Mis apuntes de 1994 sobre Luis Chamizo. Transcripción de Antonio Viudas Camarasa

Correo extremeño, Badajoz, 7 de noviembre de 1930

Llamada de la Comisión Organizadora

* Palabras de la Comisión organizadora:

Crónica periodística de la llegada:

«En el tren expreso, como teníamos anunciado, llegó a ésta el ilustre vate extremeño don Luis Chamizo Trigueros, acompañado de alguno de sus familiares.

En la estación es esperado por sus numerosas amistades, que lo conducen al pueblo. Antes de llegar a él había congregado a los alrededores de la carretera un gentío inmenso para darle la bienvenida al triunfante cantor de su tierra parda y fecunda»

* Llegada a la casa del poeta.

* Vino de honor ofrecido en el teatro Victoria Esperanza.

* Lunch ofrecido por Daniel Romero Herrera

«El teatro está bien adornado por maceteros y las mesas lucen botellas de Albear y otras distintas marcas, con dulces, pastas y jamones, que se devoran con prontitud, y dando realce a este acto popular, se ofrece este lunch por don Daniel Romero Herrera»

EL ÉXITO DE CHAMIZO:

Daniel Romero Herrera [veterinario]:

«Las causas que nos congregan anidan en la conciencia de todos. Los éxitos literarios de antes, el éxito claro y rotundo de Chamizo ahora con su drama «Las brujas» y su magistral pericia como recitador, son relevantes méritos para merecer la admiración y el entusiasmo. Además, Chamizo es una esperanza cierta, segura, indiscutible, reconocido así por los crítico de teatro de todos los diarios de Madrid».

POETA DESDE NIÑO:

Manuel Frutos López (Cronista)

«Chamizo, desde su infancia, ya era poeta. Unas veces lo revelaba recitando sus inspiraciones en la casa amistosa de un amigo del pueblo; otras, en la choza de los pastores de la serranía o en las mansas planicies pardas, siempre alegró las reuniones y dió realce a aquellas fiestas que sus amigos celebraban en amistad. Nunca se dio tono de gran artista, dejando de pasar el tiempo en nerviosa postura en que, su alocada musa lo colocaba a cada momento, siempre improvisando por amor al arte»

Manuel Frutos López (Cronista)

Canto a los conquistadores: el miajón.

«Un día, haciendo un canto en honor a aquellos conquistadores de allende los mares que se llamaron Cortés y Pizarro, varones recios de Extremadura que tanto elevaron a España, el genio del poeta se revela con su mirada fija en la cuna de un pequeñuelo y publica sus atrasadas inspiraciones en su «Miajón». Ya es un poeta de fama.»

Manuel Frutos López (Cronista)

EXITO DE LAS BRUJAS:

«Otro día, asomándose por las encrucijadas de las sierras a los riscales más altos y queriendo como águila en las alturas escalar las nubes para tocar en el cielo, edita su poema escénico «Las brujas» y llega a la gloria, que lo recibe con sus puertas abiertas, y después del triunfo que obtiene con estrépito en las capitales de provincias de segundo y tercer orden, sus méritos son aprobados por famosos críticos de la capital de la Monarquía española, y consagrado por aquel selecto público, recita ante el micrófono en la Casa de Residencias de Señoritas Estudiantes de Madrid, cuyas declamaciones las oímos por radio…»

Película:

Se proyecta una película cómica titulada «Tomasín, compuesto y sin novia», en dos partes…

Palabras de Don Juan Durán Palomar [abogado y Secretario del Ayuntamiento], 7 de noviembre de 1930

DIVULGADOR DE EXTREMADURA

Luis Chamizo, escribiendo «El miajón de los castúos» y «Las brujas» y el poema «Extremadura», que terminará algún día, ha hecho por Extremadura y por este pueblo más que muchos que blasonaron siempre de haber trabajado por ella. Chamizo ha conseguido que esta región, siempre tan sufrida y callada, como muy bien ha dicho el insigne don Jacinto Benavente, sean sus virtudes conocidas en toda España…»

Palabras de Don Juan Durán, 7 de noviembre de 1930

 MONUMENTO A HERNÁN CORTÉS EN MADRID

«Luis Chamizo ha conseguido… que a uno de sus hijos ilustres, Hernán Cortés, al que todavía no se ha glorificado como merece, se repare la injusticia con él cometida hace siglos, a cuyo efecto, recogiendo la feliz iniciativa del gran dramaturgo Benavente en el banquete recientemente dado en honor de Chamizo, se ha nombrado una comisión que la lleve a feliz término, levantándole un monumento en Madrid. Todo esto que en tantos años no han podido conseguir ilustres personalidades extremeñas, lo ha conseguido con su pluma este hombre tan sencillo, tan bueno, tan amante de sus amigos y de su pueblo, Luis Chamizo, el hijo del tinajero».

Palabras de Don Juan Durán, 7 de noviembre de 1930

Presentación del sacerdote, don Francisco Caballero  y Angel Braulio Ducasse

«…dejo paso al culto sacerdote don Francisco Caballero Méndez, que os hablará de las personalidades ilustres de este pueblo, y al no menos culto el joven abogado y escritor Angel-Braulio Ducasse, que dicho sea de paso, es una esperanza muy próxima que honrará a este pueblo, yo os lo aseguro»

Palabras de Don Juan Durán, 7 de noviembre de 1930

 RECONOCIMIENTO DE LA MADRE DEL POETA:

«No he de terminar sin dirigir un saludo cariñoso y rendir público homenaje de admiración y respeto a la madre  de nuestro poeta, esa señora respetable y virtuosa, modelo de madres extremeñas que supo, en unión de su difunto esposo, mi siempre querido amigo, educar de modo tan ejemplar a su hijo, inculcándole las grandes virtudes por las que hoy le aplaudimos».

La mejor consejera del poeta:

«También quiero dirigir un respetuoso saludo a la ilustre dama que comparte con nuestro Luis las contrariedades y alegrías de su difícil profesión, y aunque no tenemos el honor de que sea nuestra paisana, merece serlo, porque hoy, por su belleza, discreción y cultura, es la mejor consejera del poeta y no ajena, por tanto, al enorme triunfo obtenido por su marido en este caso y los que seguirá obteniendo en lo sucesivo.

Para estas dos damas, que son los grandes amores del poeta, os pido un aplauso. He dicho».

Manuel Frutos López: Crónica de la actuación de don Francisco Caballero, sacerdote:

Hijos ilustres de Guareña

«Este culto sacerdote, dirigiendo un cariñoso saludo a las personas allí congregadas, comienza un relato histórico de los hombres más salientes de cuando esta villa dejó de ser aldea del poderoso Medellín, que un hidalgo militar, con sus hazañas meritorias, supo emanciparla y elevarla a la categoría de villa, recordando el nombre de todos los que fueron hijos ilustres de la misma y que con los Corteses y Pizarros formaron la más grande epopeya de los siglos».

«Unifica a Chamizo con los muñecos de su obra como hecho cierto y real que todos conocemos y aplaudimos porque éste, único personaje, está identificado espiritualmente».

ACTUACIÓN DE ÁNGEL-BRAULIO DUCASSE

Acto seguido y ante un silencio sepulcral, pasa a escena el joven abogado Ángel-Braulio Ducasse, el que después de saludar afectuosa y cariñosamente al auditorio, comienza diciendo:

CHAMIZO Y SU PUEBLO

«Con la emoción profunda que supone mi amistad con Luis Chamizo y la de dirigirme públicamente a vosotros mis paisanos por primera vez, justifica sobradamente mi embarazosa expresión en estos momentos en que sólo os ruego sepáis disculparme con la gentileza y bondad que yo sé proverbial en mi pueblo, hospitalario y generoso para todo lo que tenga un origen sincero y honrado.

Lo hondamente sentido llega a los labios envuelto en los trémolos del corazón. Las palabras, cuando el corazón habla, son algo no modulado ni preciso como no lo es el grito de una madre ante el hijo muerto, ante el trozo de sus entrañas frío, por el abrazo cruel de la inevitable; como no lo es el grito del soldado que pelea borracho de pólvora y sol, cuando al coronar las trincheras contrarias, manchado de sangre y sudoroso, grita con voz ronca, un hurra. Y es que las palabras que salen del alma son un sollozo, un quejido, una emoción».

Este homenaje merecidísimo y tardío a Luis Chamizo obliga a los que sentimos, aunque no sepamos explicarlo con la maestría del arte logrado plenamente, favor que Dios sabe sólo dispensar a los genios, obliga, digo, a los que hemos tenido la honra y suerte de nacer en este pedazo de España que se llama Guareña, a poner de nuestra parte lo posible para alabar al que a todos supon honrarnos con la gallardía de su genio, aunque sea tan mezquina al acervo la aportación común cual la del que estos momentos tiene el honor de dirigirnos la palabra. Por eso, porque tengo creencia arragaigada en el alma con las profundas raíces que echa en los pechos generosos lo justo (y perdonarme la inmodestia), voy a intentar ligeramente manifestaros con mis torpes palabras quién es el homenajeado para mí y os digo: Vosotros sois Chamizo. Chamizo, tú eres ellos.

Vosotros sois Chamizo, vosotras, mujeres bellas y morenas de mi patria; vosotras, las del cabello endrino y los ojos negros como las noches sin luna; vosotras, descendientes genuinas de aquellas que parieron machos bravíos que, atravesando océanos en cascarones de nueves, que se llamaban carabelas, formaron esa raza de conquistadores extremeños que regalan un mundo a los Austrias y escriben con sus hazañosas empresas la epopeya más grandiosa de la Historia.

Vosotros sois Chamizo, recios labradores de mi tierra fecunda, curtidos por el aire y tostados por el sol, con esa capa oscura que ostentáis sobre vuestras mejillas que valen mucho más que un blasón heráldico, porque son los cuarteles gloriosos del trabajo. Vosotros sois Chamizo, recios labradores de mi tierra bendita, sumos sacerdotes de los campos, que ostentáis la profesión primera, la de los patriarcas de la Biblia, los que tenéis esa profesión de labradores, la más importante y honrosa de España; los que con caricias y halagos sabéis conseguir del seno augusto de la madre tierra los granitos de oro de los cereales, la miel jugosa de la glauca uva, la aceituna redonda vestida de nazareno y los infinitos productos que como regalos ópimos salen del regazo de la madre común en el parto soberbio alumbrado por el sol y regado con el sudor copioso de vuestras frentes honradas.

Chamizo, tú eres ellos; tú eres el escritor mágico y prodigioso en quienes nuestros abuelos han legado su sentir como un tesoro incalculable de tradición y remembranzas. Tú eres el poeta genial que por donación gratuita has recibido de nosotros nuestros hondos sentires, nuestras alegrías, nuestras lágrimas. Tú eres el hombre bondadoso que nos devuelves todo centuplicado; de nuestros abuelos, cantando sus hazañas antañonas en versos rotundos y formidables; de nosotros, haciéndonos gozar con tus cantos lo que aprendimos a sentir y que tú has sabido expresar ante la faz de España y América, ante quienes nosotros creamos como machos y como espíritu.

Chamizo, tú eres ellos; tú has sabido plasmar su corazón a Rosarillo la zagala en una de nuestras mozas morenas, bellas y enamoradas, que son hondas en el querer y en el callar, como vírgenes hieráticas en nuestras llanuras fecundas.

El tío Perico, el de los consejos sabios y crudos a la mocosina que le jimpla ambiciosa, es el padre, el abuelo de cualquiera de nosotros, honrado y sentencioso bajo las nieves de sus canas y el volcán de su racial construcción. Tu «Nacencia», ese admirado y admirable poema lírico y épico, dramático y novelado, hecho con sangre, vida y sollozos, en el marco admirable de la dehesa extensa y obscura bajo la luz crepuscular, mientras rodando por los montes llegan el dolondón de los cencerros, está sacada de la medula del pueblo, el espíritu local quintaesenciado, alambicado, en elfuego sagrado de tu inspiración gallarda. Y ese poema escenificado que se llama «Las brujas», esa obra que te ha hecho subir el último peldaño de la escalinata de la Fama, es nuestra vida cincelada con tus versos fuertes como vendavales, una tarde plácida de nuestra primavera esplendorosa.

Chamizo, tú eres esta tierra de cuyas reconditeces has chupado la savia hasta embriagarte de localismo. Esta tierra parda y llana como una capa de labriego, que, siguiendo las leyes del medio, dió a tu musa su seca seriedad, fuerte y emotiva, con el milagro portentoso, con la taumatúrgica aportación de tu lirismo desenfrenado e impetuoso como el Guadiana en avenida, serpenteando entre latifundios y mosaicos de machacada, de pulverizada propiedad rural».

«Sin embargo, quiero que en mis palabras, tronchadas por la emoción y esfumadas por la amistad de hermano, encuentres el abrazo del humilde compañero, el aplauso del admirador y el agradecimiento del paisano; mucho pedir es a estas torpes frases, que sólo rimaron un compañerismo sincero y un afecto fraternal. Yo sé que tú sabes encontar todo esto, porque los poetas son los seres privilegiados de la Humanidad, los supercomprensivos en la naturaleza muda y cruel en sí, porque hacéis el eterno milagro de poetizar el instinto en la portentosa encumbración de lo consuetudinario.

Todos también sabrán escoger entre mis torpezas la perla fina de un trozo de corazón, ya que no puede ser bello decir de un artista del Renacimiento, como tú dijiste un día en nuestro testamento lírico, que fué tu «Miajón»:

«Semos asina, semos pardos

del coló de la tierra,

los nietos de los machos,

que otros días

trunfaron en América.»

Chamizo sube al escenario y recita

«Pasada la emoción de momento, avanza el homenajeado para dirigir un saludo al público y arrecian las palmas y los vivas incesantes; el momento es indescriptible; por fin logra hacerse oír, anunciando que va a recitar «La jesa de la Morgaña», de su poema de poesías extremeñas, sin editar aún.

Es un alarde de amena declamación superior a su maestría sin par; parece que ahora lo sentimos más hondo.

A continuación, con el romance de «La pastora Carmela» nos deja completamente emocionados y perplejos.

Un fragmento de «Las brujas», el relayo del hijo de la Dominga, arranca de los circunstantes bravos, olés y lágrimas de algunos ojos, pero donde hay que detenerse es en «La Nacencia», este canto de su «Miajón» que el mundo entero conoce ya desde hace tiempo. En el primer pasaje, público y poeta, pendientes entre sí, dan una tonalidad a la fiesta que yo quisiera en esto momentos poder pintarla como lo hubiera podido hacer Zurbarán con sus mágicos pinceles.

El arte de recitar del vate ha subido, sus castúos parecen encontrarlo ahora divinizado y con palabras cálidas, interrumpidas por los sollozos, le dirigen frases llenas del más puro perfume de los olores de su musa, y borrachos de triunfo, poeta y pueblo, gritan fuerte, devolviéndose los «hurras» que parecen interminables»

Por fin el digno alcalde (don José Barrero) se dirige al pueblo

Sube al escenario don Federico Borrallo y Suárez de Figueroa don Luis Chorot poesía jocosa. Adhesión de don Pedro Isidoro.

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