Andrés Mirón, premio Jorge Guillén de poesía

24.OCT.1979.- ANDRÉS MIRÓN, PREMIO JORGE GUILLÉN DE POESÍA.


ABC Madrid. (De nuestra Redacción). El poeta sevillano Andrés Mirón ha obtenido el segundo premio Jorge Guillén, dotado con cien mil pesetas, y discernido en Burgos por un Jurado, compuesto por los críticos y poetas José Luis Cano, Miguel de Santiago y Antonio L. Bouza, que ha seleccionado su libro “Concierto para brisa y crepúsculo”, de entre los muchos trabajos presentados. Se concedió un accésit a “Islas”, de Emilio Barón.

Andrés Mirón, el poeta galardonado, nació en Guadalcanal (Sevilla) en 1941 y, en la actualidad, es profesor de literatura en Sevilla. Colabora en diversas publicaciones poéticas y ha obtenido varios premios, entre los que destacan el “José María Lacalle”, de Barcelona; el “Archivo hispalense”, de Sevilla, y el “Bahía”, de Cádiz. Cuenta con una importante obra lírica publicada: “La selva en esta orilla” (1965), “Crónicas de una andadura” (1971), “Las mariposas de Palas Atenea” (1974), “Elegía de Sisip” (1976), “Trenos para un verano en Navaespaña” (1977), “Cantoral de un tiempo marchito” (1977) y “El llanto de los sauces” (1977). En 1978 obtuvo el premio Caja de Ahorros de Granada por su obra “Libro de las baladas”.


La línea de su poesía deriva de una nostalgia un tanto arqueológica y extremadamente entregada a los simbolismos mitológicos a una mayor flexibilización expresiva, cediendo en su dureza formal en favor de un intimismo lleno de emoción poética. Andrés Mirón figura en la antología de Ruiz-Copete, “Seis poetas poscontemporáneos”, de la colección Aldebarán.

“El título de este último libro premiado en Burgos –ha dicho a Efe Andrés Mirón- responde a mi concepto de la vida como una brisa que a todos nos alcanza y que al final se hace más suave en el crepúsculo, en el que se nos plantea la incógnita del más allá.” Está escrito en cadencia endecasílaba y ofrece “un tufillo de decadentismo como una especia de contrapunto por el júbilo de vivir”.


Mirón considera su poesía inserta en la escuela sevillana actual, con los temas de la meditación, la fugacidad de lo terreno.

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