Uno de los pueblos de la Sierra Norte más afectados por el problema sanitario es Guadalcanal, que si bien ha disminuido en parte con la reciente incorporación de otro médico, sigue siendo grave, ya que hay un solo practicante para casi 1.300 familias afiliadas a la Seguridad Social, cifra ésta que aumenta considerablemente en el estío con la llegada de los veraneantes.
Este problema comenzó hace algunos años con la amortización de una de las plazas de los dos ATS titulares que existían, y ha llegado a términos extremos con el escrito firmado por 56 vecinos de Guadalcanal, en el que denuncian públicamente la mala actuación del ATS titular, E. C. C. En el documento, dichos afiliados acusan al señor C. de tener abandonadas sus responsabilidades, de no habérsele podido localizar en caso de extrema gravedad y, sobre todo, de herir el pudor y la moral de los que han necesitado de la asistencia sanitaria. Declaran los firmantes textualmente: “En ocasiones, y con motivo de necesitar ser inyectados por enfermedad, hemos recurrido al practicante titular de Guadalcanal viéndonos sorprendidos al obligarnos a entrar en grupos colectivos a la consulta, desnudándonos a todos y dándonos el frasco inyectable para que lo agitásemos mientras iba inyectándonos a todo el grupo, con lo que se ha herido nuestro pudor y nuestra moral”.
Puestos en contacto con el señor C. C., éste nos ha manifestado que las acusaciones de los vecinos son totalmente falsas; cree que han sido motivadas por la denuncia que él puso contra el vecino de Guadalcanal I. V. S., por usurpación de funciones, y en la que ha dictado sentencia la Audiencia Provincial, condenando al denunciado a seis meses y un día de prisión menor, por inyectar, poniendo en peligro la vida de un paciente. También nos afirmó el señor C. que, antes de denunciarlo, le había advertido y que tuvo tiempo legal para recurrir contra la sentencia, cosa que no hizo.—Rafael DIÉGUEZ CARRANCO.