Guadalcanal. Con el fervor de años anteriores, y durante los días 10 al 18 de los corrientes, se ha celebrado en el templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción la novena en honor de la Patrona de Guadalcanal, Nuestra Señora de Guaditoca.
La imagen de nuestra Madre y Patrona –que unía a su belleza morena la riqueza de su manto, el valor de las joyas que la adornaban y el gusto y la delicadeza con que estaba vestida-, presidía el altar mayor, bellamente exornado por sus camareras, que una vez más han puesto de manifiesto el amor que sienten por su Virgen de Guaditoca.
La predicación de la misma corrió a cargo del padre Nicasio de Santo Tomás, O. P., de la residencia de Córdoba, quien con autoridad y brillantez desarrolló el tema “La familia de los hijos de Dios”, haciendo especial hincapié en que esta familia debe estar necesariamente unida por el amor –que no es dar, sino darse- a imitación de Aquél que la amó tanto, que murió por redimirla.
El último día del novenario, y como digno colofón, hubo procesión eucarística por el interior del templo, con el Santísimo Sacramento bajo palio, cuyos varales eran portados por los miembros de la Junta rectora de la Hermandad.
El domingo, a las diez y media de la mañana, se celebró misa solemne, con homilía a cargo del padre Nicasio, la cual fue un poético cántico a la Virgen, de cuyo bello canto transcribimos estos versos:
“Cuando en el cielo hay rumores
y te miran las estrellas
y las tardes en querellas
vengan preñadas de amores,
mira Tú los sinsabores
de este pueblo que te invoca.
Dale entereza de roca
para gozar y sufrir,
que hasta el eco ha de decir:
¡Guaditoca! ¡Guaditoca!”.
Durante el sacrificio de la misa, un gran número de fieles se acercó a recibir la sagrada comunión, queriendo demostrar así a su excelsa Madre el amor que le profesan. Por la tarde tuvo lugar el besamano a la Virgen, al cual, como ya es tradicional, asistió la casi totalidad de la población.