Mujeres de Guadalcanal, buenas mozas

   Por José María Álvarez Blanco – RG año 2003

Hace unos meses, concretamente en octubre del año pasado, estaba curioseando novedades en una librería madrileña cuando me llamó la atención el título de un grueso libro que acababa de salir. Uno más de los varios millares (50.000 más o menos, si no recuerdo mal) que se editan cada año en este curioso país nuestro donde, como diría un castizo, no se lee casi na. El título es el siguiente “Diccionario de topónimos españoles y sus gentilicios“, de Pancracio Celdrán. Espasa Calpe. Madrid 2002. Tras echarle un vistazo por lo alto, me fui al índice para ver que decía del pueblo donde nací. Me encontré, en la página 377, con los típicos datos geográficos, de población etc., y como es lógico dado su título, con el gentilicio oficial Guadalcanalense, que como es sabido tiene su correspondiente variante alternativa chusca que tanto irrita o divierte al personal, y que el Sr. Celdrán no recogía, ya que se trataba de una obra culta, que parece regirse por criterios estrictamente filológicos sin derivaciones erótico-machistas. No obstante, el autor insertaba la siguiente copla que ofrezco en desagravio a las guadalcanalensas, que quedan, pero que muy bien, frente al carácter rijoso del apelativo chusco reservado a los guadalcanalensos. Dice así:  

CAZALLA, TIERRA DE DIOS

CONSTANTINA DE GALANES,

GUADALCANAL, BUENAS MOZAS

Y EN EL PEDROSO OLIVARES

            La copla en cuestión se presta a algunas reflexiones de sociología parda sobre los piques vecinales. La proverbial soberbia de los cazalleros y cazalleras, ahora tan pujantes en el sector hotelero; la galanura de los constantinos de la que no tenía noticias, aunque tengo allí conocidos; el sobrio requiebro castellano “buenas mozas” para las mujeres de nuestro pueblo, indudablemente elogioso frente al epíteto aplicado a los guadalcanalensos. Lo de olivares en El Pedroso me parece que obedece a necesidades de la rima asonante, pues como todos sabemos de nuestro árbol totémico andamos todos bien surtidos. Enlazando con lo dicho antes El Pedroso puede presumir de ser la cuna del editor que quizás más libros hayan editado en España, José Manuel Lara recientemente fallecido.

            Sí echo de menos, teniendo en cuenta el arraigado cainismo vecinal, que lamentablemente a veces degenera en lo cafre, el ninguneo de los ciudadanos de la ilustre villa de Alanís, curioso pueblo que, junto con la ciudad de León, ostenta el toque de distinción de denominar a su equipo de fútbol con un nombre de acrisolado significado cultural. Si la memoria no me falla, o salvo cambio que ignoro, los nombres respectivos son Liceo (de Alanís) C.F. y Cultural y Deportiva Leonesa.   

PS. – Aunque deliberadamente he empleado absurdas variantes masculinas y femeninas de los gentilicios estoy totalmente en desacuerdo con el uso de trabajadores y trabajadoras, diputados y diputadas, corruptos y corruptas y un largo etc. que a diario recogen y vomitan los medios de (des)información, ya que llevando lo políticamente correcto al límite habría que decir personos y personas, votantes y votantas, peluqueríos y peluquerías y así ad nau-seam.

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