Situación geográfica de Guadalcanal

Fuentes. – Atlas Histórico-geográfico de España, volumen III (siglos XVIII y XIX) y CENTRO DE ESTUDIOS TUROLENSES (Sección Historia), Memorial Histórico Español volumen IV y autor.  Diccionario Geográfico y Estadístico de España y Portugal, Cuadernos de Historia Medieval y Archivos de Arte e Historia

Información facilitada por Rafael Espínola Rodríguez


SIGLOS DE CAMBIOS


Guadalcanal por su situación geoestratégica entre de la monarquía Castellano-Leonesa y Al Andalusí tuvo una excepcional trascendencia en el Medievo durante los siglos XI al XIII hasta su reconquista y su anexión al mundo cristiano por la Orden de Santiago y siendo incorporada a la provincia de León de la Baja Extremadura[1] , en lo que fue considerado como la gran reconquista.

Hubo muchos intentos de las tropas cristianas y los diferentes reyes durante los siglos XI, XII y XIII para conquistar la villa, debido, a la ya comentada situación estratégica, parece que uno de los primeros intentos fue protagonizado por Fernando I El Grande [2], hacia el año 1064, conquista Guadalcanal, cuando procedía de Extremadura a su paso para conquistar parte de Al Andalús y volver a tierras de Castilla.

Un año después, en la Navidad del 1065, murió el monarca en León, no sin antes distribuir su reino y conquistas entre sus hijos, García recibió el Reino de Galicia, creado a tal efecto, y los derechos sobre los reinos taifas de Sevilla y Badajoz, este perdió poco después gran parte de su reinado, pasando nuevamente nuestra villa a manos musulmanas.

Años después, hacia 1088, Alfonso VI[3], hace otra inclusión en tierras musulmanas pasando por las Sierras de Guadalcanal desde tierras extremeñas, de camino al reino de Sevilla y tomando la villa para la cauda cristiana, sin embargo, esta anexión duró apenas uno años, ya que el califa almohade Yosusf Abu-Yaqud[4] la volvió a integrarla a tierras musulmanas en el año 1170.

Ya por el año 1185, el Rey Alfonso VIII[5] desató una de las mayores escaramuzas sobre tierras de Al-Andalús y Extremadura, partiendo de tierras de Toledo con un gran ejercito hacia Sevilla, conquistando a su paso enclaves importantes como Trujillo, gran parte de la comarca de La Serena, Guadalcanal y villas limítrofes, atravesando Sierra Morena y dirigiéndose a Sevilla.

Una vez reorganizado su reino y tierras conquistadas, Alfonso VIII, regresó para conquistar el importante castillo estratégico de Reina, descansando en Guadalcanal para acometer esta difícil batalla, dicen las crónicas que fue una difícil batalla, con gran resistencia musulmana, pero finalmente, tras cruentos combates y un largo cerco, sus tropas tomaron la plaza.

Después de casi un lustro, el califa Abu Mohammed Abdallah al-Adil[6] en el año 1231, lanzo una nueva ofensiva sobre tierras cristianas y estos volvieron a perder las plazas de Reina y Guadalcanal, este importante enclave que abría la puerta del imperio almohade de Al-Ándalus y cerraba las puertas de Castilla por el franco de Extremadura.

ÉPOCA SANTIAGUISTA

En 1239, siendo el XV Gran Maestre de la Orden Rodrigo Íñiguez[7], presidió el capítulo general de la Orden de Santiago en la ciudad de Mérida, en el que se acordó conquistar algunas plazas fuertes que aún quedaban en Extremadura bajo dominio musulmán, en este capítulo el Gran Maestre pronunció una arenga en la que infundió un santo celo por la cruzada de recuperación de nuevas villas para tierras cristianas.

La campaña duro dos años, el maestre contaba para tal gesta con un ejército compuesto por los Caballeros de la Orden de Santiago y un número cada vez más nutrido de gente a sueldo que se iban uniendo desde las villas conquistadas. Partió a principios del citado año de 1239 de la ciudad Mérida y fue reconquistando los pueblos de Almendralejo, Usagre, Bienvenida, Fuente del Maestre, Villagarcía de las Torres, Llerena entre otros y, la resistencia fue muy fuerte en el Castillo de Reina por su gran fortaleza y el gran número de almohades concentrados en la partida, en 1241 pasaron a tierras de Guadalcanal, donde pusieron un sitio que acabó con la rendición y entrega de la villa por el gobernador de Axataf, caudillo de la ciudad de Sevilla y que era el que más nombre y poder tenía en la frontera con tierras cristianas.

Entre tanto el siguiente tercio del siglo XII después del abandono definitivo de la zona por parte de los musulmanes, no estuvo muy definido el poder civil y eclesiástico de Guadalcanal, finalmente, en abril del año 1274 el Concejo de Sevilla, renunciaba al derecho a los territorios de Reina, Usagre, Azuaga y Guadalcanal, pasando la administración a los freires santiaguistas, siendo maestre de la orden Pelayo Pérez Correa.

Durante el último tercio del siglo XIII, una vez que se produjo el tránsito de la ocupación musulmana al dominio cristiano y la administración santiaguista, Guadalcanal desempeño un papel muy importante en la encrucijada de las vías de comunicación por su estrategia y el paso de ganado entre Andalucía y los reinos de Castilla y León, siendo paso de ganado, explotación de sus tierras llanas para cereal, tierras de labor rica en viñedos y olivos, junto con la gran reserva de caza de sus sierras, especialmente de jabalí y caza menor, siendo esto citado en el Libro de la Montería de Alfonso XI.

PROCESO DE CAMBIO DE PROVINCIA

Guadalcanal desde la conquista Santiaguista y posterior organización del territorio de la orden en 1426 perteneció a la Provincia de León de Extremadura, partido judicial de Llerena y al Priorato de San Marcos de León, contando con regidor propio, hasta el año 1822 en la que la penúltima organización territorial de España, organizada por el Conde de Floridablanca, ministro de Estado de Carlos III el 27 de enero, publica en la Gaceta de Madrid tras su aprobación por las Cortes Españolas de la nueva división territorial de España.

Fecha en la que Guadalcanal pasó provisionalmente a la provincia de Sevilla, junto con las localidades de Azuaga[8] ,Fuente del Arco, Fregenal de la Sierra, Higuera la Real y las pedanías de El Bodonal, Pallarés y Malcocinado y segregándose de esta división Ahillones, que siguió perteneciendo a Extremadura.

Así continuó durante once años, hasta que Francisco Javier de Burgos y de Olmos en 1833 organizó la actual organización provincial de España, fue al comienzo del reinado de Isabel II, bajo la regencia de María Cristina de Borbón, nombrado Secretario de Estado de Fomento bajo el ministerio de Cea Bermúdez y fue en ese cargo en el que estableció la división territorial por provincias, basándose en los planteamientos del Nuevo Régimen, tomando como base la antigua división de los antiguos reinos de España. Esto se plasmó en el Real Decreto de 30 de noviembre de 1833 sobre la división civil de territorio español en la península e islas adyacentes en 49 provincias, Guadalcanal perteneció a Extremadura en lo civil y en lo eclesiástico.

En 1833, tras 585 años de existencia, el Real Decreto de 30 de noviembre suprimió el reino de Sevilla, creándose la actual Provincia de Sevilla, que se formó uniendo localidades del reino homónimo, excepto las que pasaron a formar parte de la Provincia de Cádiz y de la Provincia de Huelva. Asimismo, la nueva provincia de Sevilla incorporó definitivamente la villa de Guadalcanal y su alfoz[9] de Malcocinado, y perdió las poblaciones de Fuente de Arco, Pallarés, El Bodonal, Fregenal de la Sierra e Higuera la Real, que pasaron a formar parte de la provincia de Badajoz, en Extremadura.

Nos situamos en 1833 cuando pasa a pertenecer nuestro pueblo a la provincia de Sevilla y al partido judicial de Cazalla de la Sierra, como filiación civil y al Priorato de San Marcos de León como entidad eclesiástica, dependiendo del obispado de Llerena y constituida como un arciprestazgo formado por tres parroquias: Santa María de la Asunción, Santa Ana y San Sebastián, junto a varías capillas y ermitas y dependiendo de este obispado.

Finalmente quedó desvinculada definitivamente de Extremadura en 1851, cuando se le atribuye al Arzobispado de Sevilla la jurisdicción eclesiástica de Guadalcanal.

En esa fecha se produce otro hecho, la antigua aldea de Malcocinado, se erigió como municipio independiente y pasó a formar parte de la provincia de Badajoz, según posterior Real Decreto de 12 de abril de 1842, se propuso implícitamente una nueva denominación con el nombre de Villanueva de la Victoria, pero esta nomenclatura no prosperó.

En lo eclesiástico, Malcocinado seguía dependiendo del obispado y priorato de San Marco de León, y en un boletín de este de fecha 1858, se cita que se crea la Parroquia de San Antonio de Padua en esta aldea y pasa a depender como filial a la de Santa María la Mayor de Guadalcanal, hasta que aproximadamente dos años después, abolidas las jurisdicciones anteriores, Guadalcanal pasó a la diócesis ordinaria de Sevilla y Malcocinado, a la de Badajoz.

Esta segregación supuso disminuir el término municipal de Guadalcanal, ya que, según el decreto citado, hubo de ceder al nuevo municipio la franja de tierra comprendida entre los ríos Guaditoca y Sotillo hasta la zona conocida como el castillo de Valjondo.


[1] La provincia de León de Extremadura de la Orden de Santiago se extendía desde el S.E. de la ciudad de Cáceres, a partir de la Sierra de Montánchez, cruzando en una línea longitudinal por el centro-oeste de la provincia de Badajoz, partiendo de las tierras de Mérida y Hornachos, creciendo por el oeste hacia la cercana frontera de Portugal, por Jerez de los Caballeros y Oliva de la Frontera, por el este hacia los confines de la provincia de Córdoba por Berlanga y Azuaga y al sur por la sierra de Tudía, Monasterio y sierras de Guadalcanal.

[2] Fernando I de León, llamado el Magno o el Grande, (* c. 1016 – + León, 27 de diciembre de 1065), fue conde de Castilla desde 1028 y rey de León desde el año 1037 hasta su muerte, siendo ungido como tal el 22 de junio de 1038. Llevó a cabo una enérgica actividad de Reconquista, sometiendo entre otros a los reinos de taifas de Badajoz y Sevilla.

[3] Alfonso VI de León (*1047 – Toledo, + 1 de julio de 1109), llamado el Bravo, fue rey de León (1065–1109), de Galicia (1071–1072; 1072–1109) y de Castilla (1072–1109).

[4] Yosusf Abu-Yaqud también conocido como Yususf I, fue un califa almohade nacido en Marrakech en 1135 y fue derrotado y muerto en la batalla de Santarém, por Fernando II de León el 29 de julio de 1184.

[5] Alfonso VIII de Castilla (*Soria, 11 de noviembre de 1155 + Gutierre-Muñoz, Ávila, 6 de octubre de 1214), conocido también como «el de las Navas» o «el Noble» fue Rey de Castilla1 entre 1158 y 1214.

[6] Abu Mohammed Abdallah al-Adil fue elegido califa de los Almohades en 1223, tras la estrangulación de su predecesor, su hermano Abu Muhammad al-Majlu.

[7] Rodrigo Íñiguez fue el decimoquinto Gran Maestre de la Orden de Santiago de 1237 a 1242, Sucedió en el Maestrazgo a Pedro González. Anteriormente había sido comendador de Montánchez y Comendador Mayor de León, se retiró en 1242 al castillo de Segura de la Sierra, que le fue donado por Fernando III el Santo.

[8] Hay historiadores como Sebastián Miñano o nuestro ilustre Marqués de Guadalcanal D. Antonio Fontán Pérez, en un artículo de la revista de feria de 1990, titulado Guadalcanal, un pueblo entre Andalucía y Extremadura que sitúan la localidad de Azuaga en la provincia de Sevilla durante un corto periodo de tiempo, pero no consta ninguna cita de este dato en las diferentes historias de Azuaga o en algunos Atlas de Historia del siglo XIX.

[9] Alfoz: Pequeñas aldeas y zonas rurales que dependían de las autoridades municipales de la villa. Este es un término de origen árabe que hacía referencia a un conjunto de pueblos que formaban una sola jurisdicción.

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