La reina Juana I y Guadalcanal

CUADRO DE FRANCISCO PRADILLA: -Doña Juana la Loca- (Museo del Prado)

Ignacio Gómez Galván

De Isabel tuvo la sangre poderosa,
el sentir de su buen padre Don Fernando.
La belleza de Granada dio a sus ojos,
el talismán de un corazón enamorado.
Burgos clama por su reina, Valladolid le da un palio,
y un mesón que hay en Tudela, acecha al enamorado.
A los pies del rey hermoso, sin descanso noche y día,
la nobleza de Castilla, por su reina le pedía.
Celos del amor y el viento, qué tormento.
Celos del amor y el aire, qué fatiga.
Doña Juana está dormida, que no la despierte nadie.
Reina Juana, por qué lloras, si tu pena es la mejor,
porque no fue un mal cariño, que fue locura de amor.
Encerrada entre paredes de un castillo,
la locura de su amor se desboca,
y los altos torreones de la Alhambra,
suspirando rezan por su Reina loca.
Burgos llora su locura, Valladolid se lamenta,
Tordesillas la recoge, ya de celos medio muerta.
En Granada don Felipe, sueño de amor reposa,
y Castilla vive presa, la locura de su esposa.


(Cancion folklórica de los años 40, que hizo muy popular el cantante Antonio Amaya y cuyo autor de la letra es el maestro Salvador Guerrero. La música era de los maestros Reyes y Algarra).

Hace unos días en el “vehículo universal”, encontramos una carta que al parecer había escrito en Guadalcanal, la reina Juana I, conocida por “Juana la loca”.

Nos resultó extraño este hecho, ya que las noticias que teníamos es que, desde la muerte de su marido Felipe el Hermoso el 25 de septiembre de 1506, la reina permaneció en Burgos hasta que en diciembre decidió llevar el cuerpo a Granada. Sólo llegó a Torquemada (Palencia) y tras esperar el regreso de su padre, siempre acompañada por el féretro, regresó a tierras burgalesas a la villa de Arcos y allí residió hasta que a comienzos de 1509 se mudó la corte a Tordesillas, donde permaneció recluida hasta su muerte. Los restos de Felipe el Hermoso fueron trasladados en 1525 a la capilla Real de Granada. La reina Juana falleció el 12 de abril de 1555 y también fue enterrada en la citada catedral.

Según hemos leído, la verdad es que nunca ejerció como reina, primero fue su marido, después su padre y por último su hijo Carlos V, con quien no mejoró su reclusión, ya que también estaba interesado en que figurase de manera oficial como incapaz, de lo contrario no sería él Rey.

Sea como sea, nos preguntamos si efectivamente existe esta carta, ¿quién la firmo?.

A continuación incluimos la referida carta, por si algún lector quiere ampliar la noticia.

-Sobrecarta de naturaleza en los reinos de la Corona de Castilla a favor del “genovés” Francisco de Riberol, particular amigo y colaborador del almirante de las Indias, firmada en Guadalcanal a 27 de junio de 1511:
Françisco de Riberol.–Sobrecarta de Naturaleza: «Doña Juana por la graçia de Dios reyna de Castilla etc. Por quanto el rey don Fernando, mi señor e padre, e la reyna doña Ysabel, mi señora madre, que santa gloria aya, ovieron dado e dieron una su carta firmada de sus nombres e sellada con su sello e librada de los del su Consejo a suplicaçion de Françisco de Riberol, mercader ginoves estante en esta çibdad de Seuilla, por sy e en nombre de Juanote e Cosme, sus hermanos, fecha en esta guisa…».

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