Muerte en Acoma

Jesús Rubio Villaverde
PARTE I: MUERTE
4 de diciembre de 1598, Acoma, Nuevo México.
El capitán Diego Núñez de Chaves miró a su alrededor. No se veía más que nieve. Aquello era desolador. El frío era insoportable. Habían llegado hasta aquella roca en como avanzadilla de la expedición del adelantado Juan de Oñate, gobernador del Nuevo México. Pero se habían quedado sin víveres unos días antes, al lado de la inmensa roca que los naturales llamaban Acoma[1]. Iban a las órdenes de Juan de Zaldívar.
Alzó la vista. Se mesó la barba color nuez. Al frente se alzaba la imponente silueta de la roca que ya impresionara cincuenta años antes a Vázquez de Coronado: una mesa de piedra y arena, ahora cubierta de nieve, que se elevaba sobre la llanura desértica del Nuevo México.
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