Manuel Machado, Poeta

Rafael Espínola Rodríguez

Hace poco encontré en la biblioteca un viejo libro de la Editorial Azteca de México titulado “Manuel Machado de la Generación del 98 al Modernismo”, en este libro encontré en el capitulo dedicado a su obra Ars Moriendi (Arte de Morir), en el apartado Sevilla y otros poemas de 1918, en el que sin titulo comienza un párrafo de un poema inacabado dedicado a Guadalcanal:


Mezcla de plata y gloria,
risa, azul y sal…
y tendrás el cielo de Guadalcanal.

Me puse en contacto con un amigo que trabaja en el Centro de Estudios Turolenses y solicité permiso para indagar en los archivos de ésta fundación, una vez concedido me puse manos a la obra con dos objetivos claros, encontrar toda la información sobre este principio de poema y la relación del otro Machado con Guadalcanal, la bibliografía de Manuel Machado es muy extensa y algo distinta a mis ideas, pero a la vez, admito que a mi edad la poesía no se debe juzgar por ideas políticas, simplemente hay escritores y tendencias respetables, compartidas o no.

Las pesquisas fueron decepcionantes, al menos creo que para mí, consulté libros, Obras Completas tan prestigiosas como las editadas por Mundo Latino o las de Editorial Plenitud, La Generación del 98 de Pedro Laín Entralgo, Alma, Ars Moriendi del profesor Pedro del Barco, y varios más, revistas como Cuadernos Hispanoamericanos, El Modernismo, Poesía Hispánica, La Farsa, El Castellano, El lunes del Imperial, Cosmópolis y otras, en la mayoría de estos libros y revistas no aparece ninguna acotación del poema o simplemente aparece con sus tres líneas.

Lo curioso es que dentro de su obra del arte de morir, Manuel Machado apela a describir la belleza de paisajes como Finisterre, Regreso o el dedicado a Guadalcanal, escapando de su mente atormentada aparando en el alma y la muerte y refugiándose en la geografía paterna y materna de Galicia y Andalucía.

Nada, efectivamente en las publicaciones citadas aparece como un poema inacabado, pero curiosamente en una edición Mundo Latino de 1.929, dice en su comentario final que en esta obra desaparecen algunos poemas, entre ellos, después de ”Sevilla” , el que, sin titulo comienza por Mezcla de de plata y gloría…”, pero en una edición anterior de la misma publicación, en un capítulo en el que comenta que Manuel Machado “recurre a la pintura en su obra Ars Moriendi” y se refugia en el paisaje, aparecen poesías nostálgicas y hermosas como Finisterre, Sevilla y Guadalcanal, y aquí me llevo la sorpresa que aparece bajo el titulo “poema inacabado de Guadalcanal”, una “versión” distinta:


Mezcla de plata y gloria,
risa, azul y cal,
y tendrás el cielo de Guadalcanal.

Puede que sea un error tipográfico, pero a mí, particularmente me cuadra mas cal que sal, ya que nuestro pueblo es de interior y con minas de plata y no de sal, igualmente se caracteriza por la cal que adereza las paredes de sus casas y hacen blancas y hermosas nuestras plazas y calles, y tal vez por esas calles paseara alguna vez el otro Machado y se enamorara de nuestro pueblo, aun pensando que un poeta no tiene que haber estado en un lugar para describir su hermosura.

Mis deducciones me hacen pensar que “Guadalcanal” no es un poema inacabado como se induce de varias publicaciones consultadas, simplemente, el poeta seleccionó las palabras justas para describir la belleza de nuestro pueblo.

¿Y porqué no pudo estar el poeta en Guadalcanal?, por una parte, su padre, Antonio Machado Álvarez (Demófilo), era intimo amigo y colaborador en los estudios folklorista de nuestro paisano Juan Antonio Torre Salvador (Micrófilo), y por otra, es sabido que siendo muy niño, apenas contaba 9 años, su familia abandonó Sevilla y se instaló en Madrid, pero en 1896 su familia le envió nuevamente a Sevilla durante un tiempo, para alejarlo de un lío de faldas y la vida bohemia.

Durante esa época, combinó sus estudios de filosofía en Sevilla bajo la supervisión y tutela de su tío materno Rafael Ruiz, con su vida de juergas y borrachera, las crónicas dicen que se dedico a viajar por gran parte de Andalucía e incluso se le sitúa en un ateneo literario en Constantina, en alguna tertulia literaria, taurina o flamenca, así que yo pienso que perfectamente en esa, o en otra época pudo visitar Guadalcanal, y porqué no, visitar a Micrófilo en la calle Guaditoca, amigo de la familia y enfermo ya por aquellas fechas.

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