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Guadalcanal en un célebre tratado de caza medieval: el Libro de la Montería de Alfonso XI

Mª Dolores Gordón Peral – Profesora Universidad de Sevilla – RG año 2006

Dedico este trabajo a la memoria de mi padre, Antonio Gordón Bernabé, de Guadalcanal, que supo transmitirme su profundo amor por la tierra que le vio nacer.

            El Libro de la Montería es un tratado de caza elaborado a mediados del siglo XIV que sirvió al rey Alfonso XI de guía cinegética. El libro ofrece todo tipo de consejos para una óptima organización de las cacerías según la época del año, las condiciones climáticas concretas y el tipo de presa, reuniendo valiosas instrucciones (en gran medid, de tradición arábica) para el tratamiento médico y quirúrgico de los perros de caza, y narrando diversas anécdotas sobre la materia. De especial interés resulta la descripción, sorprendentemente precisa, de

Guadalcanal en los textos impresos de los siglos XVII Y XVIII

Estación de ferrocarril en Guadalcanal

Salvador Hernández González

RG año 2007

El protagonismo histórico de Guadalcanal a lo largo de la Edad Moderna tiene fiel reflejo no sólo en su destacado patrimonio monumental sino también en una densa historia que llena muchas páginas de los más dispares archivos y bibliotecas. En esta ocasión queremos traer a colación una bibliografía un tanto olvidada y poco conocida, consistente en aquellos impresos de los siglos XVII y XVIII que hoy integran las secciones de “raros“ o “fondos antiguos“ en bibliotecas especializadas, obras de difícil localización y de no fácil consulta para el público ajeno a los afanes y dinámica de la investigación histórica. En estos interesantes fondos Guadalcanal se halla presente en una serie de títulos muy variopintos, conformados

Guadalcanal en los libros y guías de viajes (siglos XVI – XIX)

Por Salvador Hernández González RG año 2014  

            La situación geográfica de Guadalcanal en el extremo norte de la provincia de Sevilla y lindante con la vecina Extremadura, a la que perteneció como se sabe hasta su incorporación a Andalucía con los cambios administrativos del siglo XIX, la ha convertido en uno de los puntos de tránsito de los antiguos caminos que, como variantes o ramales secundarios de la Vía de la Plata, comunicaban Andalucía con las tierras extremeñas. Si bien, a diferencia de las poblaciones situadas justo al pie de la Vía de la Plata, no ha gozado del tránsito de viajeros con la misma intensidad que aquellas, cabe no olvidar que Guadalcanal, junto con Cazalla, Constantina y El Pedroso marcaban los hitos de ese otro camino, menos

Caminos antiguos

Uno de los caminos cuya memoria nos ha conservado el Itinerario de Antonino, es el de Híspalis a Emérita, que ésta importantísima fuente describe con el número X. El primer tramo de dicha calzada coincide con la Vía Augusta desde Híspalis a Astigi (Écija), separándose de ella a partir de esta ciudad para internarse, después de cruzar el Guadalquivir por Celti (Peñaflor), en la región accidentada por Sierra Morena, atravesándola diagonalmente de sureste a noroeste, para salir a la llanura extremeña por Regiana (Casas de Reina), uniéndose en Perceiana (Villafranca de los Barros) a la otra calzada, que desde la desembocadura del río Anas (Guadiana) iba a Emérita, descrita en el mismo itinerario con el número XXII, continuando por ella hasta llegar a la capital de la Lusitania. Los evidentes

Carta de Pascuas que desde Guadalcanal escribe un barbero a don Pedro del Parral, vecino de Madrid, diciéndole lo mal que le ha parecido los papelotes del Rdmo. Padre Feijoo, deTorres, de Aquenza, de Martínez, de Rivera, y del Músico

 Por Rafael Raya Rasero. Revista 1990

Hace algún tiempo me encontraba, investigando en la Biblioteca Nacional de Madrid, y casualmente descubrí unos documentos que, en forma de cartas escritas a distintos destinatarios, hablaban de asuntos relacionados con Sevilla y su provincia. Entre esas cartas había una muy interesante -e incluso graciosa por su contenido- escrita en Guadalcanal en diciembre de 1726, en la cual un barbero de esta localidad cuyo nombre desconozco por el momento, aunque me propongo investigarlo- escribe a un amigo suyo de Madrid para manifestarle sus opiniones sobre ciertos  “papelotes” y referirse de paso a sus relaciones con su difunta esposa, teñidas con una especie de amor/odio. Sorprende de este documento la frescura de sus expresiones y la filosofía crítica y moralizante que de él se desprende; para configurar a su autor como un erudito que en el siglo XVIII ejerce la crítica literaria

Archivos de protocolos de Guadalcanal

 Fuentes.- Documentos inéditos para la historia del arte de la provincia de Sevilla de los siglos XVI al XVIII

Datos cedidos por Rafael Espínola Rodríguez

Varios autores han confeccionado estudios sobre el arte de Andalucía y mas concretamente de nuestra provincia de Sevilla, entre ellos Fernando de la Villa y Esteban Mira Ceballos, en su obra “Documentos inéditos para la historia del arte en la provincia de Sevilla en los siglos XVI al XVIII, del año 1993, hay otros autores que han indagado en el tema como el historiador Celestino López Martínez, existe igualmente un tratado publicado por el Laboratorio del Arte, titulado “Documentos para la historia del arte de Andalucía, en el que colaboran entre otros autores Hernández Díaz, Sánchez Corbacho o el insigne Collantes

La antroponimia en Guadalcanal según documentos inéditos de los siglos XVI, XVII y XVIII

Plaza de España

Mª Dolores Gordón Peral – Universidad de Sevilla

INTRODUCCIÓN

            Como recuerda J. Martínez Ruiz[1], ya en 1948 señalaba Piel que para or­ganizar un Thesaurus nominum de Hispania era indispensable la publicación de los más importantes cartularios y de todas las fuentes históricas necesa­rias. Porque, en efecto, son los testimonios escritos no literarios, los que se guardan en los archivos locales, los que más preciosos datos pueden sumi­nistrar para la catalogación y la posterior investigación de la onomástica. El progreso en el estudio histórico de esta vertiente del léxico de la lengua de­pende en gran medida de la utilización de este tipo de fuentes, que, además de revelar con rigor de autenticidad el estado de las formas en su época, permiten

Topónimos de Guadalcanal

María Dolores Gordón Peral.  RG año 1997

El término de Guadalcanal es rico en topónimos. Están recogidos en mi libro Toponimia de la Sierra Norte de Sevilla en un estudio lexicológico que sobre ellos hice en 1988, editado por el servicio de publicaciones de la Universidad de Sevilla. Hoy me referiré a algunos de ellos.

MALGRADO (Suerte del Magrao, Sitio del Magrao). De no haber sido por los testimonios documentales, en los que se cita siempre la forma onomástica Mal grado, hubiera sido casi imposible adjudicar un étimo acertado a la forma actual del nombre del lugar, citada tal cual -Suerte del Magrao- en el Catálogo Arqueológico (s. v. Guadalcanal, p.208) Mal grado es un compuesto de mal (lat. MALUS) y grado (del lat. tardío GRATUM; agradecimiento, y este del clás.

Interpretación Histórico-Lingüística del Topónimo Guadalcanal

Piedra Corcovada

Por M.ª Dolores Gordón Peral. RG AÑO 1991

 No se conocen referencias a este topónimo mayor anteriores al siglo XIII. Desde los primeros textos castellanos hasta los actuales, dejando al margen variantes esporádicas debidas a cacografías (que de otro lado no dejan de ser elocuentes respecto de la pronunciación de estas tierras desde muy pronto), la forma que se ha mantenido es Guadalcanal. Hemos, pues, de partir de la misma para su correcto análisis.

Presenta Guadalcanal una estructura característica de los hidrónimos arábicos hispánicos, a base de un primer elemento wád, atestiguado en los vocabularios hispanoárabes, seguido del artículo árabe al, que no suele estar presente sino en nombres puramente arábicos, y solo en determinados y muy contados casos de hibridismo; y finalmente,

Apuntes para la guía sentimental del pueblo

JUAN COLLANTES DE TERAN

RG AÑO 1970

SAN BENITO.-

Y después de tantas vueltas, el pueblo ¡al fin! ¿Pero dónde?

Apenas un esbozo de torre, la difusa silueta del pueblo y un pino, ¿es un pino el que emerge en la coronación de la sierra que enfila poro Llerena? De San Benito queda sólo un recuerdo de muros casi derruidos. Me contaron historias de romerías por estos parajes, de paseos y de giras. Por San Benito empezamos a adivinar el pueblo en la tristeza de lo que tuvo esplendor. Aquí el silencio y la serenidad del paisaje convidan al recuerdo. Lentamente se acercan unos trabajadores en bestias que vuelven al pueblo al acabar el trajín de la faena diaria. La tarde se vuelve dura de piedra que se