Geografía

“El guardián de las estrellas” Fotografía de J. M. Silva
Autora: Lola Franco

Con frecuencia, no sé si poca o mucha, me enfado con el mundo… Tanto, que casi no soy capaz
de escuchar el sonido del agua que mana de una fuente o el canto de los pájaros. Me enfado,
porque aún es muy capaz, el mundo o quien lo habita, de permitir que pase el tiempo,
impasible, por las calles vacías del alma y del olvido, sin pararse siquiera a escuchar los gritos
silenciosos que brotan de unos ojos tristes, donde el mar juega batallas de espuma y de sal,
cada mañana. Capaz de recorrer la geografía de los sueños rotos sin aferrar la mano que, por
encima del miedo y del dolor, se alza cada día buscando una razón. Y muy capaz también, al fin
y al cabo, de silenciar la voz que, sin sospechas ni temores, sigue cantándole al sol, a ese sol
que no distingue caminos, luces ni colores. Con frecuencia, el mundo, nuestro mundo, parece
no querer saber ni tan siquiera quién lo habita, ni por qué…

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