Todavía no han comenzado las obras de restauración del Ayuntamiento de Guadalcanal, a pesar del estado de ruina en que se encuentra desde el pasado invierno. La sala de sesiones amenaza con derrumbarse, por los que los capitulares optaron por no celebrar los Plenos en ella, reuniéndose habitualmente en el despacho de la Alcaldía, lo que supone que los ciudadanos no puedan asistir a los mismos.
Los libros de registro del Juzgado de Paz tuvieron que trasladarse a la planta baja, por temor al deterioro, dado el pésimo estado de la cubierta. Ya llegaron nuevamente las aguas y no han sido ni repuestos todos los cristales del edificio, que un día rompiera con furia un mendigo indignado porque la autoridad no le daba alojamiento.
Si no se pone urgente remedio, es muy probable que el edificio no aguante otro invierno, y está situado en el centro mismo de Guadalcanal, lo que ofrece un indudable peligro para todos.—Rafael DIÉGUEZ CARRANCO.