaditoca, dice:

A unos ocho kilómetros de Guadalcanal, en un hermoso valle que riega el Guaditoca, se alza el Santuario de la Virgen de Guaditoca, la Patrona de Guadalcanal y de los pueblos comarcanos.

Una tradición no interrumpida nos dice que en la peña que bañan las aguas del Guaditoca apareció la Santa Imagen a un humilde pastor. El autor de la Historia de la Casa de Herrasti, en la Casa VIII, en que trata del linaje de los Ortegas de Guadalcanal, con cuya familia estaba emparentado, dice lo siguiente: “Nuestra Señora de Guaditoca, milagrosísima Imagen, aparecida a las orillas de un pequeño arroyo, en cuyas márgenes la vio por primera vez un afortunado pastor, tocando con las extremidades de sus tocas, las dichosas cristalinas aguas: cuyo suceso dio la etimología a su advocación sagrada”. Disentimos de este autor en lo referente al nombre de la Santa Imagen, pues creemos que tomó el nombre del arroyo Guaditoca en cuya orilla se apareció. Señala con más precisión el lugar de la aparición el cura de Santa María de Guadalcanal D. Bartolomé Díaz, en un informe que dio,  a petición del Consejo de las Órdenes en 1722, y dice acerca de la tradición: “Que en los archivos eclesiásticos y seculares de esta Villa no hay papeles algunos por donde conste el origen de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Guaditoca; pero es tradición antiquísima, que ha venido de unos en otros, que esta milagrosa imagen fue aparecida al sitio de la Vega del Encinal, término de esta Villa (de Guadalcanal), en una peña, inmediata al arroyo de dicha Vega; y poco distante se le fabricó una ermita muy corta y sin la decencia correspondiente, en tierras en que sucedió D. Alonso Carranco de Ortega…

Aún se conserva la peña de la aparición y junto a ella hay un sencillo pilar que sirve de base a una Cruz, y que recuerda la singular merced de la Madre de Dios. Sobre la piedra es colocada la Santa Imagen al salir del templo en procesión y antes de su entrada mientras canta la Salve el pueblo. Nos es desconocido el nombre del pastor, a quien se apareció la Virgen bendita; pero su memoria vive en los devotos de tan excelsa Señora.

De aquí arranca la devoción a la Virgen bendita de Guaditoca, y el título de Patrona con que el pueblo de Guadalcanal la ha honrado y venerado; siendo desde aquel instante remedio eficaz en las necesidades, alivio seguro en sus aflicciones, consuelo y refugio de pecadores, abogada e intercesora fidelísima. Ante su altar se postran sus hijos en las horas difíciles; a ella acuden en sus necesidades.

¿Cuándo tuvo lugar la aparición de la Santa Imagen? Difícil es poderlo precisar con exactitud. Una tradición, que aún vive en el pueblo, puede ayudarnos a fijar un tiempo en el que ya existía el Santuario. Dice la voz del pueblo que el Santuario estaba en el límite del término de Guadalcanal con Azuaga, y que ambas villas se disputaban la pertenencia del Santuario, quedando en poder de los de Guadalcanal por favor especial de la Virgen bendita. Es cosa cierta que hubo un tiempo en que en el Santuario se partían los términos de ambas villas, hasta que D. Enrique, Infante de Aragón y Gran Maestre de la Orden de Santiago cedió a Guadalcanal en 10 de abril de 1428 por privilegio refrendado por Gonzalo Ruíz, una parte del término de Azuaga, en atención a la muy crecida población de Guadalcanal, siendo corto su término, y a la escasa de las villas de Reina y Azuaga, que tenían gran extensión de tierras. Por tanto, anterior a este privilegio es el antiguo Santuario, hoy desaparecido, y cuya fábrica, muy modesta, por cierto, revela que es obra del siglo XIV.

¿Estuvo en lo antiguo la Imagen de la Virgen sentada y con el Niño de pie sobre las rodillas y sostenido por las manos de la Señora?

La devoción a la Virgen de Guaditoca no solo se extendió al vecino pueblo de Malcocinado, que hasta hace poco estuvo unido a Guadalcanal en lo eclesiástico y en lo civil, y a los de Azuaga, Berlanga, Valverde de Llerena y Ahillones, en los cuales desde antiguo existieron Hermandades en honra de Nuestra Señora de Guaditoca. No podemos precisar el tiempo en que se introdujo la costumbre de separarlo de la Imagen de la Virgen: desde luego a mediados del siglo XVIII, encontramos en los inventarios de la Marquesa de San Antonio una indicación de que había otro, del cual no queda más que la memoria, que tenía la Virgen en los brazos.

El más antiguo documento referente al Santuario, que ha llegado a nuestras manos, es el auto de Visita de 1628, en cuyo año la hizo en Guadalcanal el Ldo. D. Andrés de Barra, caballero del hábito de Santiago, Consultor del santo oficio de la Inquisición, Vicario perpetuo del Convento y Vicaría de Santa María de Tentudía y Juez eclesiástico ordinario de ella por la Orden, y Vicario General de San Marcos de León, por ausencia de D. Francisco de Tena, Prior: por las muchas ocupaciones que le ocasionaba la santa visita de la villa, delegó en el Presbítero de Guadalcanal, Licenciado D. Diego García de la Rubia, para que acompañado de notario

Al año siguiente fue elegido Regidor de la Villa D. Alonso Carranco, cuyo nombre va unido a la edificación del nuevo Santuario.

La imagen actual de la Virgen de Guaditoca, es del imaginero Antonio Illanes del año 1937.