Alfredo Muñoz Arcos, ilustre imaginero nacido en Guadalcanal

Ignacio Gómez Galván

Alfredo Muñoz nació en Guadalcanal a las 23 horas del día 20 de agosto de 1920, es decir, hoy hubiera cumplido los cien años. No pudo ser, ya que murió en Linares el día 25 de enero de 2015.

Tuve la suerte de conocerlo en los últimos años de su vida y de visitarle en su casa de Linares en dos ocasiones. En estos encuentros y nuestras conversaciones telefónicas, me fue contando su vida y su añoranza de Guadalcanal.

Los recuerdos de su adolescencia en Guadalcanal, los tenía a flor de piel y me contaba cosas de los años treinta, como si hubieran sido ayer. Los compañeros del colegio, las guapas jóvenes que bajaban la calle Camachos del colegio, su primer amor que fue cortado por su marcha a la guerra… Alfredo iba del pasado al presente y del presente al pasado, como si fuera una cinta de vídeo que con el mando a distancia hacía avanzar o retroceder, sin ningún problema.

Afortunadamente para él, sólo estuvo en la guerra seis meses y al finalizar volvió a Sevilla para continuar sus estudios de Bellas Artes. En la ahora capital de Andalucía, fue alumno del famoso imaginero José Fernández Andes, autor de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Sobre esta efeméride me decía: Fernández Andes como sabía que yo era de Guadalcanal me dijo: Anda Alfredo, desbasta este madero para la imagen de Ntro. Padre Jesús de tu pueblo.

Se sentía orgulloso de haber colaborado con Fernández Andes en esta imagen e incluso se acordaba de haber organizado el transporte de la misma en un camión de los García, que vivían en la calle Santa Clara. Alfredo recuerda también que al terminar la guerra fue él quien realizó una primera restauración del Cristo de la Humildad, cuyos restos fueron encontrados en el pozo existente en la ermita de San Benito “aunque en ningún sitio aparece reflejado este trabajo realizado” –nos comentó Alfredo. Recuperó las manos de la imagen de la Virgen de los Dolores, que halló en el coro de la referida ermita y que posteriormente entregó su padre a la Hermandad que las había reclamado.

Alfredo Muñoz junto a la imagen restaurada de la Virgen de la Cruz

También talló una primera imagen de la Virgen de la Cruz, que actualmente se encuentra en la casa Hermandad y que quiso restaurar y así lo hizo, como uno de sus últimos trabajos para Guadalcanal. Asimismo, por aquellas fechas, restauró la capilla de Ntro. Padre Jesús, con los restos recuperados de la anterior existente en la iglesia de San Sebastián y otras capillas con restos de la iglesia de Santa Ana.

Terminados sus estudios se marcha para Jaén donde conocería a la que fue su esposa hasta el año 2005, Mariana Ming y Ming.

A partir de esa fecha inicia sus trabajos como escultor imaginero, labor que ha continuado durante toda su vida. Es autor de la mayoría de las imágenes de la Semana Santa de Jaén, y de pueblos de los alrededores, pasando de cien las realizadas en estos años.

Uno de sus últimos trabajos realizado por Alfredo Muñoz, fue el retablo mayor de la iglesia de la Inmaculada Concepción, de Carboneros (Jaén), pueblo de donde era natural su esposa Mariana Ming. El retablo que fue donado por nuestro imaginero, fue bendecido por el obispo de la Diócesis de Jaén, Ramón del Hoyo el 11 de abril de 2008. Este retablo tiene su historia, que Alfredo nos resumió: “Fue antes de entrar a la consulta del car­diólogo, estábamos viendo una revista donde aparecía la imagen de un restaurador que doraba el retablo de la Virgen del Rocío, cuando mi mujer, Mariana  -motivo de este retablo y de tantas de mis obras- me espetó: “Siem­pre decías que cuando te jubilaras harías alguna cosa para la iglesia”; a lo que yo, mirando, respondí: “Sí, ¡pero no vayas a creer que voy a hacer una cosa así!” Después, ya en casa, y en el margen mismo de la receta médica hice un croquis del re­tablo. Cuando ella vio el bo­ceto me dijo que se alegraría mucho de que, un día, yo lo hiciera. Pero Mariana  nunca llegó a verlo concluido, murió tres años antes de que se inaugurara en el mes de abril del 2008.

Retablo de la iglesia de la Inmaculada Concepción, de Carboneros (Jaén)

Alfredo Muñoz Arcos donó el retablo a la iglesia carbonerense como tantas otras dona­ciones que, en los últimos cuarenta años el matri­monio realizó a la parroquia. De hecho, reconoce: “Exceptuando tres imágenes de pasta de madera, todo lo hemos hecho nosotros”. Entre las donaciones, se cuentan la imagen de la Virgen de los Do­lores, una lámpara, cuadros, cor­nucopias, el sagrario… y por último este re­tablo en el que el imaginero trabajó du­rante año y medio “sin la ayuda de ningún aprendiz”

Durante su dilatada carrera, ha recibido varias condecoraciones: Medalla de Oro de las Bellas Artes, de la ciudad de Jaén, Hijo Adoptivo de Carboneros, con fecha 24 de mayo de 2009, Medalla de Oro de la Cofradía de Cristo Resucitado, de Jaén, en el año 2004, Placa de agradecimiento del pueblo de Carboneros…

También yo intenté que Guadalcanal hubiera homenajeado a nuestro ilustre paisano y en el año 2011 propuse se le concediera la Medalla de Oro de la villa de Guadalcanal. Después de un amplio expediente y dos reuniones con los componentes de la Comisión para la concesión de la medalla, en la segunda votación la representante del PP votó no, el del PA se abstuvo y la representante del PSOE, votó afirmativamente. Ante el resultado de la votación quedó pendiente de la decisión que tomara el alcalde, que nunca se pronunció, ni se llevó nunca a Pleno.

Todavía en el año 2014 que se habló de dar la Medalla de Oro de la Villa a la imagen de Ntro. Padre Jesús, escribí como presidente de la A.C. Benalixa un escrito al Ayuntamiento, explicando que sería muy bonito que se concluyera el expediente de 2011 y se entregaran las dos medallas juntas, la de Ntro. Padre Jesús y la de la persona que colaboró con Fernández Andes, en la modelación de la imagen. Como todo el mundo sabe sólo se entregó la medalla a la Hermandad de Ntro. Padre Jesús.

Voy a proponer al Consistorio actual, que sí contamos con la autorización de la familia, podamos poner en la casa donde vivió en Guadalcanal, un azulejo recordando a nuestro ilustre paisano, que hoy hubiera cumplido los cien años.

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