Historia de Santa María la zapatera

Luis Durán Millán- Mérida (Badajoz)

Datos facilitados por Rafael Espínola Rodríguez

En un ángulo, donde confluyen las provincias de Sevilla, Huelva y Badajoz, existe una pequeña aldea -no más de 200 vecinos-, conocida por tres nombres: Santa María de Navas, Hoya de Santa María y Santa María la Zapatera. Posiblemente para justificar este último nombre surge la leyenda, o como consecuencia de la leyenda surge el nombre. Dice la leyenda que Pelay Correa, en tiempos de los moros, -a mediados del siglo XIII- bajaba por el sur de Extremadura a la conquista de Sevilla. Derrotó a los moros en la sierra de Tentudía. Siguió avanzando hacia el sur, pero estos volvieron a reagruparse y le plantaron batalla en el valle donde está enclavada la aldea. La refriega fue dura y en el momento crítico, un moro cortó con su alfanje las bridas del caballo de Pelay Correa. El caballo se desboca y la batalla está a punto de perderse. En ese preciso instante aparece una señora vestida de blanco y con una lezna en las manos, que en un santiamén le deja las bridas como nuevas. El capitán vuelve al combate, que una vez más queda para el campo cristiano. Pelay Correa con las prisas no se da cuenta de nada anormal. Después, ya tranquilamente en su tienda, piensa que aquella señora con el vestido blanco no podía ser otra que la Virgen, y que con su ayuda había ganado la batalla. Agradecido, mandó construir una ermita en aquel valle para que se venerase a la virgen zapatera.

COMENTARIO. – Efectivamente en la pequeña iglesia de la aldea se venera una imagen de dimensiones diminutas, posiblemente de origen románico, o por lo menos sigue este estilo. Es una imagen sedente con el niño sobre las rodillas. El niño tiene una paloma en las manos y la virgen tiene en la mano derecha lo que parece ser una lezna. Pero también pudo ser inicialmente una fruta, una pera, por ejemplo, a la que alguien le colocó un clavo en la punta para justificar la leyenda. Pero esto es sólo una suposición. De esta leyenda no existen muchas referencias escritas, sino que, más bien, se ha ido contando, de unos a otros con ligeras variantes. La ermita puede ser una más de las muchas que el Maestre de la Orden de Santiago mandó levantar a lo largo del sur de Badajoz -Llerena- y sierra de Huelva, Zufre, por ejemplo.

Datos Accesorios. –

Se trata de Santa María de Nava la Zapatera, que se enclava al sur de Puebla del Maestre, en pleno dominio ya de Sierra Morena, según el nombre histórico completo, o Santa María de Navas u Hoya de Santa María, según la versión geomorfológica del mismo. El topónimo más largo en Extremadura para una de las más pequeñas poblaciones.


Su iglesia constructivamente es obra de pequeñas proporciones erigida en mampostería encalada, con cubiertas de crucería, cúpula en la cabecera y atrio en los pies. La imagen de la titular, hoy desaparecida, ostentaba en la mano como atributo distintivo una lezna. Al igual que Pallares, el lugar constituye un enclave de privilegiada localización, que por su pintoresquismo bien merece una visita. Es un paraíso situado en el extremo sur de la región; unas cuantas casas hendidas en medio de un inmenso bosque mediterráneo, con una de las espadañas más espectaculares (por minúscula) de la arquitectura eclesial extremeña. Administrativamente pertenece, junto a Pallares, al municipio de Montemolín, en la de Tentudía, comarca a la que pertenece Santa María. El mantenimiento de su población, hoy envejecida, sigue siendo uno de los símbolos del desarrollo rural extremeño. Aunque nuestro caso no es el mismo que el de Castilla o el de Aragón, también aquí, en Extremadura, estas poblaciones desaparecerán si no las cuidamos.
Datos Autor: He recopilado éste pequeño articulo como homenaje a mi padre que nació en Guadalcanal (Sevilla), a mi madre que nació en un cortijo de la Hoya de Santa María y a mis abuelos maternos, que residieron durante toda su vida en esta pequeña localidad y que me hicieron pasar unos veranos tan felices en este maravilloso enclave, un poco situado en tierra de nadie.

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